Opinión Política
ANÁLISIS

Morena: El “dedazo” y el “tapado” gozan de cabal salud

Las apuestas apuntan a que López Obrador ya decidió quién de Morena buscará relevarlo, y sólo esperan que la famosa encuesta le quite la “capucha” al designado. Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum, los verdaderos competidores en la carrera.

 

Por Julio César Hernández

El domingo pasado, Mario Delgado Carrillo, presidente nacional del partido Movimiento de Regeneración nacional (MORENA), luego de concluida la sesión del Consejo Nacional de su partido, en la que se establecieron y aprobaron las reglas del juego para la elección de su candidato presidencial, irónicamente declaró ante los medios de comunicación:

“Deberíamos guardar un minuto de silencio para el ‘dedazo’ que hoy termina para siempre”.

Más de uno de los presentes y ausentes no pudieron evitar hacer una mueca de interrogación al escuchar esta jocosa aseveración, porque ni los propios morenistas creen en su dicho cuando muchos de ellos mantienen la creencia -no equivocada- de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ya señaló con el famoso y clásico “dedazo” del Gran Elector a quién será la o el que sea quien contienda por sucederlo el primer domingo de junio del 2024.

Incluso, hasta podría afirmarse que en Palacio Nacional aún mantienen viva la figura del “tapado”, porque nadie conoce el rostro de quien será el beneficiario del “dedazo” presidencial, y como en los mejores años del priismo aún está vigente aquel “juego que todos jugamos”: adivinar quién de las fichas en vitrina será elegida para ser candidato(a) presidencial de Morena.

En el fondo, es el mismo juego con otras formas.

Para esta contienda interna se apuntaron cuatro morenistas: Marcelo Ebrard Casaubon, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila y Claudia Sheinbaum Pando, y se han formado en la misma fila dos externos que pertenecen a los partidos aliados: Gerardo Fernández Noroña, del partido del Trabajo, y el senador Manuel Velasco Coello, del partido Verde Ecologista de México. Ambos esperan que las condiciones les sean favorables para entrar a una “cancha” como “visitantes” y en las que corren el riesgo, incluso, de quedarse permanentemente en “la banca” o que se les encomienden otras tareas para algunos de los contenientes de Morena.

GRAN ELECTOR. Nadie cree el argumento de que el presidente López Obrador estará ajeno a la contienda.

EL “DEDAZO” GOZA DE CABAL SALUD

El proceso de elección interna que hoy lleva a cabo Morena no es muy diferente al que en su momento realizó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), concretamente el presidente de la República -el primer priista del país-, con sus muy particularidades matices hoy y ayer. Quizás el proceso actual sea, en la forma, parecido al que aplicó el presidente Miguel de la Madrid Hurtado cuando se decidió que hubiera una “pasarela” que tenían que recorrer los aspirantes a sucederlo: Manuel Bartlett, Alfredo del Mazo, Sergio García Ramírez, Carlos Salinas de Gortari, Ramón Aguirre…

En aquella ocasión, de entre todos los que levantaron la mano sólo tres contendían más parejo: Bartlett, Del Mazo y Salinas. Las apuestas estaban a favor de quien era el secretario de Gobernación, Bartlett, pero finalmente el “dedazo” de Miguel de la Madrid se inclinó a favor de Carlos Salinas de Gortari, aunque en un “lapsus” del que nunca se pudo recuperar emocionalmente, Alfredo del Mazo “destapó” a Sergio García Ramírez, y eso le costó, a petición propia, irse como embajador a Bélgica, según le contó De la Madrid a Jorge G. Castañeda para su libro “La Herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México”.

Era común que quien resultaba designado -es la palabra correcta: designado- candidato, era “destapado” por alguno de los dirigentes de los tres sectores del partido (obrero, campesino y popular), decisión que casi siempre le correspondió a Fidel Velázquez, eterno dirigente de la CTM-.

