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Marcelo, la “corcholata reconocida”

NOTA DEL EDITOR

Por Julio César Hernández

@jcentresemana

El canciller Marcelo Ebrard Casaubon no se anduvo por las ramas en su visita a Jalisco: “A mí el presidente (López Obrador) ya me destapó cinco veces en las ‘mañaneras; ya me pueden considerar que estoy destapado. Soy corcholata reconocida”.

Ebrard es el primero de los cuatro serios aspirantes de Morena a la candidatura presidencial, si incluimos en la lista al senador Ricardo Monreal a quien López Obrador lo ha ignorado como prospecto, aunque por ahí alguna vez tuvo que aceptar, más a fuerza que de ganas, que también podría ser candidato. La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, no ha puesto un pie en este estado; en tanto que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, hizo acto de presencia en aquel evento de promoción a la revocación de mandato y posteriormente para reunirse en privado en Casa Jalisco con el gobernador Enrique Alfaro y la bancada morenista en el Congreso del Estado, sólo para darles “línea” de apoyar al Mandatario estatal.

Marcelo Ebrard parece entender el peso electoral de Jalisco, pero sabe también que esta entidad es una de las más reacias a apoyar a su partido y sus candidatos, no obstante que López Obrador ha sido bien aprobado y que, en su momento, obtuvo un buen cúmulo de votos.

Hay coincidencia en que el secretario de Relaciones Exteriores, de los “presidenciables”, es quien tiene más simpatías en la entidad hasta por quienes no son morenistas, lópezobradoristas ni mucho menos seguidores de la 4T. Quizás esa aceptación tenga que ver porque formado en la escuela priista, contrasta con la imagen radical de izquierda que siempre ha caracterizado a Sheinbaum y que, por supuesto, no oculta ni pretende hacerlo.

Nada qué decir del inquilino de Bucareli, Adán Augusto, de quien aquí sólo se conoce que es muy amigo del presidente y que goza de todas sus confianzas.

Ebrard Casaubon derrochó optimismo en su visita a Jalisco. No sólo presumió que fue “destapado” cinco veces por el presidente, sino que aseguró que va adelante en todas las encuestas y que trabajará, recorriendo el país, para defender esa ventaja. Sin duda así es, pero tampoco no han pasado desapercibidos los desaires presidenciales que ha recibido frente a la preferencia mostrada por el huésped de Palacio Nacional para la Jefa de Gobierno. Tan es así, que ya se le ubica como posible candidato de Movimiento Ciudadano y del Verde Ecologista en caso de que “pierda” la encuesta de Morena.

Para lo que algunos es moderación de Ebrard, para otros es debilidad. Dudan que, en un momento dado, pueda levantar la cabeza, reclamar una candidatura que no pocos creen que ya merece y enfrentarse al encargado de “destaparlo”. “Es débil”, ha dicho más de uno. “Si ya lo sentaron una vez, lo volverán a sentar”, dicen otros.

Marcelo Ebrard tendrá que trabajar para cambiar esta percepción ciudadana, pese a que quienes creen eso no son simpatizantes o seguidores de sus adversarios. Pero hay en ello un dejo de decepción o, quizás, hasta de frustración, porque consideran que el Canciller debe de ser el candidato de Morena.

En su visita a Jalisco, vimos a un Ebrard “echado pa’delante”, apostándole a la “bendición” de Palacio Nacional y a su ventaja en las encuestas. Pero mucho puede suceder de aquí a cuando se haga pública la encuesta que definirá el o la candidata. Hasta el momento ha logrado salir airoso de los obstáculos que ha enfrentado, pero si hay interesados en descarrillar su aspiración para beneficiar a sus contendientes, no lo duden que lo harán.

Al tiempo…

 

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