Opinión Política
OPINIÓN

No olvidar transporte y vialidad

REFLEXIONES

Por Gonzalo Leaño Reyes

Aunque se les ha reprochado que sirven de poco y estimulan la confrontación, más de palabras que de ideas, los debates electorales no han sido del todo inútiles como una gran mayoría lo ha expresado.

Entre pleitos, insultos y acusaciones, los candidatos a la gubernatura de Jalisco también han exhibido los problemas y carencias que aquejan a la sociedad. Mencionan los temas de seguridad, salud, educación, agua, economía y vivienda, así como medio ambientales y, por supuesto, políticos. Y aunque las estrategias de solución que proponen no quedan suficientemente explicadas, por lo menos dejan constancia de que saben cuál es la situación conflictiva.

En el caso de los dos debates realizados en Jalisco y durante el transcurso de las respectivas campañas, uno de los temas que ha sido expuesto con diferentes enfoques es el del transporte y la vialidad: insuficiencia para trasladarse de un lado a otro y embotellamientos cada vez más complicados.

Es verdad que el Gobierno actual ha logrado notables avances en este sentido, como también lo consiguieron en mayor o menor medida varias administraciones anteriores. Desde la construcción de la Línea Uno del Tren Ligero, el transporte público de la Zona Metropolitana de Guadalajara ha avanzado con tres líneas más de este sistema, el BRS Macrobús y Peribús, plataformas de taxis, renovación de autobuses urbanos, nuevas rutas y vialidades, etcétera.

Desafortunadamente, los esfuerzos no han sido suficientes. El problema sigue, no por falta de atención, sino porque lo supera el crecimiento de la Metrópoli y el aumento imparable del parque vehicular. La capital del estado ha sido absorbida por el extraordinario crecimiento de Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco y Tonalá, incluso de El Salto que ya está literalmente conurbado.

Por eso, es oportuno recordar que algunos problemas añejos se han vuelto muy pesados porque no se les prestó la atención suficiente a su debido tiempo. Por ejemplo, la escasez de agua es un tema que no se ha solucionado a pesar de que desde hace años existe la advertencia de que puede derivar en una verdadera crisis. Apenas este año, probablemente, se inaugurará la presa de El Zapotillo.

Por lo tanto, atender el problema del transporte es pertinente, porque de no hacerlo nos podríamos ver inmersos en una crisis urbana.

Quienes aspiran a la gubernatura han mencionado que emprenderán diversas obras como una nueva línea de Tren Ligero y otras alternativas de transporte público; también se ha mencionado la formación de una policía de tránsito. Habría que pensar, asimismo, en actualizar reglamentos y otras medidas administrativas.

Lo bueno es que existe conciencia del problema. Ojalá que la persona que gane la elección estatal el próximo dos de junio, tenga la voluntad y cuente con los recursos necesarios para acometer las acciones pertinentes, para que el ánimo de impulsar fuertemente el transporte público no quede en promesa de campaña.

 

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