No tuvo rival enfrente, pero 15 millones se pronunciaron porque el presidente López Obrador continúe en el cargo. En 2018 votaron por él 30 millones. Ahora, ocho de cada 10 ciudadanos no participaron en esta consulta popular porque desconfiaron de su manejo y propósito.
Por Julio César Hernández y Mario Díaz
“¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su período”, se le preguntó ayer domingo a los ciudadanos que acudieron a participar en la consulta popular sobre la Revocación de Mandato. Y las opciones de respuesta fueron: 1. “Que se le revoque el mandato por pérdida de confianza”, y 2. “Que siga en la Presidencia de la República”.
Por la noche, alrededor de las 21:30 horas el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, dio a conocer un estimado preliminar, de acuerdo al conteo rápido que se llevaba a cabo, de la participación ciudadana en esta consulta y que se estima entre el 17 y 18.2% -aunque aún faltan realizar los cómputos distritales-, lo que significa que habrían acudido a las urnas entre 15.7 y 16.8 millones de ciudadanos.
De acuerdo a estas cantidades, también en base a este conteo rápido se estima que del cien por ciento de los participantes, entre el 6.4 y el 7.8 por ciento se habrían pronunciado porque se revoque su mandado, en tanto que entre el 90.3 y el 91.9% se habría definido porque continúe al frente del Poder Ejecutivo.
Cabe señalar que para que esta consulta sea vinculante y el resultado tenga efectos que se lleven a la práctica, se requería de la participación del 40 por ciento de los 92.8 millones de ciudadanos registrados en la Lista Nominal del INE, que es poco menos de 38 millones de participantes, una cifra que dentro y fuera del gobierno se estimaba inalcanzable y que, de acuerdo a las estimaciones nocturnas de ayer, estuvo muy lejos de lograrse.
Además de la pregunta estipulada en la papeleta, existe otra que estuvo rondando durante todo el tiempo a partir de que se abordó el tema de la Revocación de Mandato: ¿Cuántos mexicanos realmente querían que el presidente de la República dejara su cargo antes del tiempo constitucional para el que fue electo, que es de seis años? Y es que si existe una alta inconformidad por algunas de las políticas implementadas por López Obrador y decisiones que ha tomado y afectado principalmente al sector económico del país, así como omisiones en la ejecución de acciones en contra de la inseguridad pública, nunca fue un clamor general la destitución del Jefe del Ejecutivo.
Guerra de cifras
Para que se llevará a cabo esta consulta popular sobre la Revocación de Mandato se aprobaron 12 millones de firmas de solicitantes, luego de que fue depurado este listado por varias irregularidades encontradas como que algunas de ellas eran de ciudadanos ya fallecidos.
Como señalamos líneas arriba, para que esta consulta fuera vinculante se requería del 40 por ciento de los ciudadanos registrados en el Listado Nominal que representan un estimado de poco más de 37 millones de personas. Sin embargo, la participación estimada es de entre el 17 y 18 por ciento, lo que traducido al número de ciudadanos es de 15 millones 776 mil para el primero y de 16 millones 889 mil para el segundo.
«Estoy muy contento porque a pesar de los pesares mucha gente salió a votar el día de hoy».
Se compromete a terminar su periodo presidencial en 2024: «Me quedo y vamos a continuar con la transformación».
Del total de esta participación, se estima que entre el 6.4 y el 7.8 por ciento cruzó en la papeleta la opción porque “se le revoque el mandato por pérdida de confianza”. En número de personas, significa que por esta opción se pronunciaron apenas entre un millón 97 mil ciudadanos y un millón 303 mil participantes, una cifra muy baja.
En cambio, el porcentaje de quienes marcaron la opción de que “siga en la Presidencia de la República” fue de entre el 90.3 y 91.9 por ciento, que si lo traducimos a ciudadanos la cifra estaría entre 14 millones 245 mil 560 y 15 millones 355 mil 191 participantes. Indudablemente una cifra contundente a favor del presidente López Obrador.
