REFLEXIONES
Por Gonzalo Leaño Reyes
Más de ocho meses han transcurrido desde que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, asumió la primera magistratura del país. Desde entonces, dos temas han sido los más recurrentes en sus apariciones en público: uno es el manejo de las relaciones con el presidente Donald Trump de los Estados Unidos y el otro las elecciones del Poder Judicial que se llevaron a cabo el domingo primero de junio.
El asunto electoral ya quedó atrás, y a pesar de la enorme discusión que se dio desde febrero del año pasado, que arreció a medida que renunciaban algunos los ministros de la Corte y otros integrantes del Poder Judicial, y de lo que aún se siga argumentando a favor o en contra, es finalmente un tema ya consumado.
Un asunto en el que se dirimieron abundantemente los pros y los contras, una cuestión que se sometió a votación general y que obtuvo la respuesta clara de los pocos ciudadanos que acudieron a las urnas el día primero de junio. Quizá con el tiempo vuelva a presentarse y entonces se habrán de evaluar los resultados obtenidos, aunque seguramente con menos intensidad que esta vez.
El otro tema recurrente que ha ocupado la atención de la Presidenta de México es el de los aranceles al acero y al aluminio por parte de Estados Unidos. Llama la atención que sobre este asunto no se hayan pronunciado los importadores norteamericanos, que son quienes tendrían que pagarlo.
Otros temas han estado presentes con frecuencia en las conferencias de la Presidenta, pero esos dos –los aranceles y la elección– ocuparon la mayor parte del tiempo de las Mañaneras.
Es conveniente dar vuelta a la página y tomar otros asuntos más relacionados con la población en general, por ejemplo, el tema de la salud o el tema económico, ya que ambos se advierten muy frágiles. Es preciso dar vuelta a la página.