Por José Antonio Elvira de la Torre
Prof. del Departamento de Estudios Políticos del CUCSH de la UdeG
“Podemos hacerlo mejor. Mejor que el cambio climático galopante y las pandemias. Mejor que una oleada de transferencias inconstitucionales de poder en medio de una marea creciente y globalizadora de populismo. Mejor que las violaciones en cascada de los derechos humanos y las masacres descaradas de personas en sus hogares y lugares de reunión social y en hospitales, escuelas y refugios” (PNUD, 2024: 3).
Así comienza el “Informe sobre Desarrollo Humano 2023-2024” elaborado y recientemente publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (https://hdr.undp.org/system/files/documents/global-report-document/hdr2023-24reporten.pdf). En este reporte, se da cuenta del avance/retroceso en el combate a la desigualdad, la inseguridad y la polarización y nos sirve como un diagnóstico para mejorar el grado de cooperación mundial y sus resultados, para hacer frente a los mayores desafíos que hayamos enfrentado como humanidad.
En el resumen que se hizo público, el informe reconoce que “nuestra generación presume de conocimientos sin precedentes. Sabemos cuáles son los retos mundiales y quiénes se verán más afectados por ellos… sabemos qué opciones ofrecen mejores oportunidades para la paz, la prosperidad compartida y la sostenibilidad, mejores formas de navegar por capas de incertidumbre que interactúan y sorpresas planetarias interrelacionadas … y, además, algunos somos muy ricos. En conjunto, disfrutamos de una riqueza y una tecnología desorbitadas -inimaginables para nuestros antepasados-, que podrían impulsar opciones audaces y necesarias para la paz y para el desarrollo humano sostenible e integrador del que depende la paz”.
Pero también nos advierte; “Las soluciones mágicas seducen, pero engañan; son cantos de sirena que con sus eslóganes se aprovechan de los agravios grupales. Las soluciones ingeniosas y las recetas sencillas envenenan nuestra voluntad de hacer el arduo trabajo de superar la polarización” (PNUD, 2024: 3).
Luego de la situación mundial de emergencia en 202-2021, que trajo como consecuencia que, por primera vez en la historia desde su medición, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) se redujera, la recuperación de los países del mundo ha mostrado una enorme desigualdad.
Mientras el 100% de países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) se han recuperado, de los países con menos índice de desarrollo sólo se ha recuperado el 49%. Si bien es cierto que se recuperó la tendencia de incremento del IDH, también lo es que está por debajo de la tendencia que se observaba antes de 2019.
Como el informe nos señala, la tendencia de 1999 a 2019 era que el IDH mundial sobrepasaría el umbral del desarrollo humano muy alto (0.800) alrededor del año 2030, coincidiendo justo con la fecha límite de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La actual proyección de 2023 es que todas las regiones estén por debajo de su trayectoria anterior a 2019 (PNUD, 2024: 4).
El informe confirma la paradoja creciente en el mundo que muchos otros estudios y reportes de diferentes instancias académicas, de inteligencia y de cooperación internacional nos han mostrado en los últimos años: aunque una gran mayoría de personas en el mundo (9 de cada 10) dicen apoyar el ideal de la democracia, por primera vez en las mediciones, el apoyo a líderes políticos que no la respetan y que la destruyen, está por encima del 50% de la población mundial.
Resaltan como una tendencia preocupante que “el populismo se haya disparado, rebasando los picos del siglo pasado, que correspondieron aproximadamente a periodos de globalización mal gestionada… Esto sucede junto con formas perversas de polarización, en muchos casos explotándolas, como la reducción y el endurecimiento de identidades restringidas, una especie de coerción o falta de libertad permitida, si no abiertamente celebrada…” (PNUD, 2024:).
Con los datos actuales de 2022 y las proyecciones 2023, 33 de 193 países se encuentran en el IDH bajo (17.09%). En el IDH medio se encuentran 42 países (21.76%), en el IDH alto hay 49 países (25.38%), mientras que en el IDH muy alto se encuentra 69 países (35.75%)
En la siguiente tabla, se encuentran algunos ejemplos de los países con el mayor IDH en el mundo y que se encuentran en la categoría de Muy alto.
Para el caso de los países con IDH alto, estos son los primeros 10 lugares
Los primeros diez lugares de los países con IDH medio
Finalmente, los 10 países en el mundo con el IDH más bajo son:
Al plantearse la pregunta de cómo buscar resolver la situación, el estudio ofrece tres propuestas:
- La provisión global de bienes públicos para gestionar la interdependencia:
Cooperación internacional para crear reglas y estructuras para la provisión de bienes públicos globales (como la mitigación del cambio climático o la paz mundial) y mejorar la acción colectiva.
- Hacer retroceder la polarización
Como crear espacios de deliberación para resolver las diferencias, así como corregir las percepciones erróneas sobre las preferencias y motivaciones de los demás.
- Reducir las brechas en la capacidad de actuación
Disminuir la diferencia entre lo que las personas creen posible y lo que es objetivamente posible, por lo que debe reorientarse el trabajo de las entidades públicas a definir sus propósitos en términos de desarrollo humano, ates que cualquier otra cosa.
Es necesario revisar con detenimiento el informe y sus propuestas, el tamaño de los conflictos y problemas públicos que enfrenta la humanidad no es un pretexto para rendirnos y no actuar colectivamente. Todo comienza por pensar y deliberar alternativas.