Los dirigentes nacionales del PAN y del PRI enfrentan “la rebelión en la granja” con pocos argumentos a favor, tras las derrotas electorales que han sumado desde la llegada de la 4T al poder. Y no se augura que puedan revertir la tendencia en contra. La incógnita es si lograrán concluir el período estatutario por el que fueron electos y dejar a sus partidos competitivos para el 2024.
Por Julio César Hernández
Nueve meses antes de los pasados comicios de este mes, el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, pronosticó la catástrofe electoral que sufriría su partido y, por ende, la coalición Va por México, de la que forma parte junto con el PRI y el PRD, frente a Morena, por lo que hoy la crisis interna que enfrentan él y el dirigente priista Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, no debería sorprender a nadie. Ni siquiera a los panistas y priistas.
El pasado dos de noviembre del 2021, Latinus dio a conocer un audio en la que Cortés confesaba a diversos líderes panistas que en las elecciones del 2022 únicamente podrían ganar un estado: Aguascalientes, ya gobernado por el PAN.
Dicha reunión se habría celebrado el 25 de septiembre anterior, y ahí el dirigente panista dijo: “No hay más, está muy complicado Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca (…). La única que tenemos realmente posibilidades, y muy buenas y contundentes de ganar es Aguascalientes. Ahí tenemos la responsabilidad de hacerlo bien”.
La desastrosa realidad que vivieron hace algunas semanas se “amortiguó” un poco al ganar la coalición también el estado de Durango -junto con Aguascalientes-, en donde gobierna aún el PAN, pero cuyo candidato ganador no fue otro panista sino un priista.
La historia de lo que sucedió después de este último proceso electoral es ya conocida: el PRI se “sacudió” internamente al haber perdido otras dos gubernaturas, Hidalgo y Oaxaca, derrotas aderezadas por otro escándalo que paralelamente enfrentó su dirigente “Alito” Moreno, con los audios revelados por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, con los que se le involucra en presuntos acuerdos o negociaciones turbios e ilegales, y con declaraciones desafortunadas y reprobables como aquella de que “a los periodistas no hay que matarlos a balazos, sino de hambre”.
Mientras tanto, en el PAN las aguas parecían tranquilas gracias a que retuvieron el gobierno hidrocálido y Durango se quedó para la coalición, aunque literalmente fue una derrota para Acción Nacional porque no logró imponer a su candidato y el lugar lo cedió al PRI.
Pero todo era cuestión de tiempo…
De Beltrones a “Alito”
La crisis al interior del PRI se agudizó cuando públicamente varios ex dirigentes nacionales se pronunciaron porque tras los resultados electorales Alejandro Moreno debería de renunciar a la dirigencia, como lo hizo en su momento -ejemplificaban- Manlio Fabio Beltrones en 2016 cuando el PRI perdió las gubernaturas de Quintana Roo, Chihuahua, Tamaulipas, Durango y Veracruz.
En aquella ocasión, con menos de un año en la dirigencia, tras el descalabro electoral y sin que nadie se lo solicitara, Beltrones dijo:
“La vida y la política siempre imponen retos que muchas veces no están en nuestras manos resolver, no obstante, siempre es necesario actuar con responsabilidad y asumir con lealtad las consecuencias (…). En congruencia con el compromiso de servicio y disciplina que asumí al tomar posesión del cargo de presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI es que hoy presento mi renuncia ante esta comisión».
MANLIO FABIO BELTRONES / EX DIRIGENTE NACIONAL DEL PRI
Ahora Moreno Cárdenas, con una serie de derrotas electorales a cuestas, y con la petición de algunos de sus antecesores para que deje el cargo, expresó ante el Consejo Político Nacional:
“Y a todo el priismo nacional les digo fuerte y claro y de frente al Gobierno y a Morena. La voluntad de los priistas no la negociaré nunca y menos la pondré en duda del mandato que tenemos. Sería de cobardes y desleal si en esta guerra que encabeza el poder yo me hiciera a un lado de los priistas. Yo estoy con los priistas. Yo me muero en la raya con los priistas y vamos a ganar con los priistas… Esta dirigencia, lo digo firme y claro, esta dirigencia cumplirá su mandato en los términos estatutarios…”.
