Opinión Política
ANÁLISIS

Ebrard y Monreal, ¿candidatos de la oposición?

Algunas voces auguran de que serán adoptados por la coalición o por Movimiento Ciudadano; otras, apuestan a que ninguno dejará las filas de Morena ni traicionarán a AMLO. Pero todos coinciden en que no son los favoritos de Palacio Nacional.

 

Por Julio César Hernández

El conflicto que desde hace semanas atrás se ha intensificado entre el senador Ricardo Monreal Ávila, Morena y la cuarta transformación, ha dado pie para que desde la oposición se le haga un “guiño” y se abra la posibilidad de adoptarlo como su candidato a la presidencia de la República en el 2024.

El presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, ha sido el más insistente en que Monreal puede y debe ser el candidato presidencial de la coalición, aunque el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, ha guardado silencio al respecto frente a las aspiraciones confesadas de Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu y Enrique de la Madrid de ser el abanderado de su partido, mientras el panista Marko Cortés ha declarado abiertamente que no ven al senador zacatecano como su candidato.

Sin embargo, conforme se abre la brecha de diferencia entre Ricardo Monreal y el lópezobradorismo, se suman más voces que se pronuncian porque el primero sea “rescatado” por aquellos tres partidos y lo postulen como su candidato, apostando a aquello que sentencia que “para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo”.

Por otro lado, no obstante el multitudinario evento que encabezó el domingo cuatro el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, hay voces que advierten de la desventaja que mantiene frente a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, en las encuestas, pero principalmente en el ánimo del gran elector que habita Palacio Nacional, y que eso lo coloca también como potencial candidato presidencial por parte de otro partido opositor, concretamente el de Movimiento Ciudadano.

¿Será posible ver a Monreal como candidato de una coalición y a Ebrard como abanderado naranja, frente a Sheinbaum o a Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, como la o el candidato de Morena, todos ellos a la presidencia de la República?

Es cierto que en la oposición hay nombres de prospectos como el de Enrique Alfaro Ramírez y Luis Donaldo Colosio, en Movimiento Ciudadano, y los de Santiago Creel, Mauricio Kuri y otros en el partido Acción Nacional, además de los ya mencionados por el PRI, pero no se advierte que tengan un nivel de competitividad frente a cualquiera de los candidatos de Morena, que contarían con toda la estructura y maquinaria del gobierno federal.

COALICIÓN. Ricardo Monreal ha recibido los “coqueteos” del PRD para ser candidato de la alianza opositora.

LOS TENTÁCULOS DE LA 4T

En este sentido, hay quienes advierten que de concretarse lo que teóricamente se maneja de que Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard terminen por ser abanderados de la oposición, se estaría entregando finalmente el poder al proyecto de la cuarta transformación del que ellos se han pronunciado convencidos y hasta defensores, y a lo cual no renunciarán para gobernar, en caso de que uno de ellos llegue a la presidencia, con los principios de Movimiento Ciudadano o del PRI,PAN y PRD, quienes son abiertos adversarios de dicho proyecto.

De ser así, advierten, los tentáculos de la cuarta transformación habrán llegado y apoderado a la y de la oposición, escenario inimaginable para quienes han señalado a este proyecto como retardatario y un regreso al pasado. ¿O es que la 4T sería otra cosa en un gobierno priista, panista, perredista o emecista?, es la pregunta en el aire.

Para algunos, ese es el dilema de la oposición: postular o no a una de las figuras del gobierno de López Obrador y de la cuarta transformación como su candidato a la presidencia de la República, lo que significa también un reconocimiento tácito que no cuentan con personajes propios con cuáles contender, aunque en el caso del PRI quien ha logrado sumar una gran cantidad de seguidores y simpatizantes en cuanto estado visita es la senadora Beatriz Paredes Rangel.

Hasta el momento, nadie de los que promueven que la oposición adopte a Ebrard o Monreal han esgrimido razones de fondo, reales, contundentes, que sostengan y hagan creíble no sólo que son garantía de triunfo sino del ejercicio de un buen gobierno alejado de lo que es la cuarta transformación. El pragmatismo es la única motivación que hoy respalda esta hipótesis.

Tampoco la llegada de Monreal o de Ebrard a la oposición, como abanderados presidenciables, garantiza la integración de un gobierno de coalición que permita conformar un grupo heterogéneo, efectivo y con la capacidad de trabajar en conjunto, más allá de las diferencias ideológicas y doctrinarias que los distinguen. Mucho habría que negociar para llegar a acuerdos y a buen puerto, de manera que se garantice de que con cualquiera de los dos hoy aún morenistas, la oposición es competitiva y tiene posibilidades reales de obtener el triunfo.

FAVORITA. Claudia Sheinbaum cuenta con el apoyo de Palacio Nacional, pero divide al interior de Morena.

CANDIDATOS SIN ESTRUCTURA

Si bien Monreal o Ebrard podrían ser las cabezas de la oposición en el proceso electoral, ¿qué garantía existe de que la mucha, poca o mediana estructura que ellos tengan actualmente en Morena, los apoyen y trabajen para ellos ahora desde la oposición? Sí, se sabe que Marcelo tiene el control del partido Verde Ecologista, pero hay que cuestionarse si eso le es suficiente para enfrentarse y ganarle al candidato del oficialismo. Monreal, por su parte, podría tener de su lado un sector del Partido del Trabajo, pero es insuficiente.

Y aun así, hay que preguntarse también si la estructura de la oposición, PAN, PRI y PRD, por un lado, y de Movimiento Ciudadano, por el otro, estarían dispuestos a trabajar a favor de quienes hoy son sus adversarios políticos, sólo por el simple hecho de que ahora están de su lado porque Morena los descartó.

Habría que preguntarse qué le dicen los hoy aún morenistas y defensores de la 4T a los militantes de la oposición en caso de que sus partidos los hagan sus candidatos. ¿Los panistas votarían por Monreal o por Ebrard? ¿Los priistas trabajarían a favor de quienes ya en alguna ocasión estuvieron en sus filas y salieron “echando pestes”, cuestionando y criticando lo que fue su ex partido en el pasado? Quizás los únicos que se sientan identificados con los dos sean los perredistas. Pero no más.

En las últimas semanas, tanto Claudia Sheinbaum como Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard encabezaron eventos multitudinarios con los que mostraron músculo ciudadano, pero hay que preguntarse: ¿Cuántos de los presentes ahí acudieron al evento de los tres? ¿Cuántos de los asistentes son beneficiarios de los programas sociales del lópezobradorismo, que se la pensarían dos veces antes de dejar a Morena e irse a la aventura con Monreal a la coalición o con Ebrard al partido naranja?

Las lealtades, desafortunadamente en muchos casos, se reflejan en cuestión del signo de pesos o de los apoyos asistenciales que se reciben. Y este podría ser el caso.

Así, pues, quizás termine por entenderse que cuando Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal declaran que no abandonarán las filas de la cuarta transformación y que se mantendrán como fieles militantes de Morena, están diciendo la verdad y que están muy lejos, en la realidad, de romper, alejarse y posteriormente enfrentarse al poder del gobierno federal de Morena.

 

 

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