NOTA DEL EDITOR
Por Julio César Hernández
@jcentresemana
Hoy es primero de mayo, Día del Trabajo; mañana, dos de mayo, se cumple un mes del fallecimiento del ex rector de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla López; y pasado mañana, tres de mayo, el también ex presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL), habría cumplido 69 años de edad. Ese día, el rector Ricardo Villanueva Lomelí rinde su informe de actividades.
Sí, mañana habrán transcurrido 30 días de la muerte de Padilla López, un evento que si bien no trastornó la vida académica de la UdeG, sí modificó el escenario al interior del llamado Grupo Universidad y revolucionó también la trastornada relación que la máxima Casa de Estudios sostenía con el gobierno del Estado.
A lo largo de estas cuatro semanas, ante la ausencia de Raúl Padilla, muchas cosas han sucedido entre las que sobresale la reunión que sostuvieron hace una semana el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y el rector general Ricardo Villanueva Lomelí, con la presencia del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, como mediador en una relación que hasta hoy se mantiene tensa, con incertidumbre, no obstante la disponibilidad al diálogo que han mostrado las partes, primero con sendas “Carta Abierta a la Comunidad Universitaria y a las y los Jaliscienses”, y posteriormente con el encuentro en Casa Jalisco.
¿Qué sigue ahora? Parece ser la gran pregunta que se hacen propios y extraños, porque si bien la actividad académica en cada aula de los Centros Universitarios no se ha modificado y se desarrolla con toda normalidad, en el ámbito político en el que se mueve el Grupo Universidad -que no es precisamente la Universidad de Guadalajara-, podrán suceder muchas cosas que tienen que ver con la actividad político-electoral en el que ya se encuentran inmiscuidos el país y el estado, con una intensa actividad de quienes aspiran a ser el candidato o candidata a la presidencia de la República y candidatos al gobierno del Estado.
De esto no puede estar ajeno el mundo académico, porque como institución la Universidad de Guadalajara está obligada a mantener una postura crítica en defensa de la democracia, más allá de que cada universitario tiene todo el derecho de hacer valer como mejor le parezca su libertad política para votar y ser votado, sin que ello implique que la máxima Casa de Estudios, como institución, reitero, asuma una postura a favor de tal o cual partido, de equis o zeta candidato. Y no debe de asustarnos el ver académicos o estudiantes buscando una candidatura por cualquiera de los partidos políticos, incluso por el que mantiene una estrecha relación con el Grupo Universidad, como es el partido Hagamos Jalisco.
A un mes de la muerte de Raúl Padilla López, no pocos se preguntan qué sucederá con la Universidad de Guadalajara, y no ha faltado quién salga a decir que la UdeG continuará su vida de éxito como la ha llevado a lo largo de más de tres décadas, precisamente a partir de que Padilla López asumió la rectoría y desde donde modernizó a la institución con la creación de la Red Universitaria y los Centros Universitarios. Sin duda que quien esto afirme, la razón le acompañará.
Lo que hay que preguntarnos es qué sucederá con el Grupo Universidad. ¿Habrá relevo generacional? ¿A partir de cuándo? ¿De ya? ¿O continuará al frente o con el control la generación que acompañó a Padilla López en esta carrera de éxitos? Creo que esa es la gran interrogante, porque la vida académica de la UdeG no puede modificarse en extremo por la ausencia de quien fue su líder moral.
Sin duda que aún no vemos nada de lo que vendrá de fondo, tras la desaparición de Padilla López. Al tiempo.