Alejandro Moreno trabajó con una buena estrategia su llegada a la dirigencia nacional del PRI y construyó una estructura de jóvenes políticos, muchos de los cuales hoy son dirigentes del partido en sus estados, como Laura Haro Ramírez en Jalisco, y quienes lo “arroparon” en este vendaval que se le vino encima tras la derrota electoral y la embestida de los ex dirigentes nacionales.
El objetivo entonces y antes del pasado 5 de junio de “Alito” Moreno era convertirse en el candidato del PRI a la presidencia de la República o de la misma coalición Va por México si para aquellas fechas del 2024 se mantenía con vida. Sin embargo, trascendió que en la reunión privada que sostuvo con los ex dirigentes nacionales, a pregunta expresa negó que pretendiera ser el candidato presidencial como en su momento sucedió con Roberto Madrazo presente en dicha “encerrona” y quien directamente le pidió que dejara el cargo.
Valga subrayar que de esta reunión en privado, los ex dirigentes no quisieron ni una foto de supuesta “unidad” ni firma de documento alguno dizque para “cerrar filas”.
Indudablemente que Moreno Cárdenas no tiene las cartas de presentación para ser el abanderado presidencial del PRI o de la coalición, pero tampoco para que asegure su permanencia al frente del partido como lo ha sostenido hasta ahora, pues su desgaste y las revelaciones que se siguen haciendo desde Campeche en su contra lo han convertido en un personaje muy vulnerable.
Hay quienes consideran que si el PRI pierde las dos gubernaturas que tiene en su poder y que se jugarán en 2023, Coahuila y el Estado de México, al día siguiente de los comicios “Alito” debería de estar fuera del inmueble tricolor de Insurgentes, aunque en agosto de ese año concluiría su período estatutario.
Para no pocos, la imagen del dirigente del partido es la imagen viva del actual PRI.
Como ningún otro dirigente nacional de su partido, Alejandro Moreno ha perdido de manera consecutiva 10 elecciones en igual número de estados en tan sólo dos años. Cuando asumió la presidencia gobernaban 14 entidades, hoy solo le quedan dos. Cuando protestó como dirigente priista, su partido gobernaba 44.3 millones de mexicanos, ahora sólo gobierna a 20.1 millones que habitan los dos estados que aún gobiernan: Coahuila y el Estado de México.
Y en este tenor, hay quienes auguran que de continuar así las cosas el Estado de México pasará a manos de Morena el año próximo, y en Coahuila la lucha será muy pareja y con pronóstico reservado.
Con estos números y este antecedente. ¿en dónde terminará el otrora poderoso partido que gobernó al país por poco más de 70 años? ¿Qué puede aportarle un partido en estas condiciones a una coalición en donde uno de sus integrantes, el Partido de la Revolución Democrática está en peores condiciones y es prácticamente inexistente en el país? ¿Qué pueden esperar los mexicanos del partido al que, sin regateos, se le deben mucho de los beneficios de los que hoy gozamos?
Hoy no es ni la sombra de lo que fue…
Los conflictos de Marko
Cuando se creía que el haber retenido Aguascalientes para su partido era un “peor es nada” para el PAN y que los reflectores de la inconformidad y la protesta se centraban únicamente en el PRI y su dirigente Moreno Cárdenas, las voces en contra del presidente nacional de Acción Nacional, Marko Cortés comienzan a subir de tono y hay quienes también piden su salida de la dirigencia.