Abstención anunciada
Pero frente a estas cifras hay una realidad que no puede ignorarse y que deja demostrado que los grandes ganadores de esta consulta fueron todos aquellos que, de entrada, promovieron la no participación, lo que llamaron “urnas vacías, y que, por lo tanto, provocaron una alta abstención.
En números redondos, estamos hablando de que ocho de cada 10 ciudadanos en el listado nominal decidieron no participar en esta consulta ciudadana, sin dejar de reconocer que la participación promedio en una elección presidencial se encuadra entre el 50 y 60 por ciento. Pero no deja de ser contundente que sólo dos de cada 10 ciudadanos acudieron a las urnas, y de acuerdo a los testimonios difundidos en redes sociales, muchos de ellos fueron “acarreados” en camiones, principalmente adultos mayores, como se aprecia en videos compartidos en las redes sociales en Jilotlán de los Dolores o en Ameca, según el partido Acción Nacional.
Y ni hablar de la movilización que hizo el propio dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, quien conduciendo una camioneta transportó a simpatizantes morenistas a sus lugares de votación, lo que fue registrado por la oposición que advirtió que presentará la denuncia correspondiente porque incurrió en un delito electoral. Delgado Carrillo desestimó la amenaza de denuncia en su contra, asegurando que fue culpa del INE por no haber instalado las casillas que, según él, debió de instalar.
Precisamente Mario Delgado ha insistente en señalar que el INE únicamente colocó una de cada tres casillas que instala en elecciones ordinarias, sin tomar en cuenta que las autoridades electorales han argumentado que no hubo más casillas porque precisamente la mayoría legislativa de Morena se opuso a otorgarles más recursos económicos para eso.
Y es en esta cifra en donde Morena presume como un “triunfo” para el presidente López Obrador esta consulta popular, pues asegura que con ese tercio de casillas obtuvo la mitad de papeletas a su favor de los votos obtenidos en la elección de 2018 y que fueron poco más de 30 millones de pesos.
La oposición, por su parte, considera que en sólo tres años López Obrador perdió 15 millones de votos de los 30 obtenidos cuando ganó la presidencia de la República.
No hay que perder de vista que a diferencia de las elecciones ordinarias en las que todos los protagonistas, autoridades electorales, partidos políticos y candidatos, promueven la participación ciudadana, impulsan que los ciudadanos acudan a las urnas y, por supuesto, ponen en práctica el famoso “acarreo”, en esta ocasión hubo una intensa campaña para lo contrario, para que los ciudadanos no participaran, para que no acudieran a las urnas, y todo indica que fue exitosa.
¿Instrumento ciudadano?
Pero hay quienes consideran que la participación de 16 millones de ciudadanos es un “triunfo” o que es una cifra aceptable por ser la Revocación de Mandato una figura nueva, inédita, y de la que aún hay mucho por aprender. Y eso es indudable, principalmente por parte de las autoridades que prácticamente monopolizaron todo el proceso y dejaron fuera a la ciudadanía.
Y es que fue desde el gobierno federal de donde convocaron a esta consulta popular y dejaron en manos del INE la organización. Fueron las autoridades federales las que “amarraron” al INE al no otorgarle los recursos necesarios para enfrentar los gastos que generó un proceso que requería un gasto mayor al que se tenía presupuestado y que tuvo como consecuencia una menos cantidad de casillas.
«Durante este proceso, el INE ha recibido 172 quejas por presuntas violaciones a presuntas disposiciones legales cometidas principalmente por funcionarios públicos, tanto del nivel Federal como Estatal, y ha otorgado 25 medidas cautelares ordenando el retiro de publicidad y mensajes tanto en espacios físicos como en medios digitales».
LORENZO CÓRDOVA / PRESIDENTE DEL INE
Desde el gobierno federal se quiso promover esta Revocación pese a que la ley misma lo prohibía, una ley que fue aprobada por todos los legisladores de Morena, y que luego de que pretendían violarla impunemente, impusieron su mayoría en la Cámara de Diputados y la modificaron, a fin de que los funcionarios públicos pudieran hacer campaña.
