¿Fue Moctezuma un dirigente cobarde, causante indirecto de la conquista de Tenochtitlán y aliado de los españoles?
Por Alfredo Arnold
Su descendiente Eduardo Matos Moctezuma, director del proyecto del Templo Mayor y uno de los arqueólogos, historiadores e investigadores más reconocidos en México y el mundo, afirma que su ancestro, el noveno tlatoani azteca, es ignorado en México y, en cambio, admirado en otros países –Inglaterra y España principalmente–, por el rol que desempeñó en el encuentro entre dos mundos hace quinientos años.
Es importante revalorar y juzgar a Moctezuma de acuerdo al tiempo, circunstancias, tradiciones y rituales del tiempo en que gobernó y de lo que supuso la llegada de Cortés al territorio del Anáhuac.
Eduardo Matos aborda este tema en su libro recientemente presentado: “Moctezuma y Atahualpa”, en el que hace una detallada reseña de los hechos que desencadenaron las derrotas del emperador azteca y del último rey inca.
Moctezuma Xocoyotzin, también llamado Moctezuma II y Motecuhzoma, fue el noveno de los once emperadores o tlatoanis que tuvo el Imperio Mexica a partir de Acamapichtli, el primero que ostentó ese nombramiento después de Tenoch, jefe fundador de Tenochtitlán en el año de 1325. Era miembro de la realeza ya que su padre Axayácatl y su abuelo Moctezuma Illhuicamina también fueron tlatoanis.
Hay crónicas que sitúan en el año de 1466 el nacimiento de Moctezuma, por lo tanto tendría 36 años cuando fue entronizado y 54 cuando murió. Se le describe como un gobernante inteligente, valeroso y muy apegado a las tradiciones de su pueblo. Durante los 18 años que gobernó, embelleció a Teotihuacán y consolidó el dominio militar sobre los pueblos vecinos.
Su mundo cambiaría a raíz de la llegada de Hernán Cortés en abril de 1519. Hombres blancos, barbados y montados en un extraño animal llamado caballo, habían desembarcado, le informaron a Moctezuma. Cortés se adentró en tierra firme y sometió a pueblos que después se convirtieron en aliados ya que eran víctimas de los aztecas que les imponían pesados impuestos.
Moctezuma interpretó la llegada de los conquistadores con un criterio metafísico, creyendo que se trataba del regreso del mítico Quetzalcóatl, quien mucho tiempo atrás habría partido rumbo al oriente. Esta creencia se fortaleció en el emperador azteca a causa de fenómenos a los que no encontraba explicación, como la aparición de un cometa, el incendio inexplicable del recinto dedicado a uno de sus dioses, el rayo que atravesó un templo sin que se escuchara el trueno, la captura de una rara ave y la temperatura extremadamente caliente que alcanzaron las aguas del lago que rodeaba la ciudad, entre otras señales.
Influenciado por estas creencias y creyendo que así se marcharían, Moctezuma intentó agradar a los extranjeros enviándoles regalos de oro y plata cuyo efecto fue muy diferente, ya que en lugar de retirarse incentivaron el interés de los conquistadores por conocer de dónde provenía tanta riqueza.
Cortés avanzó y sostuvo exitosas batallas contra otros pueblos, hasta que por fin se encontró con Moctezuma en noviembre de 1519, a las puertas de la gran Tenochtitlán. Fue un encuentro cordial y los españoles recorrieron la ciudad admirados. Se les hospedó en el palacio de Axayácatl, donde se guardaba una parte del tesoro azteca.
Aztecas y españoles convivían en cierta armonía, Moctezuma incluso fue bautizado, pero Cortés, previniendo cualquier intento de sublevación del emperador, inventó un ardid para tomarlo prisionero y llevarlo al palacio de Axayácatl. Eso sí, con todas sus mujeres y comodidades.
Un incidente hizo salir de Tenochtitlán a Cortés: una expedición llegaba a Veracruz con el encargo de apresarlo por desacato. Le fue fácil deshacerse del enviado del gobernador de Cuba, pero a su regreso encontró una Tenochtitlán encendida, ya que a Pedro de Alvarado se le ocurrió sofocar sangrientamente una festividad religiosa. El pueblo fue increpado y se lanzó contra los españoles; Cortés sacó a Moctezuma para que los tranquilizara, pero con tan funesto resultado que el emperador fue alcanzado por una pedrada y al poco tiempo murió. Otras crónicas sostienen que fue asesinado por Cortés al ver que ya no le era de utilidad.
Lo que siguió es otra historia: la huida de los españoles, la Noche Triste, la recuperación de los peninsulares, su alianza con los tlaxcaltecas y finalmente el sitio y la caída de Tenochtitlán.
Cuitláhuac y Cuauhtémoc sucedieron a Moctezuma por muy poco tiempo, en tanto, la memoria de Moctezuma comenzaba a tomar derroteros contradictorios. Una hija de Moctezuma llamada Isabel tuvo una hija con el conquistador Cortés. Su nombre era Leonor Cortés Moctezuma y fue una influyente y rica señora en San Luis Potosí.
El apellido Moctezuma perdura hasta nuestros días; el historiador Eduardo Matos Moctezuma es una prueba de ello. Sin embargo, el legado del emperador azteca sigue provocando controversia.
Para entender la cosmología de Moctezuma hay que tomar en cuenta aspectos filosóficos, metafísicos y teológicos, lo cual no es tan fácil.