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Un principio estelar de México al mundo

Por Carlos A. Lara González

@Reprocultura

La semana pasada se llevó a cabo el II Congreso Iberoamericano de Cultura y Derechos Cultural bajo el título: “Un derecho de la cultura de calidad para el fortalecimiento de la democracia», en la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Convocó a más de setenta expertos en modalidad híbrida en nueve mesas sectoriales para abordar los aspectos relacionados a este derecho. Esto con el apoyo de la Fundación Gabeiras para el Derecho a la Cultura, la citada universidad, el Espacio Cultural Iberoamericano de la SEGIB y la presencia de la Unesco y la Coordinación de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID, entre otros.

Tuve el privilegio de compartir mesa con la Dra. Andressa Caldas, directora Ejecutiva del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos de MERCOSUR, con quien analicé el tema: “Un nuevo principio estelar: La cultura como Bien Esencial y Bien Público Mundial”. Lo hice recargándome en un texto del Dr. Jesús Prieto de Pedro, fundador académico y jurídico de este derecho como lo conocemos ahora, y director científico del Congreso, quien hace 20 años escribió un acertado documento titulado “Excepción y Diversidad Cultural”.

Desde ahí puse el acento -una vez más-, en la necesidad de retomar el concepto mundial en nuestros análisis, de la misma manera que lo hice meses antes de la realización de Mondiacult 2022 con algunos colegas y funcionarios culturales de diversos países del mundo, incluso publiqué un artículo previo a la realización de la cumbre (Mondiacult y el empleo de las palabras) en el diario El Economista y disponible en: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Mondiacult-y-el-empleo-de-las-palabras-20220927-0084.html), así lo sostuve también y en las tres mesas en las que participé antes y durante el desarrollo de la citada cumbre. Y lo hice porque el llamado que venía haciendo Unesco un año antes de la celebración de Mondiacult era a “planear la cultura como un bien público global”, como se puede observar en esta publicación realizada y difundida por el organismo: “Re|pensar las políticas para la creatividad: plantear la cultura como un bien público (2021) global” Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000380479.

PONENTES. Dra. Andressa Caldas y Carlos Alberto Lara González, disertando sobre “Un nuevo principio estelar: La cultura como bien esencial y bien público mundial”.

Afortunadamente, la asamblea de ministros de Cultura de los Estados Miembros de la UNESCO, reunidos en la Ciudad de México el 30 de septiembre de 2022, denominada “Conferencia Mundial de la UNESCO sobre las Políticas Culturales y el Desarrollo Sostenible (MONDIACULT 2022)”, entendió y cambió el término global por el de mundial, como se puede constatar en el documento oficial: https://www.unesco.org/sites/default/files/medias/fichiers/2022/10/6.MONDIACULT_ES_DRAFT%20FINAL%20DECLARATION.pdf.

Este giro de lo global a lo mundial es quizá su mayor contribución al mundo. Sí, una pequeña palabra, pero de gran significado para el futuro de la humanidad si se sabe interpretar en clave de desarrollo humano. El giro fue posible por la socialización y el activismo estratégico de agentes culturales como Eréndira Cruzvillegas, entonces la encargada del área jurídica de la Secretaría de Cultura; Enrique Vargas Flores, director del Espacio Cultural Iberoamericano; y Pablo Raphael de la Madrid, quien llevaba los asuntos internacionales de la Secretaría de Cultura, en particular la Cumbre. Con los tres tuve oportunidad de conversar y explicar la diferencia entre los conceptos global y lo mundial.

De tal modo que en el Congreso invité a los asistentes a adoptar este nuevo principio estelar. La directora general de Mondiacult, Paz Portales Grado, presente en la disertación de cada uno de los temas, recogió con atención e interés la inquietud, comprometiéndose a llevarla hasta la dirección general del organismo de cara a la realización de la Cumbre Mondiacult 2025 en Barcelona, España.

