Opinión Política
OPINIÓN

Atisbando el futuro del peso

Por Alfonso Gómez Godínez

@ponchogomezg

Grandes decisiones se tomarán en las próximas semanas. Sin temor a equivocarme se estará definiendo la sustentabilidad macroeconómica del segundo período sexenal del movimiento de la Cuarta Transformación.

Los días pasados han sido complejos con fuerte presión sobre el tipo de cambio. Se sostiene que los mercados están siendo muy sensibles en torno al paquete de reformas constitucionales que se discutirán en el inminente período de sesiones del Congreso de la Unión que iniciará el 1 de septiembre, especialmente sobre aquellas reformas planteadas inicialmente por el presidente López Obrador y prácticamente avaladas por su virtual sucesora Claudia Sheinbaum, sobre la reforma al Poder Judicial.

A pesar de la opinión negativa de los mercados en torno a la citada reforma y que llevaron al peso a retroceder en su paridad con respecto al dólar, la economía mexicana cuenta con fuertes argumentos para enfrentar y evitar un mayor debilitamiento de nuestra moneda.

A diferencia de las crisis de fin de sexenio de López Portillo y Salinas de Gortari, actualmente el Banco de México cuenta con el respaldo de alrededor de 219 mil millones de dólares en su reserva. Los gobiernos citados cayeron en profundas crisis devaluatorias debido a la exigua cantidad de dólares que contenía la cuenta de reservas del banco central.

Por otra parte, en los citados dos gobiernos los desequilibrios en el sector externo fueron insostenibles. Con López Portillo se presentó un catastrófico perfil de vencimientos de deuda externa que nos empujaba a la moratoria debido a la insolvencia provocada por la caída de los ingresos petroleros (una economía donde las exportaciones petroleras representaban el 70% de los ingresos de divisas) y el cierre del financiamiento externo, lo que colapsó nuestra capacidad para pagar los compromisos financieros.  Con Carlos Salinas los tenedores de bonos gubernamentales huyeron de sus posiciones al ver cómo se reducía el monto de las reservas gracias a un dólar barato mientras las autoridades se negaban a modificar el sistema de banda de flotación del peso. Tratar de mantener la paridad del tipo de cambio dentro de los límites de la banda de flotación fue catastrófico.

Para el actual gobierno las condiciones son diferentes. Se cuenta con unas solidas reservas internacionales que permiten a la autoridad monetaria tener importantes márgenes de maniobra para enfrentar con éxito presentes y futuras turbulencias cambiarias. Por otra parte, los saldos de vencimiento de deuda externa tampoco representan un ultimátum. Al contrario, el gobierno cuenta con amplias facilidades, situación contraria a los episodios de López Portillo y Salinas de Gortari, de acceder a créditos de organismos como el Fondo Monetario Internacional en caso de extrema necesidad.

Es de esperarse que al menos durante 2025 se mantengan los diferenciales de tasa de interés entre Estados Unidos y México lo que seguirá alentando el ingreso de capital foráneo a nuestro país. Los inversionistas financieros medirán el factor de riesgo de su inversión y por la diferencia de tasa optaran por el mercado de dinero mexicano lo que ayudará a la estabilidad del peso.

Sí la inflación tiene un comportamiento asimétrico entre Estados Unidos (se controla y baja) y México (persiste su presencia), la política monetaria de ambos países fortalecerá al peso. En el corto plazo no se vislumbran factores que pudieran alterar el flujo de ingresos provenientes de las remesas lo que también fortalece a nuestra moneda.

Existen proyectos del nuevo gobierno por atraer fuertes cantidades de inversión extranjera detonando las ventajas del nearshoring, lo que alimentaria también el ingreso de divisas tanto por el ingreso inicial de capital y posteriormente por los ingresos vía exportaciones.

Adicionalmente existen otros tres factores que apuestan en contra de un ataque especulativo al peso. La futura presidenta ha manifestado su respeto a la autonomía del Banco de México, la ratificación como secretario de Hacienda de Rogelio Ramírez de la O y el compromiso de reducir el déficit fiscal para el año 2025 y bajarlo al 3% del PIB. La tarea será cumplir con los compromisos.

 

Post relacionados

Frivolidad y Debate

Opinión Política

INAI SI

Opinión Política

Urgente fortalecer el periodismo en México

Opinión Política

Dejar un comentario