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Días “calientes” en Jalisco

NOTA DEL EDITOR

Por Julio César Hernández

@jcentresemana

Sin duda los próximos serán días muy intensos en la actividad político-social de Jalisco, y que prácticamente arrancaron desde la reciente visita que hizo a Zapotlanejo el presidente Andrés Manuel López Obrador, en donde le entregó al gobernador Enrique Alfaro Ramírez un compromiso firmado -sin fecha límite de cumplimiento- de apoyar con recursos económicos la conclusión de la presa El Zapotillo y la construcción de la Línea 4 del Tren Ligero.

Para la obra de la presa, con lo que Guadalajara tendría abasto de agua para los años venideros, se comprometió a aportar 5 mil 900 millones de pesos, en tanto que para la Línea 4 únicamente prometió aportar 2 mil millones de los poco más de 9 mil millones que costará la obra… si es que con el paso del tiempo no se incrementa su costo.

Entre la sociedad se generó un escepticismo respecto al cumplimiento de dicho compromiso económico para estas dos obras. Lo menos que se ha dicho es que los recursos para el Tren Ligero podrían llegar a cuenta-gotas… si llegan.

Y es que el hecho de que el gobierno federal haya desairado estar presente en el arranque de las obras ayer domingo, luego de que ni el presidente López Obrador ni el secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis, estuvieron presentes, deja al descubierto que para el gobierno federal no es una prioridad o, al menos, no está en su radar.

Con este escenario, el rector general de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, anunció a principios de la semana pasada que este jueves 26 se llevará a cabo “la marcha más grande que haya habido en Jalisco” como parte de las movilizaciones de protesta y reclamo por los 140 millones de pesos que estaban destinados para el Museo de Ciencias Ambientales y que el gobernador reasignó para el Hospital Civil en Tonalá.

La última marcha-manifestación multitudinaria de la UdeG de la que se tiene memoria es la que se llevó a cabo durante el gobierno de Emilio González Márquez, cuando se concentraron 90 mil participantes. Si esta próxima se anuncia como “la más grande” en la historia del Estado, imaginémonos que tendrán que reunir a casi o más de 100 mil personas. Una manifestación así, sin duda testerea a cualquier gobernante.

En este marco, el sábado pasado se repartieron en los alrededores de los centros universitarios, donde aspirantes a ingresar a la universidad se preparaban a efectuar sus exámenes de admisión, volantes con información falsa en los que se afirmaba que con sólo asistir a la marcha del jueves 26 se tenía asegurado el ingreso a la máxima Casa de Estudios. Los volantes traían como remitente del contenido al partido Hagamos, ligado al Grupo Universidad.

Pero tanto la UdeG como Hagamos Jalisco calificaron de falsa la información y se deslindaron de la responsabilidad de su elaboración y distribución. “Es guerra sucia”, denunciaron. Y no faltó quien apuntó a operadores del gobierno estatal de estar detrás de estos volantes.

El mismo sábado, el partido Movimiento Ciudadano convocó a una reunión de su Consejo Estatal para establecer la estrategia a seguir en defensa de su gobierno estatal, frente a la manifestación anunciada por la UdeG.

¿Qué sigue en los próximos días antes y después de la “marcha más grande en Jalisco”? El ambiente se está “calentando” más allá del intenso calor que se ha dejado sentir en estas semanas en el Estado. No se descarta la aparición de “reventadores” en la marcha universitaria, de “infiltrados”. Todo puede suceder.

Ojalá y no llegue “la sangre al río”, pero hay que estar atentos.

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