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Repensar a México

Por Alfonso Gómez Godínez

@ponchogomezg

Urge repensar el desarrollo de México. En las últimas décadas hemos sido rebasados por países que han acelerado sus proyectos nacionales. Sin duda, en el sudeste asiático tenemos a Corea, Singapur, Japón y China. En la errática marcha de América Latina, Chile, Brasil y Panamá, nos superan en ciertos indicadores económicos y sociales.

Chile es un caso paradigmático y para el análisis y la reflexión comparativa. Transitó de una dictadura como la de Pinochet a una gran concertación entre las más diversas fuerzas políticas para avanzar hacia su modernización política, económica y social. Se llegaron a grandes acuerdos nacionales en torno a ejes estratégicos detonadores del desarrollo económico, de tal manera que independientemente del cambio y o de la alternancia política, dichos acuerdos se respetaban en su esencia. Cada presidente realizaba los ajustes que consideraba pertinentes, pero manteniendo la esencia de la “Concertación”.

El manejo de la política monetaria con absoluto respeto al banco central, la política fiscal manteniendo la sustentabilidad del gasto, los arreglos institucionales entre el mercado y el estado, la identificación y consolidación de los sectores competitivos de la economía, la capacidad para procesar sus innumerables alternancias entre partidos de derecha e izquierda sin afectar el tejido de la convivencia democrática, el respeto a los resultados electorales, son parte de múltiples y diversas enseñanzas que podemos obtener de dicho país.

La propia llegada a la presidencia de Gabriel Boric evidenció la capacidad del sistema político para abrirse a nuevas opciones políticas y evitar la polarización y la tensión social entre los extremos políticos considerando su origen de izquierda. Por supuesto que Chile, como cualquier otro país del mundo, no son las islas de un modelo perfecto y acríticamente imitado. Sin embargo, tiene elementos muy interesantes para su estudio.

Sin duda, uno de los más relevantes es el educativo. Aquí no cabe duda de que Chile -veamos los indicadores PISA, de la OCDE, entre otros- ocupa un lugar superior al nuestro. Revisando las causas que puedan estar provocando ese distanciamiento en resultados educativos encontramos varios factores, destacando el modelo de financiamiento a la educación.

Su sistema de financiamiento a la educación es totalmente diferente al nuestro. Mientras que en nuestro país el gobierno financia la oferta de servicios educativos por medio de la creación de infraestructura escolar, contratación de maestros, sustento de programas académicos y escolares, en Chile las autoridades financian la demanda otorgando un subsidio directo a los padres de familia.

Bajo el sistema de financiamiento señalado en Chile, los padres de familia adquieren la libertad de elegir el establecimiento escolar adecuado para sus hijos, obligando a las escuelas a entrar en un proceso de mejora y competencia para atraer a los estudiantes y obtener el bono o voucher que les otorga el estado chileno. Para sobrevivir, las escuelas se encuentran en un proceso continuo de superación ofreciendo mejores maestros, programas, instalaciones para mantenerse atractivos en la inscripción de los estudiantes.

Repensar el desarrollo de México implica superar una visión cortoplacista sobre la agenda de gobierno. Implica abrirnos al mundo para conocer de las experiencias exitosas, de superar los dogmas que nos ciegan e inmovilizan. Aumentar nuestra capacidad de dialogo, de tolerancia y de encontrar los puntos de acuerdo común. Fundamentalmente eliminar esa añeja inercia de culpar al pasado y de pensar que cada seis años iniciamos por fin la historia de éxito y de transformación. Pienso que de cara a la cita electoral del 2024, los aspirantes y candidatos también se pongan a repensar sus ideas y propuestas.

 

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