Pese a que él creó su partido político y a que Jaime Rodríguez “El Bronco” está en la cárcel por presuntos actos de corrupción, luego de proponer “mocharle las manos” a los corruptos, el ahora regidor en Zapopan apuesta porque esta figura no está desgastada.
Por Julio César Hernández
Primero, el candidato independiente decide crear su propio partido; segundo, quien ganó una diputación federal sin partido político de por medio, terminó cansado de la política y decidió retirarse e irse a su casa; y, tercero, quien ganó la gubernatura sin marca partidista y que propuso “mocharle las manos” a los corruptos y rateros, hoy está en la cárcel acusado de actos de corrupción.
Así terminaron tres figuras emblemáticas que en 2015 fueron ejemplo de cómo sí se podían ganar elecciones sin ser postulados por algún partido político, y que al momento de dar el paso en contrario recibieron toda serie de críticas: el jalisciense Pedro Kumamoto Aguilar; el sinaloense Manuel Clouthier Carrillo; y el regiomontano Jaime Rodríguez “El Bronco”, diputado local, legislador federal y gobernador de Nuevo León, respectivamente.
Sin embargo, para Kumamoto Aguilar la figura de candidato independiente aún es rescatable en elecciones locales y asegura que aún está lejos el momento en que postularse por esta vía desaparezca, no obstante la situación en la que se encuentra él y sus otros dos colegas en la carrera política.
-Pedro, ¿qué ha sucedido con la figura de candidato independiente? A siete años de su aparición se ha dado un vuelco: Manuel Clouthier, retirado de la política; Jaime Rodríguez “El Bronco” en la cárcel por presuntos actos de corrupción; y tú ya con tu propio partido.
-Lo que pasó es que, de entrada, lo que decíamos desde 2008, que lo que había hecho el entonces gobernador (“El Bronco”) eran evidentes actos ilícitos electorales. Algo que planteamos es que se gobierna como se hace campaña y, pues, el engaño como consigue su candidatura. Dejamos asentado que era solamente la réplica de la peor forma de hacer política.
“¡Qué sucede? Creo que desde la perspectiva que hemos planteado desde 2015 es que las candidaturas independientes sirven para impulsar liderazgos únicos, particularmente para municipios y, en algunos casos, para enarbolar agendas para Congresos locales.
No se deja de tener candidaturas independientes, pero ya no se tiene necesariamente el foro mediático que se tuvo en 2015. Dos, pasa que buena parte de personas que pudiesen estar en candidaturas independientes se van a la oferta de partidos políticos nuevos, que sucede sobre todo en el proceso del 2021, pero las coaliciones que se hicieron en 2018 y 2015 no permitían ver que eran como dos polos o tres, y ahora hay tres opciones para poder participar.
“Pero también hubo quien vio la experiencia de 2018, donde puedes ser la fuerza política más votada del estado y no tener ninguna representante de representación proporcional (plurinominal); es decir, tener 762 mil votos para el Senado y más de cien mil votos para el Congreso local, y a pesar de eso no tener la representación ni el peso que se merece por parte de la opinión de un sector de la población. Entonces, mi conclusión es que ese mecanismo siempre ha servido para algo muy acotado y se tiene que mejorar y cambiar.
“Además, es un mecanismo que presupone generar mucha estructura o infraestructura interna, alguien que lleve la fiscalización, el tema legal. Temas muy específicos y eso significa costos de aprendizaje, y preferían irse por un partido porque no podían participar sin necesidad de hacer en campaña todas esas cosas. Y luego, los costos son tan altos que las posibilidades de llegar generan mucha incertidumbre y finalmente no se dota de recursos humanos y de representación proporcional que permita que más gente participe en este proceso”.
-Hubo tres figuras que destacaron como independientes y hoy ya no lo son. ¿La figura de candidato independiente quedó desgastada, desvalorizada, caduca, en tan poco tiempo? ¿Ya no es la opción que algún día se creyó que era?
-Creo que no es así. Creo que siempre ha sido para ciertos procesos de liderazgo, particularmente locales, individuales, o con una agenda para el Congreso. Para mí eso es como el perfil natural de quien quiere ser candidato independiente. El enorme problema es que en nuestro caso, pese a ser la fuerza política más votada y aún así no tener representación, marca, desde mi perspectiva, uno de los hitos de hasta dónde llegar la figura. Esto es, se acaba la campaña y no tenemos una casa común a dónde regresar, se tienen que extinguir las asociaciones civiles que apoyan las candidaturas, frente a notario, y otra vez regresamos a hacer reuniones de 200 personas. Pero no existe un vehículo a través del cual podamos participar, llámese asociación civil, agrupación política… ¡nada! Sin recursos para seguir formándonos, sin posibilidad de obtener representación en espacios importantes que puede ser en el Congreso, pero también en el Instituto (Electoral) para poder volcar la opinión…
-Tú construiste una candidatura independiente y luego un partido político. ¿Qué experiencia te dejaron estos dos hechos?
