TRIADA
Por Jorge Jaime Hernández
El mundo no ha sido el mismo desde que el presidente del vecino país llegó al poder con todas las expectativas de cambio en su país, haciendo grandes promesas al pueblo de los EEUU acerca de devolver la supremacía económica que hace mucho tiempo tuvo y que fue perdiendo con la presencia de países emergentes del Oriente y la permanencia de otros del Viejo Continente que fueron minando su posición, siendo China, el gigante dormido del que hablaba Richard Nixon en los años setenta, quien ahora está ofreciendo la batalla por liderar al mundo en la cuestión económica.
Ahora, en México vivimos grandes ataques debido a los aranceles impuestos por Estados Unidos sobre las importaciones de acero y aluminio que, sin duda, han generado un impacto significativo en la economía mexicana y en Canadá. La reciente decisión de aumentar estos gravámenes del 25% al 50% ha provocado una serie de efectos adversos en la competitividad de las industrias afectadas, la inversión extranjera y la estabilidad del comercio internacional, pero nos ocupa sobre todo la de nuestra área que, gracias al Tratado de Libre Comercio entre estos tres países, se ha desarrollado la zona creando una simbiosis económica de codependencia entre los pueblos, haciendo que cualquier falla se magnifique en alto grado.
El incremento de los aranceles ha elevado los costos de producción para las empresas mexicanas y canadienses que dependen de estos metales como insumos esenciales; recordamos que en México la industria automotriz y de autopartes ha sido una de las más afectadas, ya que el acero y el aluminio son fundamentales en la fabricación de vehículos.
La Industria Nacional de Autopartes (INA) ha advertido que esta medida compromete la estabilidad de las cadenas de suministro en América del Norte y, claro, afectaría la producción de vehículos en toda la región, perdiendo competitividad.
Por otro lado, Canadá, que es el principal proveedor de aluminio para Estados Unidos, ha visto una reducción en sus exportaciones debido a los nuevos aranceles si el gobierno se empeña en violar el Tratado. Esto ha generado preocupación entre los fabricantes y sindicatos, quienes han señalado que la medida está destruyendo la inversión y afectando el empleo en el sector.
De igual manera, en fechas recientes la presidente Claudia Sheinbaum anunció una disminución del empleo en México con la pérdida de 47 mil empleos, que tal vez se deba a la estacionalidad, es decir, a diversos factores, pero es significativo.
Esta crisis de aranceles ha provocado varias cosas que afectan también a los Estados Unidos y México directamente, la disminución de las remesas de nuestros paisanos es preocupante para nuestra economía, que en gran medida es factor importantísimo en la captación de divisas, pero ahora con el endurecimiento de acciones del gobierno de Trump las cosas se han complicado y en nada ayudan las recientes redadas de inmigrantes que se llevaron a cabo en los Ángeles como parte estas acciones, creando temor entre los nacionales que están en ese país sin documentos, por el temor de la deportación.
La imposición de estos aranceles ha generado tensiones diplomáticas entre los países involucrados, ya que tanto México como Canadá han criticado la decisión de Estados Unidos, argumentando que afecta la integración económica de la región y contradice los principios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Además, el aumento de los costos de producción ha llevado a una disminución en la competitividad de los productos manufacturados en México y Canadá, lo que podría provocar una reducción en la demanda de estos bienes en el mercado estadounidense, lo que seguramente tendrá un costo político si no recula en estas pretensiones el mandatario americano.
Y ante esta situación, los gobiernos de México y Canadá han iniciado gestiones diplomáticas para buscar la exclusión de estos aranceles o negociar acuerdos que minimicen su impacto.
Los empresarios mexicanos han exigido a las secretarias de Relaciones Exteriores y de Economía que realicen un plan de emergencia para fortalecer nuestra posición y hacer valer la condición del buen vecino, recordando los tratados trilaterales ya formados.
En México, la Secretaría de Economía ha propuesto medidas para fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de las importaciones de acero y aluminio.
En varios países, sobre todo en Canadá, se han invitado a los ciudadanos a realizar un boicot en contra de los productos de origen estadounidense y la gente responde de manera solidaria, pero recordemos que ahora existe interdependencia en muchos aspectos y en México varias firmas de Estados Unidos tienen grandes cantidades de trabajadores locales y que se estarían afectando esos empleos por igual.
La búsqueda de soluciones diplomáticas y estrategias de adaptación será clave para mitigar los efectos negativos de esta política arancelaria, pero solamente se podrán aplicar si existe la congruencia y la buena voluntad de todas las partes, lo que hasta ahora le ha faltado al gobierno del presidente Donald Trump. Difícil de lograr… pero no imposible. Esa es la cuestión. Medítalo.