Hoy- como en aquella ocasión-, de entre los seis que han dicho en Morena y aliados que aspiran a la candidatura sólo tres son los contendientes más parejos: Ebrard, López y Sheinbaum. De entre ellos, el candidato será quien le favorezca el “dedazo” de Palacio Nacional. Pero ahora no será el dirigente de alguna de las corrientes de Morena el que se encargue de “destapar” a quien será el candidato o la candidata, pues aquellos dirigentes de los sectores priistas fueron sustituidos en Morena por las encuestas, famosas y polémicas que también tienen historias que contar respecto a quién fue el verdadero ganador. Dos son las más recientes:

En 2012, se asegura que el ganador de la encuesta para ser candidato a la presidencia de la República fue Marcelo Ebrard, pero que decidió dejarle el paso a López Obrador, su adversario en la encuesta.

En 2018 existe la certeza de que quien ganó la encuesta para la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México fue Ricardo Monreal, pero que el entonces candidato a la presidencia, López Obrador, decidió que fuera Claudia Sheinbaum y entonces la encuesta ofreció “otros datos” que Monreal Ávila aceptó sin chistar.

En pleno siglo XXI el “dedazo” “goza de cabal salud” y se asegura que será desde Palacio de Gobierno donde se active para que el resultado de la encuesta final recaiga en quién haya sido señalado previamente por el jefe político del partido. Por el Primer Morenista del país.

Y esto no es una leyenda urbana, porque más de uno de los contendientes morenistas cuyas encuestas no les favorecieron y no quedaron satisfechos con el resultado, en estados o municipios donde se aplicaron, no sólo denuncian que hubo fraude en la aplicación de las mismas, sino que exigen les sea dado a conocer la manera en que se aplicaron los cuestionarios. Obviamente sus reclamos son ignorados.

Tan seguros están dentro y fuera que existe el “dedazo” del Gran Elector en Morena, que han señalado a Claudia Sheinbaum como la “favorita” de Palacio Nacional, no de la mayoría de los morenistas. Y, por supuesto, hay quienes esperan su “destape” el próximo seis de septiembre, de acuerdo a los tiempos marcados por el partido.

MORENISTAS. El 6 de septiembre los morenistas tendrán candidato presidencial.

CLAUDIA VS MARCELO

MARCELO VS CLAUDIA

Pero eso que algunos consideran la fortaleza de Sheinbaum Pardo, de tener el apoyo presidencial, puede convertirse en su principal debilidad, pues se ha convertido en el “blanco” de los grupos de seguidores de Ebrard, de López y hasta de Monreal, que incluso la acusaron de utilizar recursos públicos del gobierno de la Ciudad de México para su promoción no sólo en espectaculares y pinta de bardas, sino hasta costeando conciertos musicales a costa del erario y por los que se pagaron millones de pesos.

Es ahí donde sus detractores observan la preferencia presidencial al “dejarla hacer, dejarla pasar”, sin llamada de atención alguna no sólo del jefe político sino tampoco por parte del partido.

Ahora aquellos observan que la contienda puede estabilizarse mejor y con “piso parejo”, al no tener Sheinbaum ya los recursos económicos y materiales que manejaba como responsable del gobierno de la capital del país.

Y nadie duda que su principal rival será Marcelo Ebrard Casaubon, quien en más de una ocasión él y su equipo denunciaron las presuntas irregularidades en que incurría la jefa de Gobierno sin que ni en Palacio ni en el partido le llamaran la atención. Fue ella y su activismo desde el gobierno lo que obligó al ahora ex Canciller a reclamar “piso parejo” y que lo llevó a proponer -y le fue aceptado- que todos quienes aspiraran a la candidatura presidencial de Morena, renunciaran al cargo que ocupaban. Sabía que con esto último le quitaba una importante “arma” a su principal adversaria.

La efectividad de esta medida se conocerá a partir del próximo lunes 19 cuando arranquen los llamados “recorridos” de los aspirantes, y cuando éstos ya se hayan separado de sus cargos.

Se augura que será entre Claudia y Marcelo donde “salgan chispas” en sus recorridos, pues uno y otro cree que el de enfrente es el adversario a vencer. Pero lo que estaremos viendo también será una “guerra” socarrona entre quienes son considerados los “moderados” (los ebradoristas) y los radicales (claudistas). Harán lo posible por debilitarse uno y otro, pero siempre se manejarán en la delgada línea de los acuerdos que ambos aceptaron cumplir.

