Opinión Política
EDUCACIÓN E HISTORIA

La primera gobernadora y el primer gobernador de oposición

Griselda Álvarez y Ernesto Ruffo abrieron la puerta a cambios que modificaron el ejercicio de la democracia en México.

 

Por Alfredo Arnold

En el año de 1976 el PRI seguía siendo un monolito político impenetrable; con la elección de José López Portillo, el también poderoso sector empresarial se había reconciliado con el gobierno después de la desastrosa relación que prevaleció con Luis Echeverría.

No obstante que la relación gobierno-empresarios volvía a ser buena en términos generales, comenzaba a gestarse una nueva fuerza política que poco a poco comenzó a descubrir sus verdaderos motivos: alcanzar puestos políticos relevantes para competir de tú a tú con el partido en el gobierno. La gestión de López Portillo cambió radicalmente a la mitad del sexenio, la economía comenzó a dar señales negativas y las cosas volvieron al estado de confrontación de antes, el clímax llegó cuando el presidente, en su último informe de gobierno, anunció la nacionalización de la banca.

Fue entonces cuando saltaron a la arena política figuras como Manuel “Maquío” Clouthier del Rincón, quien era presidente del Consejo Coordinador Empresarial. El PAN surgió con gran fuerza, ganando presidencias municipales en Sonora, Nuevo León y otros estados del norte. Era un panismo nuevo, reforzado con líderes jóvenes apoyados por un novedoso organismo llamado Desarrollo Humano Integral, A.C. (DHIAC). A esta ola panista, se le conocía como “los bárbaros del norte”.

Ernesto Ruffo Appel asumió la gubernatura de Baja California el primero de noviembre de 1989 en medio del furor que el PAN despertaba en aquella entidad.

Este era el escenario político que prevalecía a finales de la década de los setentas, en la que surgió Griselda Álvarez como la primera mujer gobernadora en la historia de México. Y diez años más tarde, cuando las relaciones entre gobierno y empresarios comenzaban a estirarse de nuevo, las destrabó el presidente Salinas de Gortari “al permitir” el triunfo del panista Ernesto Ruffo, el primer gobernador de oposición desde que el PRI había sido fundado como Partido Nacional Revolucionario en 1929 por Plutarco Elías Calles.

En ese sentido, tanto Griselda como Ruffo pueden considerarse como arietes de una lucha que se acentuó al paso del tiempo: la de las mujeres y la de la oposición por acceder al poder. Ambas, por cierto, han tenido éxito: actualmente hay diez gobernadoras en funciones y las dos principales candidatas a la presidencia son mujeres, y desde el triunfo de Fox, la presidencia ha cambiado de partido en tres ocasiones: PAN, PRI y Morena.

Curiosamente, Griselda y Ruffo no nacieron en el estado que gobernaron: ella nació en Guadalajara y él en San Diego. Pero no hubo problemas para postularlos. Ganaron con tranquilidad.

La priista Griselda Álvarez Ponce de León, quien ganó la gubernatura de Colima y tomó posesión el día primero de noviembre de 1979, era una maestra muy destacada por su cultura. Fue senadora por Jalisco, pero carecía de formación política aunque su bisabuelo y su padre también gobernaron esa entidad. Nunca abandonó su pasión por el arte y las letras. Se le reconoce su efectividad como impulsora de la educación pública y del feminismo. Al terminar su sexenio no continuó en la política, sino que pasó a dirigir el Museo Nacional de Arte. Griselda falleció en marzo de 2009, a la edad de 95 años.

Manuel de Jesús Clouthier revisa El Periódico de la Vida Nacional, durante la huelga de hambre que protagonizó al pie de El Ángel de la Independencia en diciembre de 1988. Al fondo se alcanza a observar a Felipe Calderón Hinojosa quien, junto con otros líderes panistas, acompañó a El Maquío en su lucha por la democracia.

Ernesto Ruffo Appel asumió la gubernatura de Baja California el primero de noviembre de 1989 en medio del furor que el PAN despertaba en aquella entidad. El presidente Salinas de Gortari asistió a la toma de posesión y desde entonces se advertía una excelente relación entre ambos y entre sus partidos. Él sí era político de carrera ya que antes de la gubernatura fue presidente municipal de Ensenada, ha sido un miembro destacado del PAN y en tiempos recientes se ha desempeñado como senador y diputado federal.

Hoy los tiempos corren a otra velocidad, pero aquellas décadas de los setentas y ochentas fueron verdaderamente apasionantes.

Cerramos estas líneas con una pieza de Griselda Álvarez, que muestra su feminismo y sensibilidad poética, se llama “Soneto a la Mujer”:

Nacer mujer es un inmenso reto,

circunstancia toral, dura la vida,

la hembra viene en pecado concebida

y el hombre nace lleno de respeto.

Buscas no ser objeto, ser sujeto

con ovárica fuerza sostenida,

para luchar con alma dividida

porque no en todo lograrás boleto.

Te dan sencillo, mas te exigen doble,

sangras ante la ley casa conquista,

en la maternidad, sustancia noble,

gigante siempre, aunque el dolor embista

por fuerza suave, adentro roble,

pero te hacen, a golpes, ¡feminista!

 

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