Charlas en la Cafetería del Barrio
Por Alberto Mora
@alberto_mora
-Estaba leyendo un artículo sobre un caso en redes sociales y mencionaban algo sobre «apología del delito». No me quedó muy claro qué significa exactamente. Me parece un concepto interesante y con implicaciones importantes; me parece una encrucijada entre crímenes, el derecho y la sociología. En términos sencillos, creo que la apología del delito se refiere a la alabanza, a la justificación o a la exaltación pública de delitos y de las personas que los han cometido.
“Es como si alguien dijera que un robo estuvo «bien hecho» o que un criminal es un “héroe”.
Así arranca la charla en la cafetería del barrio. Hoy el Profe invitó a Benítez, gran amigo de la infancia, abogado con estudios de sociología, pero, sobre todo, cafetero amante de los granos tostados por el Taller de Espresso.
El Profe descansa sus lentes en la mesa, da un sorbo al aromático espresso y continúa con la charla comentando:
“Un enfoque multidisciplinario es esencial para abordar la complejidad de la apología del delito en la sociedad contemporánea. El diálogo entre el derecho, la criminología, la sociología y la psicología, sin duda, nos puede permitir comprender mejor las implicaciones de este fenómeno y buscar soluciones normativas y sociales más efectivas y respetuosas de los derechos fundamentales.
“Debemos hacer ejercicios de reflexión colectiva sobre los límites de la libertad de expresión y su colisión con la apología del delito, porque en nuestros tiempos parece que la línea se vuelve cada vez más difusa, sobre todo en el entorno digital. ¿Cómo discernimos cuándo una expresión constituye una mera opinión por más controversial que sea, y cuándo cruza el umbral para incitar o justificar una conducta delictiva?”.
Benitez solicita otra ronde de cafés y continúa afirmando:
-La clave está en la intención subyacente de presentar el delito o al delincuente de una manera positiva, en minimizar su gravedad o incluso en incitar a otros a cometer actos similares. No es lo mismo, simplemente comentar o informar sobre un delito. Hay una diferencia fundamental. Informar sobre un delito es narrar un hecho. La apología va más allá: valora positivamente la acción criminal o a quien la perpetró. Busca generar una cierta admiración o comprensión hacia el delito, en lugar de simplemente describirlo. ¿Por qué es un problema o por qué la ley lo considera algo negativo? Porque desde una perspectiva jurídica y sociológica, la apología del delito puede tener varios efectos perjudiciales para la sociedad.
“En primer lugar, normaliza y trivializa conductas que son dañinas y que atentan contra el orden social y los derechos de las personas. Si se glorifica un acto violento, lo hace parecer menos grave, para algunas personas.
“En segundo lugar, la apología incita indirectamente a la comisión de nuevos delitos. Presenta el acto criminal de manera atractiva o justificada y esto influye en personas vulnerables o individuos con predisposición a la delincuencia. Los convierte en una especie de «modelo a seguir» muy negativo.
“Y en tercer lugar, desde una perspectiva más simbólica, la apología ofende a las víctimas de los delitos, y a la sociedad en general, al minimizar el sufrimiento causado y al cuestionar los valores fundamentales que sustentan la convivencia pacífica”.
El Profe solicita la cuenta, y a manera de conclusión apunta:
-Por eso muchos sistemas jurídicos penalizan la apología del delito, aunque la forma y el alcance varían considerablemente. Se establecen límites a la libertad de expresión cuando esta se utiliza para promover y justificar la criminalidad. Pero ¿dónde se traza la línea?
“Esa es una cuestión muy debatida y donde la interpretación jurídica se vuelve crucial. Generalmente se requiere un elemento de intencionalidad clara para exaltar el delito o al delincuente y que esta expresión tenga una capacidad real de influir negativamente en la sociedad.
“El contexto importa, es fundamental. No es lo mismo una canción o una película que glorifica explícitamente la violencia, que un trabajo de investigación que explora las motivaciones de un criminal desde una perspectiva crítica.
“Es más complejo de lo que pensamos. La apología del delito nos obliga a reflexionar sobre los límites de la libertad de expresión, la protección de los valores sociales y la prevención de la delincuencia. Es un tema donde el derecho y la sociología se entrelazan para analizar cómo los discursos públicos pueden influir en nuestra percepción de la criminalidad y en el tejido social.
“La apología del delito plantea interrogantes cruciales sobre la influencia del discurso en la normalización de comportamientos criminales. Debemos tener muy claro cómo la glorificación de actos ilícitos erosiona los valores sociales e influye potencialmente, en la comisión de futuros delitos”.