En 1982, la primera cumbre renovó la palabra progreso en el marco conceptual del organismo asociando de forma estratégica la cultura al nuevo paradigma del desarrollo. Años más tarde, le daría el apellido de sustentable. Ese fue quizá su mayor mérito. En la segunda cumbre, la de 2022, podría ser el cambio de una palabra que ahora no se aprecia así, pero sucederá cuando se sepa ver que con ello reconoció que el desarrollo sustentable no puede estar en el terreno de la globalización (globo), sino en el marco de la mundialización (mundo). Toca hora cambiar el sentido de esa palabra bajo la consideración de que la globalización es un proceso ajeno a Unesco, un proceso de conexión de esencia económica y comercial que viene de afuera hacia adentro de las naciones, las comunidades y las personas; con una verticalidad de arriba hacia debajo. Ese ha sido el error de origen en la discusión de los prolegómenos en los tratados comerciales. La Mundialización es lo contrario a la globalización, es un proceso de esencia humana en un mundo habitado por personas, comunidades y naciones.

INAUGURACIÓN. En la Universidad de Tlaxcala tuvo lugar el II Congreso Iberoamericano de Cultura y Derecho Cultural.

Unesco como organismo del sistema de Naciones Unidas, está llamado a adoptar la mundialización (mundo) como principio, porque ahí nos jugamos el futuro de la cultura, asumiendo que vivimos y habitamos un planeta en que los seres humanos se organizan humanamente.

No es la Organización Mundial del Comercio donde un libro es un zapato, donde se fabrican las plantillas laborales a manera de McReglas que terminan generando McJobs, en términos de Naomi Klein. Unesco es lo opuesto, es un organismo llamado a colocar al ser humano en el centro del desarrollo; a pensar en términos de mundo, no de globo. De lo contrario nada de lo que hacemos tendrá sentido.

Ya en otros debates, el Unesco ha mostrado su gran capacidad de entendimiento y movilización para revertir algunas expresiones que, por sus efectos y alcances semánticos, no representaban los valores, principios, ni la tradición humanística que promueve. Es el caso de la “Excepción cultural”, que luego de largos debates, foros y negociaciones, logró dar la vuelta a la expresión y adoptar la “Diversidad cultural”. Los efectos de esta convención han sido determinantes en todo el mundo para el desarrollo del diálogo entre culturas y el avance de la cultura de paz. Así de determinante es el concepto mundial en el desarrollo de las políticas culturales que debe promover el organismo.

Ya en otros artículos he escrito sobre el origen y desarrollo del concepto mundial en oposición al de global (véase El legado de Mondiacult México 2022. Diario El Economista: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/El-legado-de-Mondiacult-Mexico-2022-20221004-0090.html). Aquí sólo diré que mucho de su sentido podemos encontrarlo en la Escuela de Salamanca. Sí, en los teólogos españoles de dicha escuela que fueron los primeros en pensar el mundo en términos jurídicos y políticos.

Guiados por Francisco de Vitoria y los padres Mariana, Molina, Suárez, Ibáñez etc., confeccionaron el derecho de gentes (hoy conocido como derecho internacional). Fue ahí donde se estudiaron y defendieron los conceptos de dignidad, libertad y propiedad antes que en otras escuelas. Y más particularmente, como bien dijo antes de morir Antonio Escohotado, “pensaron en una sociedad pacífica donde las personas compran y venden cosas y se prohíbe comprar y vender personas”.

El Congreso Iberoamericano de Derecho a la Cultura trabaja en el desarrollo de este derecho y en el ejercicio de los derechos culturales bajo la concepción humanista enmarcada en la mundialización, entendida, como diría Carlos Castillo Peraza, como una tierra de hombres, habitación de familias y pueblos, lugar en que los seres humanos se organizan para vivir humanamente coordinando sus racionalidades, libertades y dignidades por el bien común, con base en una ley justa y una autoridad legítima. Así percibo las bases de una Administración Pública de la Cultura, que asuma la cultura como derecho, como servicio público y como materia de política pública, a través de los tres poderes del Estado y los tres o más órdenes de gobierno. Aquí el nuevo principio estelar de la mundialización está llamado a guiar todo el proceso.

 

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