PARTIDO. Desde la dirigencia de Morena, Mario Delgado deberá mostrar que tiene el control del proceso.

ADAN AUGUSTO, EL TERCERO EN DISCORDIA

El tabasqueño Adán Augusto López Hernández buscará irse “por la libre” y aprovechar el enfrentamiento entre Sheinbaum y Ebrard, prácticamente como lo ha venido haciendo desde que se le consideró uno de los viables candidatos no sólo por ocupar la cartera que se consideraba era la puerta por donde salía el candidato natural a la presidencia de la República, la de Gobernación, sino por su efectividad en la solución de los problemas que enfrentaba el presidente en diversos puntos del país.

Llegó Adán Augusto López y puso orden.

Dentro y fuera de Morena hay quienes consideran que, efectivamente, el presidente López Obrador tiene un “favorito”, pero no se llama Claudia ni se apellida Sheinbaum, sino Adán Augusto y López Hernández. Hay quienes han advertido señales de ello que han pasado desapercibidas para muchos, por un lado, pero, por el otro, el aún inquilino de Bucareli también ha hecho un trabajo político que le ha permitido ir escalando puntos en las encuestas.

Por supuesto que sus visitas a las diversas entidades del país no fueron desaprovechadas por él ni por su equipo, y eso poco se ha advertido o registrado, pero será cuestión de tiempo para que comiencen a hacerse sentir a lo largo y ancho del país. Sus operadores no se han “dormido en sus laureles”, sin que han venido tejiendo encuentros, relaciones y compromisos que tarde que temprano irán dando el fruto esperado, aseguran quienes han visitado Jalisco provenientes de la capital del país a hacer el trabajo político a favor de López Hernández.

No debe perderse de vista que más allá de lo que señalan algunas encuestas de dudosa procedencia, López Hernández es quien ha venido de menos a más, pues mientras sus otros dos rivales prácticamente ya llegaron a su techo, Adán Augusto todavía tiene peldaños por subir.

 

LOS ACTORES DE REPARTO

El futuro del resto de los contendientes en esta carrera es incierto, pues pocas posibilidades se les dan de entrarle a la verdadera competencia y terminarán siendo simples actores de reparto a los que tarde que temprano les darán las “gracias por participar”. Y hablamos de Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Gerardo Fernández. Ellos saben el papel que jugarán en esta carrera.

En esta arena preelectoral, se observa que estos tres aspirantes terminarán declinando a favor de alguno de los otros tres fuertes contendientes. O al menos los dos primeros: los senadores Monreal y Velasco. En tanto, no les sorprendería que Fernández Noroña decida salirse de la competencia alegando inequidad, presuntas irregularidades, “dados cargados” y quién sabe cuántos argumentos más para tratar de descalificar el proceso o, cuando menos, no dar la impresión de que “huye” por sus nulas posibilidades de estar en la competencia.

LA “GUERRA” QUE SE AVECINA

Lo que suceda en el transcurso de esta semana no será más que de mero trámite, aunque alguno de los contendientes pudiera dar la “nota” con alguna declaración llamativa o explosiva. Esta semana será de renuncias y de registro. Pero la próxima, a partir del lunes 19, debemos de estar listos para ver dos escenarios: El primero, una “guerra” de descalificaciones o acusaciones “entre líneas” entre los contendientes; el hacer público los “trapitos al sol” de uno y otro contendiente, como ya comenzó a publicarse el mismo documento en redes sociales con el tema de unos expedientes que teme Ebrard sean dado a conocer, y de los que se han adelantado algunos textos.

No hay garantía de que quienes están verdaderamente en la competencia cumplan con lo establecido en el Acuerdo que firmaron el domingo durante el Consejo Nacional, de un pacto de no agresión, pues si bien seguramente no lo harán ellos mismos, sus colaboradores se encargarán de hacer llegar a quien corresponda los “pecados” de sus adversarios.

Preparémonos para la “guerra” que se avecina, a menos de que desde Palacio Nacional hagan sentir su fuerza, den el “manotazo” que o pone a todos quietos o termina por alentar la “rebelión” que muchos creen que está latente dentro de Morena.

 

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