Por José Antonio Elvira de la Torre
Prof del Departamento de Estudios Políticos del CUCSH de la UdeG
Este viernes 23 de agosto, un día que parece como cualquier otro, han ocurrido acontecimientos políticos que no porque sean lejanos para la mayoría de la población dejan de tener una enorme trascendencia para nuestra República, para nuestra democracia.
El primero de ellos ya ocurrió en la cámara de Diputados del Congreso de la Unión, con mayor precisión en la Comisión de Puntos Constitucionales donde por mayoría de votos (22 diputados a favor, correspondientes a legisladores de MORENA, PVEM y PT, y 17 votos en contra de legisladores de oposición de PAN, PRI, PRD y MC) se aprobó en lo general la iniciativa por la que se busca desaparecer diversos organismos autónomos (INAI, COFECE, CONEVAL, Comisión Nacional de Hidrocarburos, Comisión Reguladora de Energía y el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación), aunque se presentaron 75 reservas de los distintos grupos parlamentarios para la aprobación en lo particular (la permanencia del Instituto Federal de Telecomunicaciones queda en espera de esta discusión particular).
Como comenté en la anterior edición de “Opinión Política” (Mejorar y fortalecer los organismos autónomos, 12 agosto de 2024), nunca es una buena noticia, para un esquema institucional democrático republicano, ni la eliminación de controles y contrapesos ni la concentración de facultades en alguno de los Poderes públicos, en este caso el Ejecutivo, que asumirá las funciones de estos organismos. La eficiencia presupuestal como argumento para cancelar entidades públicas, sin considerar el valor y utilidad social que producen con su existencia y desempeño, no es suficiente. El eufemismo de llamar “simplificación administrativa” a la devastación institucional (de las leyes y reglas formales) y organizacional (de entidades públicas) no se sostiene.
El segundo está ocurriendo al momento de escribir estas líneas, al llevarse a cabo la sesión extraordinaria del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, donde se discuten (y serán aprobados por una mayoría de 7 de los 11 consejeros electorales integrantes del Pleno) el proyecto de acuerdo de la asignación nacional definitiva de diputaciones y senadurías por el principio de representación proporcional.
El INE no consideró ninguna modificación para resolver la variación de más de 18 puntos porcentuales que suma la sobre representación que tendrán en la Cámara de Diputados los partidos de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” y que, como ya había adelantado en el artículo “Mayoría, sobre y subrepresentación Congresional” (Marcatextos, 20 junio de 2024). No obstante que hubo una propuesta de la consejera Claudia Zavala para reconsiderar el porcentaje del +/- 8% de sobre o subrepresentación sobre la votación de los partidos, que hubiera disminuido la distorsión entre el porcentaje de votos y el porcentaje de integración de la Cámara de Diputados que cada partido tendría, no fue respaldada por una mayoría de consejeros que aprobaron el proyecto presentado por la presidenta del Consejo General, Guadalupe Taddei.
Tabla de votación y representación en la Cámara de Diputados por partidos
* Debe sumarse un candidato independiente por el distrito 09 federal de Michoacán que ganó su diputación por el principio de mayoría relativa.
En el caso de la integración de la representación proporcional para la Cámara de Senadores, tampoco se modificó la proyección de la asignación que el propio INE anticipaba.
Tabla de votación y representación en la Cámara de Senadores por partidos
Como consecuencia, en la integración de un Congreso en el que la Cámara de Diputados tendrá una mayoría calificada de los partidos que integraron la coalición encabezada por MORENA, dada la enorme distorsión entre votos y representación política que se generó. Mientras que, en el Senado, la mayoría lograda por estos partidos no será calificada, se queda a escasos tres legisladores de tenerla, por lo que no se descarta que termine siendo una realidad con legisladores que renuncien a otras fracciones parlamentarias o que simplemente decidan, en función de su propio interés, permitir la mayoría calificada. Con ello, la modificación de la Constitución en última instancia será posible para una sola fuerza política liderada por MORENA.
Lo que presenciamos este día tendrá una serie de efectos importantes en la vida pública de nuestro país que comenzaremos a experimentar en los próximos días. Si estas mayorías calificada y casi calificada, respectivamente, son utilizadas con propósitos democráticos o, por el contrario, como parece haber suficientes evidencias, servirá para concretar la modificación unilateral de la Constitución, aunque eso implique poner en riesgo la República y la democracia. Es un día que en el futuro recordaremos como uno trascendente en el destino de nuestro país y que nos hará cuestionarnos cuáles son nuestros valores y compromiso democrático.