REFLEXIONES
Por Gonzalo Leaño Reyes
El arranque de este nuevo año 2025 ha sido particularmente complicado, no sólo a nivel mundial, sino incluso entre los integrantes del bloque de países de Norteamérica, socios desde el ya antiguo TLC que fue refundado hace siete años como T-MEC.
Los tres países socios cambiaron varias veces de jefe de Estado; los mandatarios actuales apenas expresaron sus condiciones. La discusión ha sido encabezada por el más fuerte –Donald Trump, de los Estados Unidos–, pero poco a poco, Claudia Sheinbaum y el nuevo primer ministro canadiense Mark Carney han ido alineando sus posiciones.
Norteamérica ya no es aquella zona de los años noventa del siglo pasado, cuando Bush (padre), Salinas y Mulroney coincidieron en hacer la región comercial más competitiva y próspera del mundo. Las cosas han cambiado, sobre todo, la relación formal e informal entre Estados Unidos y México.
No sólo hay nuevos paradigmas económicos, sino que las condiciones de cada país se han transformado y en algunos casos se han contaminado a causa de la presencia del crimen. Afortunadamente, las cosas han ido evolucionando favorablemente y cada vez se ve más factible un nuevo acuerdo tripartita.
Aún no se produce la primera reunión entre los presidentes Sheinbaum, Trump y Carney, pero el nuevo acuerdo comercial sigue su curso y no tardará en hacerse público. Por supuesto, las condiciones serán distintas al TLC original o al T-MEC, lo cual es comprensible en virtud de las transformaciones que experimenta el comercio mundial.
Recientemente surgió con gran fuerza la disputa entre los dos líderes económicos y comerciales más poderosos del mundo: Estados Unidos y China, que por lo pronto lanzaron sus proyectiles económicos, los aranceles, haciendo prácticamente prohibitivo el comercio bilateral entre ellos. Este será el tema de fondo bajo el cual se firmará el nuevo TLC o T-MEC.
Por lo pronto, los tres países de Norteamérica siguen afinando sus posturas y tal vez pronto tengamos la firma de un nuevo tratado.
