Opinión Política
EDUCACIÓN E HISTORIA

La difícil coexistencia entre el Presidente y su antecesor

Lázaro Cárdenas tuvo que exiliar a Plutarco Elías Calles, quien se había convertido en el “poder tras el trono”.

 

Por Alfredo Arnold

Desde que Lázaro Cárdenas expulsó del país a i, surgió la duda acerca de si sería posible en México la coexistencia política entre el Presidente y su antecesor inmediato.

De hecho, el propio Cárdenas desarrolló un activismo político importante después de su periodo presidencial y tanto su hijo como nietos han ocupado cargos públicos. Pero la familia Cárdenas es la excepción, ya que los expresidentes y sus familiares más cercanos generalmente se dedican a negocios apartados de la política.

En general, los expresidentes se retiran de la vida pública, aunque en el caso de Luis Echeverría se registraron algunos episodios públicos de rompimiento entre él y José López Portillo, quien lo había nombrado embajador plenipotenciario ante la Unesco, Australia y Nueva Zelanda.

Hoy, aunque el expresidente López Obrador permanece lejos de los reflectores, algunos funcionarios que le heredó a Claudia Sheinbaum y otros desde en Congreso, parece que le siguen siendo leales, además de que su hijo Andrés Manuel López Beltrán ocupa una importante cartera en el partido Morena. Por supuesto, esto ya no suena tan normal, considerando la férrea disciplina con la que se condujo Morena en el gobierno anterior, incluso en la contienda presidencial en la que el propio Presidente designó a los precandidatos de su partido.

Actualmente, se afirma con insistencia que existen divisiones y se han ido conformando grupos alrededor de algunas figuran prominentes que pertenecen al partido que gobierna en el país.

El caso que relataremos a continuación, reseñado por la historiadora Dora Alicia Carmona, se refiere a lo que fue, probablemente, el último intento por perpetuarse en el poder: el rompimiento entre el presidente Cárdenas y su antecesor Calles:

Plutarco Elías Calles.

Dice lo siguiente:

Lázaro Cárdenas dispone que Plutarco Elías Calles, expresidente de la República sea expulsado del país por intervenir constantemente en la dirección de la política nacional.

El 9 de enero de 1936, Calles se había presentado al Juzgado Primero de Distrito en materia penal, para declarar en el juicio que se le seguía a Nemesio Treviño Villarreal, acusado de que en 1915 hizo contrabando de armas en Sonora. Por otra parte, Luis N. Morones –vocero de Calles–, tenía un abierto juicio porque en dos casas de su propiedad fueron encontradas armas y municiones. Estos hechos que fueron interpretados por la opinión pública como signos del ocaso del Maximato.

Por otra parte, durante el mes de febrero hubo impresionantes mítines de obreros, campesinos y empleados públicos que a gritos pedían a Cárdenas que castigara las intromisiones de Calles. En muchos lugares del país, paseaban ataúdes con los nombres de Calles y Morones; lo mismo pedían los comunistas y algunas lideresas con agresivos grupos de mujeres intentaron invadir las propiedades de Calles; gobernadores, diputados, senadores y algunos militares afectos al expresidente habían sido depuestos o movilizados de su zona de influencia; y, finalmente, la gran creación de Calles, el PNR, lo expulsó “por traición al programa de la Revolución y por conspirar contra las instituciones”. Además, el Congreso lo acusó de desacreditar al país en el extranjero y llamarlo comunista y el Congreso de Veracruz, dijo que ya no era “hijo predilecto”.

El 9 de abril siguiente, Morones, Luis L. León y Melchor Ortega fueron aprendidos en distintas horas y lugares. Calles padecía un fuerte ataque de gripe y estaba en su lecho leyendo “Mi Lucha” de Adolfo Hitler; a las diez de la noche, Navarro Cortina fue a su domicilio para notificarle que se preparara para salir del país; no opuso resistencia y preguntó la razón del exilio; Navarro le respondió: “Soy un soldado y sólo obedezco órdenes”. A las seis y media de la mañana, fue llevado al aeropuerto.

Este mismo día, Cárdenas da a conocer un documento explicativo de las razones de la expulsión y señaló que asumía la responsabilidad legal y política del hecho. La prensa de la época comentó que era muy probable que Clark Lee corresponsal de la Prensa Asociada de México, fuera quien le dio la noticia antes del comunicado oficial. También se especuló que la noticia se filtró por medio de los círculos diplomáticos cuando Josephus Daniels gestionó su visa por teléfono. El 10 de abril de este mismo año, del aeropuerto de Balbuena despegaría el avión en el que iban Calles, Morones, León y Ortega.

 

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