Pero el Tribunal Electoral revocó dichas reformas y aun así quienes estaban impedidos a hacer proselitismo y propaganda, sin rubor alguna lo hicieron.
Además, para nadie pasó desapercibido que muchos funcionarios y dirigentes de Morena recurrieron al argumento de que era necesario participar y apoyar a la permanencia del presidente porque podían perder los recursos económicos que les llegaba del gobierno o porque podían perder los programas sociales. Por otro lado, se habló de que hubo pagos a quienes acudieran a participar.
Todo esto, sin duda, contaminó, manipuló y tergiversó un instrumento ciudadano que para no pocos es de gran alcance en la democracia del país, pero tendrá que trabajarse mucho para que pueda recuperar su naturaleza ciudadana.
Andrés Manuel vs López Obrador
Mario Carrillo, dirigente nacional de Morena, calificó como un “éxito” y un gran “triunfo” el resultado de esta consulta sobre la Revocación de Mandato; destacó que López Obrador obtuvo la mitad de los votos que logró en 2018, con sólo un tercio de las casillas instaladas en aquella ocasión; y que fueron más votos que los obtenidos por Ricardo Anaya y Meade en aquella elección.
Sin embargo, en lo que no repara Mario Delgado y demás morenistas que festinan el resultado de ayer, es que hoy el presidente López Obrador jugó en “solitario”, que no tuvo adversario o final enfrente; que en esta ocasión Andrés Manuel jugó contra López Obrador, y cualquiera de los dos perdió 15 millones de votos de los 30 que logró hace cuatro años.
Ahora López Obrador no tuvo enfrente ni a Anaya ni a Meade ni a ningún otro adversario político. Solamente fue Andrés Manuel López Obrador y sus tres años de gobierno. Y el hecho de que la ciudadanía no haya abarrotado las casillas con tal de manifestar su conformidad con sus acciones de gobierno y que, por lo tanto, debería de continuar gobernando, es muestra de que muchos millones de ciudadanos que votaron en 2018 por él hoy ya no están precisamente con él.
Ahora la discusión era: se va o se queda, pese a que constitucionalmente fue electo por seis años. A la mayoría de los ciudadanos eso no les importó y no acudieron a las urnas. Y quienes lo hicieron fueron apenas la mitad de los que votaron por él en aquella ocasión, aunque nueve de cada 10 que lo hicieron se pronunciaron a su favor, por diversas razones y no precisamente todas por estar convencidos de ello.
Pero sin duda que este proceso nos dejó una gran lección a todos, A los que participaron y a quienes no lo hicieron. A los protagonistas políticos, a las autoridades electorales y al gobierno mismo. Pero será necesario, pues, depurar todo aquello de negativo que tuvo la ejecución de esta figura ciudadana.
Crónica de una Revocación
La jornada inició como estaba planteada en punto de las 08:00. Las 6 millones 265 mil 465 papeletas disponibles para los jaliscienses inscritos en la lista nominal estaban ya en manos de los ciudadanos autoridad en las casillas electorales. Del otro lado, de los hornos iban saliendo las empanadas de crema (que son las de mayor popularidad), las de fresa, piña, zarzamora, cajeta o las de atún.
Como ocurre en cada una de las elecciones, los incidentes se dieron al inicio de la jornada. Hubo casos en donde las casillas no abrieron con puntualidad, en donde el consejero ciudadano presidente de alguna mesa simplemente no se presentó y tuvo que ocupar su lugar otro ciudadano.
A diferencia de una jornada electoral ordinaria, en esta consulta ciudadana la gran mayoría de quienes emitieron su opinión sobre si Andrés Manuel López Obrador debía de dejar el cargo por pérdida de confianza o si, por el contrario, continuaba en su cargo, fueron en su mayoría personas de la tercera edad.
