Charlas en la Cafetería del Barrio
Por Alberto Mora
@alberto_mora
-Cuando quieras conocer de que están hechos los políticos o grupos de políticos no los compares con otros, es más ilustrativo cuando los comparas con ellos mismos. Dale una revisada a su mapa de vida y “por sus pasos en la tierra”, con su conducta, te sorprenderás entendiendo sus verdaderas lealtades, sus convicciones, sus motivaciones y que tan firme o torcida está su ética en el desempeño de sus responsabilidades.
Así inicia la charla un distinguido profesor universitario, diluyendo con leche cremada una doble extracción de café espresso. El asiduo parroquiano gusta polemizar con el barista del lugar, quien sin tener una formación académica goza de un refinado sentido común que permite el encuentro de las reflexiones fundamentadas del académico frente a la percepción social de los ciudadanos “de a pie” que recoge el barista en las charlas que se dan a diario en la cafetería del barrio.
-Por ejemplo -continúa el profesor su charla en tono coloquial-, vamos revisando tema del conflicto del grupo en el gobierno, frente al INE. Muchos de los miembros (no todos) del actual grupo en el gobierno tienen una historia de lucha y sacrificio que influyó de manera importante para que cambiara el régimen de un solo partido poderoso, un partido hegemónico, a una germinal democracia en la que vivimos en nuestra época. Bajo las reglas del modelo de elecciones que existió durante el siglo pasado, ni el actual presidente de México ni su grupo tendrían oportunidad de gobernar este país.
“El INE, Instituto Nacional Electoral, que antes se llamaba IFE, Instituto Federal Electoral, nació como resultado de los conflictos con la sociedad que no admitía que el gobierno fuera juez y parte en las elecciones. Es decir, el gobierno controlaba la lista de los que podían votar, designaba a quienes recibían y a quienes contaban los votos. Así durante casi tres cuartos de siglo se celebraron elecciones donde el partido en el gobierno obtenía la mayoría de los votos.
“Entonces se creó una nueva legislación constitucional y reglamentaria en materia electoral, nació el Instituto Federal Electoral como depositario de la autoridad electoral, se creó un Registro Federal de Electores, se le dio sentido de permanencia y especialización a la función electoral. Con independencia del Poder Ejecutivo, se otorgaron instrumentos para sancionar a partidos políticos, a ciudadanos, a militantes y candidatos de los partidos políticos. Hoy se fiscaliza el dinero de los partidos políticos. Se creó la FEPADE, Fiscalia Especializada para la Atención de los Delitos Electorales, y el TEPJF, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
“Como dijo Pepe Woldenberg: ‘una espiral virtuosa que amplió el ejercicio de las libertades’. Así fue como quedó atrás la experiencia de un solo partido en el poder, así aparecieron las elecciones competidas, así crecieron los medios de comunicación críticos. Así fue como llegó la diversidad política, las elecciones libres, los gobiernos de diferentes partidos. Así ganó elecciones el PAN y así ganó también MORENA.
-¿Cómo? A mí me brincan muchas preguntas -responde el barista con sorpresa-. Si para que esto fuera posible se dieron movilizaciones, luchas, denuncias; si los que gobiernan hoy vienen de la crítica desde la calle, ¿por qué hoy no quieren entender ni lo qué pasa en la calle ni quieren escuchar lo que se dice en la crítica? Si estos organismos son los que les dieron oportunidad de estar donde están hoy, ¿por qué los quieren destruir? ¿Por qué quieren regresarnos a una realidad de la que ellos mismos nos ayudaron a salir?
“Lo que usted me dice, Profe, me da mucha tristeza. Se me figura que el IFE o el INE son los que han cuidado la democracia y que la democracia es la que crea la posibilidad para que los políticos, del partido que sea, tengan oportunidad de llegar a gobernar. Los que gobiernan son hijos de la democracia, entonces querer hacerle daño después de que gracias a ella están donde están, los convierte en malagradecidos, en unos hijos ingratos”.
-Así es mi querido amigo-, responde el profesor a manera de conclusión-. Lidiar con personas malagradecidas puede ser frustrante, pero muchas veces es inevitable.