Opinión Política
ANÁLISIS

PAN Jalisco y la lucha por el poder interno

Sin la presencia de quien fue pieza importante para mantener acuerdos y equilibrios, como Octavio Esqueda, el panismo enfrenta momentos de definición con miras a renovar su dirigencia, repartir sus espacios de poder y acordar el papel que jugará con el próximo gobierno estatal.

 

Por Julio César Hernández

Mientras pocos al interior de Acción Nacional dudan que el ex coordinador de la bancada panista en la pasada Legislatura Federal, Jorge Romero Herrera, se perfila para ser el nuevo presidente nacional del partido, en sustitución de Marko Cortés, la lucha en Jalisco no sólo por la próxima dirigencia estatal, sino por el control del partido y de los diversos espacios políticos en juego, se avizora intensa, tensa y de pronóstico reservado.

Para esta nueva elección interna y reparto de espacios de poder, el PAN Jalisco enfrenta hoy un escenario muy diferente al de años anteriores ante la ausencia de quien era, de alguna manera, el “fiel de la balanza”, el responsable de equilibrar las fuerzas panistas, la pieza que tenía el control de las “riendas” en el blanquiazul: Octavio “El Gordo” Esqueda, según reconocen los propios militantes.

Sin Esqueda, Eduardo Rosales -exdirigente estatal y considerador el “poder tras el trono” de varias dirigencias anteriores- retomó el control del partido con visitas esporádicas a Jalisco ante su residencia en Estados Unidos, pero en cada una de ellas opera, como sabe hacerlo, y busca no dejar “cabos sueltos” para, como dicen los propios panistas, seguir “administrando la derrota” que es lo que mejores dividendos le ha dejado al llamado “Grupo del Comité Estatal”.

DIRIGENTE. Juan Pablo Colín Aguilar, dirigente interino, busca
repetir en el cargo por un tiempo estatutario.

Hasta ahora, este control que durante muchos años ha mantenido en el partido el grupo de Rosales Castellanos, del que dejó encargado a Octavio Esqueda y que vuelve a retomar, les ha permitido obtener y mantener muchas ventajas, buenos beneficios y excelentes canonjías a cada uno de los grupos panistas, pero el relevo en la dirigencia estatal, los pobres resultados obtenidos en la elección de junio pasado, la presencia que mantendrán en el Congreso del Estado y la amenaza de que se anule la elección por la gubernatura -y probablemente la de Guadalajara, también- y se convoque a una extraordinaria, podría modificar el tablero panista en el estado.

Para el PAN quedó atrás el proceso electoral del dos de junio pasado. Su candidata a la gubernatura, la priista Laura Haro Ramírez, quedó en un lejano tercer lugar; a su candidata a la presidencia municipal de Guadalajara no le fue mejor y logró obtener un lugar en el próximo Cabildo, aunque hoy mantienen cruzados los dedos para que no se repita la elección por el riesgo de quedar fuera; y no tienen interés alguno en volver a integrar una alianza electoral si la elección por la gubernatura se repite.

 

CONTROL. El grupo del Comité Estatal, que aún comanda Eduardo
Rosales, buscará mantener el control del partido.

EL JUEGO DE LOS GRUPOS PANISTAS

En el hipotético caso de una elección estatal extraordinaria, hoy el PAN no cuenta con una figura fuerte a la que puedan postular como candidata. Y ante esta ausencia, su participación sería simplemente testimonial, pero con el “amarre” de la negociación a favor de Movimiento Ciudadano, no sólo porque su actual dirigente interino, Juan Pablo Colín, ya dio señales de esa alianza, sino porque también han registrado que el propio Eduardo Rosales mantiene una estrecha comunicación y relación con el ex candidato de MC, Jesús Pablo Lemus Navarro, y eso hace sospechar a los panistas que ambos ya llegaron a un acuerdo político-electoral, aunque no definitivo.

Sin embargo, si bien Movimiento Ciudadano tendría el apoyo indiscutible del panismo jalisciense como el gobierno alfarista lo mantuvo en estos seis años, hay todavía en la mesa algunos temas que los diversos liderazgos no han cerrado y que mucho dependerá de los acuerdos a los que puedan llegar en las próximas semanas.