El motivo principal para ir a emitir su opinión, en la mayoría de los casos a los que se les preguntó, fue la posibilidad de perder el apoyo de 2 mil 550 pesos cada dos meses. Otros, con una conciencia más segura sobre lo que representaba esta jornada, comentaron que era para que se mantuviera el presidente en su cargo y fortalecer la llamada Cuarta Transformación, que a su entender se trata de que los funcionarios y políticos tengan perfiles ciudadanos con honradez y brinden un servicio de calidad a la gente.
Se percibió el poco interés de los jóvenes por emitir su opinión. Los propios presidentes de casillas así lo señalaron, destacaron que algunos que participaron lo hicieron porque llevaron a sus papás, abuelos o algún pariente que necesitaba apoyo para poder desplazarse, y estando ahí decidieron en el último minuto dar su opinión.
Desinformación
Otra de las coincidencias que argumentaron los ciudadanos que acudieron y, sobre todo, los que tenían la intención de emitir su opinión, pero que no pudieron hacerlo fue el “desmadre” que hicieron con las casillas.
Al no recibir el presupuesto solicitado por el INE para cubrir la totalidad de las casillas acostumbradas, los tribunales le instaron al órgano electoral a que realizara la jornada con lo que tuviera y hasta donde le alcanzara, de manera que solo pudieron colocar la tercera parte de las casillas totales. En Jalisco solo se instalaron 3 mil 782.
“Acudimos a tres lugares diferentes y en ninguna nos tocaba, nadie daba información y cuando nos la dieron solo fue para que nos fuéramos y pasarle el problema a otra casilla, por eso quería votar para que el presidente ponga en su lugar a estos del INE”, comentó don Juan, vecino de Colinas de la Normal.
“Ya tengo 70 años y me traen de un lado a otro, por favor, señorita dígame en dónde puedo votar”, era el cansado reclamo de la señora Rebeca, que llegó a pie a la casilla que se instaló en la Glorieta de la Normal, y que ya había recorrido toda la avenida Alcalde desde Tránsito sin dar con su casilla.
Con su credencial en mano como única pertenencia, le pedía a la gente del INE que la llevaran a la casilla donde le correspondía. Tanto esfuerzo obedecía a no perder la pensión bimestral, pues le dijeron que si perdía AMLO ya no le depositarían.
Por la Glorieta de los Maestros fue el mismo caso, aunque en esta casilla dos horas antes del cierre de la jornada fue de las pocas que se veían con un poco más de papeletas de opinión. Mismas características de los participantes: mayoría de adultos mayores, pocos jóvenes, pero a decir de los funcionarios de casilla. considerable participación de mujeres de todas las edades.
Tradicionales empanadas
En otro punto de la ciudad, justo en las inmediaciones de la Catedral de Guadalajara, tampoco se instalaron todas las mesas que venden empanadas, los días buenos para ellos empiezan desde el próximo jueves y hasta el próximo domingo.
También los comensales tradicionales y visitantes (turistas locales, nacionales e internacionales) aprovecharon la mañana fresca para ir a probar estas delicias culinarias de temporada.
Algunos esperaban comprar empanadas fuera del Santuario de San José de Gracia en pleno centro de la ciudad, pero fueron de las que no se instalaron, de manera que tuvieron que caminar algunas cuadras para llegar a Catedral y poder comprar sus empanadas. Ya por el medio día, ni el sol que caía a plomo impidió que los visitantes del primer cuadro de la ciudad se llevaran algunas.
En muy pocas manos se vio la marca de la tinta indeleble en sus pulgares, algunos alegaron que estaban de visita con familiares, otros que no encontraron su casilla, pero la mayoría simplemente ni enterados estaban de este asunto se estaba llevando a cabo.
Al cierre de esta edición en Morena Jalisco señalaron que según sus números la participación de los ciudadanos había sido muy buena, con cerca de 400 mil papeletas utilizadas, aunque los números son abrumadores, pues para Jalisco el INE dispuso más de seis millones 250 mil papeletas. A los jaliscienses simplemente no les interesó esta consulta ciudadana.