NOTA DEL EDITOR
Por Julio César Hernández
@jcentresemana
Tal y como estaba previsto, el 2023 comenzó a “tambor batiente” en términos político-electorales, pues mientras a nivel nacional se anunció el reencuentro entre PAN, PRI y PRD para revivir la alianza “Va por México”, aquí en Jalisco quienes aspiran a una candidatura comenzaron a moverse, principalmente quienes se apuntan como prospectos para la gubernatura, particularmente de Movimiento Ciudadano y Morena, ya que en el PRI y en el PAN estarán a la expectativa de las señales que les envíen sus dirigencias nacionales.
El acuerdo inicial de Marko Cortés, Alejandro “Alito” Moreno y Jesús Zambrano de ir juntos por las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, y acordar su ampliación a los comicios del 2024 por la presidencia de la República y las nueve gubernaturas que estarán en juego, tiene especial interés en Jalisco porque es uno de esos estados en donde habrá relevo de inquilino de Casa Jalisco, pero a diferencia de otras entidades aquí existe un punto muy peculiar.
Mientras en otros estados la alianza “Va por México” tendrá como rival principal a Morena, en Jalisco se enfrentará a dos fuerzas políticas: Movimiento Ciudadano, que es gobierno local, y Morena que es gobierno federal. Ambos institutos políticos tienen los instrumentos políticos para realizar una contienda entre ellos y mantener en una tercera posición a los integrantes de la coalición nacional. Sin embargo, ambos partidos padecen el desgaste natural de ejercer el poder.
En este sentido, hay quienes consideran que eso significa una oportunidad para la alianza tripartidista, pero al igual que sus otros dos rivales, la posibilidad de éxito se centra en que puedan ofrecer un excelente candidato. Y subrayo el “excelente”, porque carecen de una ventaja que tienen los otros dos: el poder, el gobierno, desde donde se pueden operar muchas cosas. Y eso lo saben.
¿Tienen el PAN y el PRI, dentro de su militancia, el candidato o la candidata que se requiere para enfrentar a MC y Morena? ¿Requerirán “importarlo” de la denominada sociedad civil? Y desde la sociedad civil, ¿habrá quien se anime a contender contra quienes sean sus adversarios de los partidos en el gobierno?
En el caso de Morena, enfrentará el obstáculo de siempre: permear entre la clase media, media alta y alta. Ya está demostrado lo difícil que es el estado para el partido de la 4T, pero a diferencia de otras entidades, aquí puede permear o ganar terreno en función del perfil de candidato que postule. Ahí están apuntados el diputado José María Martínez Martínez y el regidor Carlos Lomelí Bolaños, y en teoría la ventaja podría ser para el primero, precisamente por su perfil de ex panista y porque no lo identifican de pleno con la política de la cuarta transformación, cosa que también puede ser una debilidad para él al interior de su partido, y ahí es donde la ventaja es para Lomelí Bolaños. Pero ahí nada está decidido aún.
Respecto a Movimiento Ciudadano, sus cartas parecen reducirse a tres: Dos de la corriente alfarista: Clemente Castañeda y Alberto Esquer; y uno de la corriente empresarial: Pablo Lemus Navarro. Y aquí está lo interesante: Mientras Lemus ha bajado su perfil y se ha concentrado en su trabajo como munícipe de Guadalajara, donde los problemas comienzan a brotarle como el de la recolección de basura, Esquer ha incrementado su presencia pública no sólo por todo el estado como secretario de Asistencia Social, sino también en la zona metropolitana de Guadalajara, y de manera muy cercana al gobernador Enrique Alfaro Ramírez.
Pero en el caso de la candidatura al gobierno del Estado, queda abierta una interrogante más: ¿Corresponderá a Jalisco la candidatura para una mujer obligatoriamente? No hay que descartarlo, porque apuesto a que se está más cerca de que así suceda… o al menos en algunos partidos.
Al tiempo…