El gobernador saliente de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval, quien en redes sociales se sumó a la postura que manifestó en la misma vía el exgobernador de Querétaro y ex aspirante a la dirigencia nacional panista, Francisco Domínguez, el 12 de noviembre del año pasado, quien escribió en Twitter en aquella ocasión:
“Por tercera ocasión reitero mi postura: no participaré en ninguna actividad con la actual dirigencia del PAN. No seré cómplice de la destrucción del partido ni en la extinción de la democracia y la libertad mexicanas. Urge recuperar la altura, visión y talento”.
MARTÍN OROZCO SANDOVAL / GOBERNADOR DE AGUASCALIENTES
Martín Orozco retomó aquel texto de “Pancho” Domínguez y escribió:
“Concuerdo con @PanchoDominguez: urge recuperar la visión, el talento y vencer la mediocridad que reina en la dirigencia de @MarkoCortes en @AccionNacional”.
Otro frente abierto de Cortés fue con el ex dirigente Damián Zepeda, a quien excluía de algunas reuniones y le encomendaba cargos no acordados y de menor nivel, lo que provocó que también en noviembre del 2021, éste marcara su “raya”, Escribió: “Increíble el CEN del PAN. Sin diálogo previo anuncia cargos para quienes hemos difundido una opinión distinta. Infantil, cero política, pura imagen. Yo ayudaré al PAN siempre (…), pero no formaré parte de un CEN que no comparto”.
El gobernador de Aguascalientes, se “colgó” del tuit de Zepeda y publicó: “Los panistas estamos comprometidos con nuestros principios y convicciones. Pero no tenemos porqué asumir compromisos en los que no hubo consenso. Así no se hace política @MarkoCortes”.
Ahora otro ex dirigente nacional del PAN levantó la voz contra Marko Cortés: el senador Gustavo Madero, quien declaró que se debe de analizar lo que se tiene que cambiar para obtener los resultados que se necesitan para “revertir el rumbo político” con miras a las elecciones del 2023 y 2024 (…). Necesitamos hacer una autocrítica para ver qué no está funcionando: los dirigentes, la propuesta, la estrategia”.
Y agregó: “Me sumo a ese reclamo (de Martín Orozco), a esa necesidad de pedirle a la dirigencia de nuestro partido un cambio, en la dirigencia o de la dirigencia. Son dos cosas: o cambiamos la forma en que estamos haciendo las cosas o cambian los actores que están haciendo estas cosas”.
A diferencia del priista Alejandro Moreno que tiene semanas, sino es que meses, enfrentando oposición al interior de su partido, las críticas y peticiones de su salida contra Marko Cortés han arreciado apenas en los últimos días y amenazan con incrementarse en los próximos, pues una gubernatura, aún con una candidata del partido, no es suficiente para contener la inconformidad a su labor al frente del partido, además de que se considera poca cosecha cuando se forma parte de una coalición.
Incluso, hay quienes también se han pronunciado ya por que se analice dentro de Acción Nacional la conveniencia de mantenerse dentro de esta alianza, pues consideran que no han logrado los objetivos deseados y sus “socios” no son los más recomendables para concretarlos.
Al igual que con “Alito” Moreno en el PRI, con Marko Cortés al frente del PAN la cosecha de victorias para el blanquiazul han sido muy pobres y todo indica que no encabezarán ninguna de las candidaturas para las elecciones en Coahuila y el Estado de México, salvo que presenten dos perfiles muy competitivos y con una amplia aceptación ciudadana para quedarse con una de ellas o, posiblemente, hasta con las dos.
¿Qué hará Marko Cortés para enfrentar la embestida que se le viene? ¿Estará adecuadamente “blindado” como lo estuvo Moreno Cárdenas en el PRI, para hacer frente a sus adversarios dentro de su partido? ¿Logrará mantenerse al frente del partido y encabezar los comicios del próximo año?
No hay duda alguna que los dirigentes nacionales del PRI y del PAN enfrentan su propia encrucijada de la que, hasta ahora, se desconoce si podrán salir bien librados o no, y en qué condiciones llegarán sus respectivos partidos a la gran contienda del 2024.
Y es que, al parecer, la 4T ya les tomó muy bien la medida.