Al interior del PAN Jalisco es conocida ya la mesa de acuerdos o negociaciones alrededor de la cual están sentados los representantes de los diversos liderazgos: Eduardo Rosales Castellanos, Juan Pablo Colín, Gustavo Macías, Miguel Monraz, Claudia Murguía, Irving Ávila y Manuel Rojas.

GRUPO. Los hermanos Cortés Berumen -Isaías y Hernández-, integran una de las principales fuerzas al interior del PAN.

Hasta el momento es ahí en donde se toman los acuerdos y donde tendrán que dirimirse algunas diferencias para evitar que crezcan y lleven a complicar el ambiente interno. Por ejemplo, quién coordinará la próxima bancada en el Congreso del Estado; si habrá candidato único a la dirigencia estatal o se abrirá a la competencia, aunque se asegura que la elección será a través del Consejo Estatal -serán los comités municipales quienes lo confirmen o propongan otro método-, modo diferente al que se utilizará para el dirigente nacional que se prevé será a través de la militancia; qué papel jugará el partido y los diversos grupos y liderazgos en caso de una elección extraordinaria a la gubernatura.

En el caso de la coordinación de la próxima bancada panista, hay quienes creen o dan por hecho que repetirá en ella quien actualmente la comanda y se reeligió: Claudia Murguía. Sin embargo, no se descarta que pudiera aspirar a ella el grupo de los hermanos Cortés Berumen para uno de ellos, Isaías, quien, junto con Claudia, Julio Hurtado, Marco Moya y César Madrigal, conformarán la fracción panista en el Congreso del Estado.

De esta bancada, se identifica a Murguía y Hurtado como parte del grupo del Comité Estatal; a Isaías y a Moya, como del grupo de los Cortés; y a Madrigal del grupo de los Madrigal, y quien seguramente tendrá o se sentirá con esa libertad de sumarse a uno u otro grupo en momentos en que haya que tomar decisiones o definiciones.

COORDINADORA. Claudia Murguía, buscará mantenerse como coordinadora de diputados en el Congreso del Estado.

LA DIRIGENCIA ESTATAL EN JUEGO

Hasta el momento, sólo el nombre de Juan Pablo Colín se ha escuchado como aspirante a encabezar la dirigencia estatal del partido y que actualmente ostenta de manera interina, tras la licencia definitiva que solicitó Diana González para ser candidata a la presidencia municipal de Guadalajara por la coalición Fuerza y Corazón por Jalisco; sin embargo, aseguran panistas que no está dicha la última palabra.

A diferencia de la elección del dirigente nacional que aseguran será mediante el voto de la militancia en el país, en el caso de Jalisco -y quizás en otras entidades más donde el período estatutario concluyó-, el proceso electoral de la nueva dirigencia será a través del Consejo Estatal, y de ser así, nadie desconoce que el control lo tenía Octavio Esqueda y que, por tanto, poco más de la mitad le responde al grupo del Comité Estatal, mientras el resto se lo reparten entre los hermanos Cortés Berumen, otros más que alguna vez respondieron a José María “Chema” Martínez; y pocos menos que aún tiene el ex gobernador y hoy senador Francisco Ramírez Acuña.

Por cierto, hay panistas que se preguntan si Ramírez Acuña podrá tomar un “segundo aire” y logrará sumar nuevos integrantes a su grupo, aunque difícilmente tendrá la fuerza que tuvo antes con el propio Rosales, Jorge Salinas, Abraham González Uyeda y otros más. No descartan, eso sí, que en la toma de decisiones o cuando haya que tomar partido, haga alianza con los hermanos Cortés.

Algunos más se preguntan dónde están a aquellos que alguna vez formaron parte de los equipos de los otros dos exgobernadores, Emilio González Márquez y Alberto Cárdenas Jiménez.

Lo que está por venir en Acción Nacional, advierten los propios panistas, corre por dos vías: la del fortalecimiento si logran llegar a acuerdos en los que todas las partes, grupos y liderazgos queden satisfechos, o la del debilitamiento si el grupo del Comité Estatal y que comanda nuevamente Eduardo Rosales, pretende, como en el juego de la pirinola, “tomar todo”.

 

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