El ofrecimiento de una discusión profunda del proyecto con la oposición, no se materializó, pues la mayoría congresional oficialista no discutió en realidad las posibilidades de reasignar una cantidad significativa de recursos a áreas prioritarias.
Por José Antonio Elvira de la Torre
La aprobación en lo general del proyecto de presupuesto de egresos 2025 del gobierno federal, se realizó la noche del pasado 11 de diciembre. Con los votos a favor de 349 diputados de MORENA, PVEM y PT, así como 129 en contra de diputados de PAN, PRI y MC, el monto total aprobado para 2025 es de 9 billones 302 mil 015 millones de pesos, que supone un incremento de 235,970 millones de pesos, respecto al 2024.
El ofrecimiento de una discusión profunda del proyecto con la oposición, no se materializó, pues la mayoría congresional oficialista no discutió en realidad las posibilidades de reasignar una cantidad significativa de recursos a áreas prioritarias y terminó reajustando solamente 44 mil (mdp), que representó sólo un 0.47% del proyecto total de gasto público para 2025.
En medio de los recortes y ajustes del Poder Legislativo al presupuesto de egresos, aprobó un incremento del presupuesto proyectado inicialmente de 5.5%. La mayor cantidad de recursos, sin sorpresa alguna, se destinarán a la Secretaría del Bienestar que tiene contemplado un gasto por 579,883 (mdp).
Al rubro de educación se asignaron 465,871 mdp, 14,984 mdp adicionales al proyecto original, esto es un 3.3% de aumento. Al rubro de infraestructura, comunicaciones y transportes le aumentaron 10,720 mdp adicionales de lo proyectado, un 7.6% más. Para la Secretaría de la Defensa se autorizaron 6,292 mdp más, un 4.1% adicional.
Por otra parte, los rubros de salud y seguridad, que son dos de los temas públicos de mayor relevancia y cuya problemática tiene efectos significativos en la vida de las personas sufrieron recortes. En el caso de la salud en general (Secretaría de Salud, IMSS Bienestar, ISSSTE, etc), la disminución presupuestal con respecto a 2024 es de 114,000 mdp que equivale a un 12.2%, pues bajó de 1 billón 032 mil mdp en 2024, a tan sólo 918,000 mdp para el siguiente año. En el caso de seguridad, en el rubro específico de seguridad interior el recorte es de 34,800 mdp que equivale a un 40.4% menos, pues pasó de 86,000 mdp a 51,200 mdp.
Déficit presupuestal, deuda pública y gasto social
Cabe recordar que el presupuesto aprobado para el siguiente año se da en el contexto de un déficit presupuestal heredado de la anterior administración federal por alrededor de 1.9 billones de pesos, y que se generó por la dinámica de financiar un gasto gubernamental en año electoral muy superior a los ingresos y que ha propiciado que la deuda pública sea alrededor de 6% del PIB. Para 2025, también se considera un déficit presupuestario de más 1.7 billones de pesos que, si bien es inferior al de 2024, no es una señal positiva en el mediano y largo plazo.
Respecto del crecimiento de la deuda pública, el IMCO señala que el pago de “intereses de la deuda crecerá 8.5%, al pasar de 1.23 billones de pesos en 2024 a 1.39 billones en 2025 (representará el 14.9% del gasto total)”.
Si bien en los próximos días y semanas podremos tener más claridad sobre la orientación del gasto público federal para 2025, así como de sus objetivos, alcances y deficiencias, es claro que el presupuesto mantiene y fortalece el propósito de otorgar apoyos directos a la población, que para el siguiente año supera el monto que se destina a la construcción de infraestructura, por ejemplo, aunque sus efectos en combatir la pobreza, sobre todo la pobreza extrema, no estén siendo ni suficientes ni alentadores.
El monto para el gasto social en 2025 será de 4 billones 548 mil millones de pesos, esto es un 69.7% del gasto programable. En el nuevo presupuesto el monto de los subsidios es de 1.1 billones que contarán con menos recursos que en 2024, cuando se destinaron 1.08 billones.
De acuerdo con México Evalúa, a través del portal digital “Animal Político, el programa de pensiones para adultos mayores sigue siendo el que más recursos concentra con el 43% del monto total de programas de subsidios, esto es más de 483 mil mdp, lo que significa un 0.3% menos que en 2024. En general, los programas de asignaciones directas de efectivo sufrieron ajustes a la baja, como “sembrando vidas” con 4, 700 mdp menos, “jóvenes construyendo el futuro” con 1 mil mdp menos, o el programa de educación básica que desaparece para dar paso a otros programas como las becas Rita Cetina que contará con 78,800 mdp o la pensión bienestar para mujeres con 15 mil mdp.
Los programas de transferencias directas de dinero no son negativos en sí mismos, el problema es que se convierten en el punto central de las políticas y la inversión pública para combatir la pobreza y la desigualdad, descuidando temas esenciales que tienen un enorme impacto en la calidad de vida de las personas y significan une oportunidad real de enfrentar las desigualdades, como lo son la salud y la educación.