Por Juan Carlos Hernández A.
Mtro. en Gestión Social y Políticas Públicas
@juancarleis202
Es sabido que la participación de la ciudadanía en política se hace principalmente a través del sufragio cada tres años, pero también se conoce que esta participación se hace con el llamado de las y los candidatos que desean ocupar un puesto de elección popular en sus diferentes cargos tanto municipal, estatal y federal.
Para entendernos mejor hemos de concebir que la política no es solo cosa de quien vota y desea ser votado en una contienda electoral. No. La política en realidad es y se practica por cada ciudadano que se involucra en el quehacer del día a día, todo se relaciona con ello. Las políticas públicas son acciones que están inmersas en el trabajo de la ciudadanía, por lo tanto, todos estamos inmersos en la cosa pública, sí o sí.
Los partidos políticos son entes públicos que tienen la finalidad de buscar el poder, y tienen la complicación de tomar decisiones para sus propios intereses y claro después para los de los electores simpatizantes o facciones partidistas.
Y como Giovanni Sartori definió la ciencia política como “la disciplina que estudia o investiga, con la metodología de las ciencias empíricas, los diversos aspectos de la realidad política, con el fin de explicarla lo más completamente posible” (Sartori, 1986)*. Siendo así, entenderíamos que la cuestión política de las personas debe -o debería- contar con moralidad y ética desde su principal representante: el ciudadano que desea participar en una elección para ser votado.
Empero vienen los tiempos de enseñar “el musculo” la fuerza de atracción al mero estilo mexicano donde todos se transforman en buenos para todo y malos para nada, donde se recurre al “barrio a gastar suela” y es que mire usted que perfiles vendrán, estarán y se presentarán para competir en una precandidatura y candidatura después, para un puesto de elección popular, y la pregunta es: ¿quién se atreverá a decir o mostrar sus defectos profesionales y menos personales ante un electorado vigente, activo y observador? ¿Acaso se trata de engañar, ocultar o no decir las verdades, esas que ocultan intrínsecamente con celo?
La política escrita nos da en teoría, precisamente para analizar y desarrollar esas buenas intenciones, pero en la práctica es muy diferente al emplearse alguna metodología propia, pues cambian siempre las circunstancias, los modos, la situación y es menester recrear otras estrategias; pero oiga usted, si él o la candidato (a) es malito, pues cómo cree que se va a defender, querer hacer de algo impresentable, es por lo menos poco ético. Pero de que los hay los hay. Esa es la realidad, que hemos tenido personajes no gratos, ni profesionales, ni con una impecable carrera política y todavía los exponen a concursar por algo tan serio y de cuidado como es la aspiración a un cargo de elección. Cómo cree usted que sí.
Lo que necesita este país es ser gobernado con propuestas de personas probas, profesionales, éticas que conozcan la moral- y no el árbol- sino la esencia de hacer el bien, de cumplir a cabalidad con lo que de veras prometen, de ser honestos, honrados, dignos, congruentes, desinteresados en la adquisición de bienes materiales sin medida- esta es muy difícil-, pues acaban de tomar protesta y en momento ya están haciendo acciones para la siguiente elección. Ello es así.
Política y realidad son dos conceptos tan diferentes que nos debería preocupar y más allá ocupar; en verdad en ser más observadores, vigilantes de quienes serán las y los siguientes aspiracionistas a gobernar el municipio, el distrito electoral, el estado, la senaduría y el país entero. Queda claro que del nivel de preparación no solo intelectual, sino del saber de la administración pública, para aplicarse rigurosamente en el ejercicio de sus funciones de quien desea, legítimamente, gobernar y ser funcionario público, será el nivel de sus resultados.
Prepárese a lo que viene, porque sin duda será, esta sí, la madre de todas las elecciones con diversas aristas, y ojalá sea para bien de México, y claro, de la ciudadanía en general. Procure que no le tomen por sorpresa. ¡Sea pues!
* https://www.google.com/search?q=definicion+de+ciencia+politica+de+Iovanni+Sartori&rlz=