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Congreso: A rescatar el decoro

NOTA DEL EDITOR

Por Julio César Hernández

@jcentresemana

Ignoro quién esperaba que el arranque de la LXIV Legislatura fuera una manifestación en contra del próximo gobierno de Jesús Pablo Lemus Navarro como adelanto de que la oposición en el Congreso del Estado buscará hacerle “la vida de cuadritos” al segundo gobernador que llega, sin pertenecer al partido, con las siglas de Movimiento Ciudadano.

Dejado atrás el escándalo y la polémica que dejó el proceso electoral, tras la resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral y de Participación Ciudadana, el Congreso del Estado quedó conformado ya por una mayoría teóricamente de oposición, cuando MC tendrá 11 diputados y los 27 restantes repartidos entre las fracciones parlamentarias de Morena, PAN, PRI, Verde Ecologista, PT, Hagamos y Futuro.

Sin embargo, la ciudadanía nada tonta ha concluido que los legisladores de Acción Nacional y del Revolucionario Institucional se convertirán en las bancadas “satélites” del partido en el gobierno y subordinados del nuevo inquilino de Palacio de Gobierno, no obstante que no integraron una alianza electoral con el emecismo para contender por la gubernatura, como en cambio sí lo hicieron Morena y el resto de los partidos opositores bajo la coalición de Sigamos Haciendo Historia.

En un escenario natural, los jaliscienses esperarían que la oposición actuara como oposición frente al gobierno y su partido, Pero en los hechos sabemos que las coincidencias entre MC, PAN y PRI no van en función de lo que consideran que es de beneficio para la ciudadanía, como les gusta declarar a las dirigencias de los dos últimos partidos, sino de sus intereses políticos de grupos o individuales y en donde panistas y priistas siempre se llevan una “tajada” del pastel que Movimiento Ciudadano, desde el Ejecutivo, se encarga de repartir.

Pero además de que la ciudadanía no es tonta, tampoco es ingenua y sabe que desde el Ejecutivo se echa a andar el “juego de la zanahoria” y más de un legislador del bloque opositor de la coalición Sigamos Haciendo Historia “caerá” en los brazos “naranjas” según la oferta que reciba y las negociaciones que pueda concretar: fidelidad al oficialismo durante los tres años de la Legislatura o aplicar aquello de “como veo, doy”. El pragmatismo ha hecho añicos a la política y a los principios y ética de los políticos.

Tampoco se espera donde la oposición cuartoteísta se convierta en un “opositodo” y de cada propuesta del Ejecutivo o de la fracción oficialista se haga un escándalo y pleito, por supuesto que no se quiere eso, pero lo menos que se espera es que la dignidad prevalezca en ese bloque opositor; que le den decoro y respeto a la figura de ser oposición y no de que se conviertan en simples “empleados” del Ejecutivo como sucedió con la reciente Legislatura que concluyó y muchas más que le antecedieron.

Por supuesto que tampoco esperamos que la mayoría legislativa -los emecistas y sus aliados panistas y priistas-, se conviertan en una “barredora” y asuman la conducta que hoy vemos en las cámaras e Diputados y Senadores donde los morenistas y aliados se imponen por la fuerza y no por la razón; donde no están dispuestos a escuchar, analizar y negociar, sino que actúan brutamente como autómatas aprobando todo lo que les envía el Ejecutivo y donde el diálogo es el gran ausente. No, tampoco esperamos ni pedimos eso, porque no es sano un democrático.

Lo que esperamos es un Poder Legislativo que sea un verdadero contrapeso. Que tedas las iniciativas que emanen de él, realmente sea de beneficio generalizado y no particular, de grupos o corrientes. Que el Congreso del Estado no actúe como “Oficialía de Partes” del Ejecutivo. Por el bien de todos.

 

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