-El haber participado como candidato independiente individual, como una red de candidaturas independientes en el estado, y ahora ir por un partido político local, lo que demuestra es que estamos tratando de adaptarnos lo más rápido posible para participar y enarbolar las ideas que tenemos. O sea, no se trata de casarse con la figura sino de cómo podemos resolver de manera efectiva los problemas de la sociedad: la crisis climática, la desigualdad, la violencia en la que vivimos, y cómo le damos una vía para que esa participación no sea desde uno sino de una manera colectiva.
-¿Qué tanto afectó tu persona e imagen el de ser candidato independiente pasar a fundar tu propio partido, y el que se haga calificado como una farsa, que lo hiciste por las prerrogativas, que eras igual que todos los políticos, y demás críticas?
-Se vuelve un reto grande. Pero hay que dividir en dos los ataques y señalamientos: unos vienen de Movimiento Ciudadano y Morena, con interés para desprestigiar, pero me he enfocado en esas preocupaciones que vienen de parte de quienes nos ayudar, apoyado y de quienes creen en el proyecto, y responder en los hechos. Vamos viendo las críticas y poder explicar qué fue lo que sucedió.
“Hay quien lo plantea en términos de que sólo se hace un partido por términos de dinero y a mí me da mucha risa, porque cuando fui candidato al Senado recibí más dinero que lo que recibió el partido político para hacer campaña en todos los distritos y en todos los municipios del Estado, como tres veces más. No se trata de recursos. Pero la sociedad tiene derecho de a desconfiar hoy de la política que se ha hecho, y lo que toca es ser empático, es mostrar con hechos que a la larga van a recuperar mucha de la confianza que podría o no haber perdido en el proceso de convertirnos en partido”.
-¿Perdiste credibilidad al pasar de independiente a candidato de tu partido político?
-Eh…. Es difícil poder responder esa pregunta porque, por un lado, según algunas encuestas, la percepción sigue siendo muy positiva, pero también seguramente, esto no sólo es cuantitativo sino cualitativo, y desde luego que se requiere tener mucha cercanía y poder escuchar a quien lo ha sentido así. No se trata de ‘mis números están bien y punto’, sino también de escuchar a quienes tienen sus críticas.
“Para mí ha sido un ejercicio muy emocionante y serio de estar escuchando a quien está en desacuerdo. Pero quien esté hoy desconfiando por esto, tiene razón en tener un dejo de desconfianza, y mi reto es que las acciones concretas hablen más que las posibles razones por las cuales se desconfía. Y que a partir de eso, la ciudadanía haga su cálculo. Pero en el día a día, me siento muy arropado y querido por la sociedad.
“Seguro hubo quien perdió la confianza, y estamos haciendo todo para recuperarla”.
-Más allá de las razones que tuvieron para crear un partido político, en términos generales, perdieron credibilidad ante lo que pasó con ustedes (Kumamoto, Clouthier y “El Bronco”)?
-Creo que es un error agrupar a tres candidaturas independientes por ser candidaturas independientes. O sea, yo siempre lo dije: yo nada tengo que ver con “El Bronco”; con Manuel había mucha simpatía por muchos temas, pero también pudimos haber compartido con otras candidaturas de Zacatecas, de Michoacán… Es decir, la figura no nos determinaba cómo éramos nosotros y, por lo mismo, es importante decirlo: ser candidato independiente significa que llegas a tu registro con firmas de la ciudadanía. Ya como cada quien lo haga y los objetivos y la ideología, eso ya es muy distinto.
-Pero frente a la ciudadanía, ¿crees que la figura perdió credibilidad?
Piensa la respuesta con un silencio de segundos. Y entonces responde:
-Yo sigo creyendo, primero, mucho en la capacidad de distinguir de la ciudadanía de aquellas personas que se puedan vestir de distintos colores, pero que sigue siendo el mismo político corrupto, y de quienes tienen un proyecto que represente los intereses de la sociedad y no personales. Si eso lo ven en un partido o en un independiente, yo creo que es ahí donde se va a retomar la confianza…
-¿Pero crees que se perdió? Si ven cómo terminaron ustedes, ¿crees que aún votarían por un independiente?
-Yo creo que la respuesta es: sí se quieren candidatos independientes, pero depende esencialmente de quién es la persona, de cuál es la agenda y cuál es el territorio, porque puede ser que en Yucatán el candidato independiente no signifique hoy ni bueno ni malo, pero ahorita en Nuevo León está muy cargado de lago negativo. Pero por la naturaleza regional que puedan tener las candidaturas, considero que dependerá mucho de cuál es la carga que tenía o tienen las candidaturas independientes.
“Sí va a ser una labor muy interesante para quien quiera utilizar esa figura. Yo, quiero insistir, la acoto para cierto tipo de incidencia; el explicar por qué esa persona o proyecto político puede resolver esos problemas que se están planteando”, concluyó.