Opinión Política
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Año Nuevo y la urgencia de levantar la mirada

Por Alfonso Gómez Godínez

@ponchogomezg

Es natural que al inicio de cada año se revisen logros, metas no alcanzadas, a la par que definimos proyectos y acciones para el año por venir. Lo hacemos en el ámbito de lo individual, empresarial y gubernamental. En muchas ocasiones nod quedamos con una visión cortoplacista, de coyuntura, sin vislumbrar escenarios con mayor alcance y envergadura.

Los resultados obtenidos en 2024 no necesariamente son consecuencia de decisiones tomadas en el momento; la realidad es que en la mayoría de los casos esos resultados obedecen a factores con raíces de fondo, son consecuencia de eventos que se vinieron desencadenando desde tiempo atrás. Claudia Sheinbaum es nuestra presidenta y Pablo Lemus es nuestro Gobernador, no porque eso se decidió exclusivamente en 2024, sino que sus respectivos triunfos electorales provienen de una concatenación de elementos que vienen desde años anteriores. Cada lector puede recordar y reconstruir esas historias.

Como país, se viene hablando de un complejo y difícil año económico 2025. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y su impacto en las relaciones comerciales con México por los temas migratorios y de drogas, nos vislumbra escenarios inciertos en los próximos meses. Se pronóstica por la mayoría de los consultores un débil crecimiento económico menor al 2% anual. Se tienen fundadas dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas. La inflación y la volatilidad del tipo de cambio alimentan la preocupación de los actores económicos. Para enfrentar dichos escenarios la coalición gobernante a nivel federal aprobó un paquete económico para este año con sus respectivos ingresos y rubros de gasto.

Sin embargo, es necesario levantar nuestra visión. Se requiere que en este 2025 tomemos decisiones estratégicas, fundacionales, que tengan impacto en los años por venir. Es urgente revertir los comportamientos inerciales de los planes y presupuestos gubernamentales donde, en las discusiones, la mayoría de las veces se determina subir, mantener o bajar sus montos para salir durante el año fiscal.

Tenemos que definir nuestra posición ante la rivalidad de las dos superpotencias, Estados Unidos y China. En materia educativa y del trabajo, involucrarnos de lleno en torno a la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías. No podemos postergar las reformas en los sistemas pensionarios ante su inminente colapso y falta de sustentabilidad. En materia de salud, las enfermedades de la modernidad azotan a millones de mexicanos.

Durante los últimos meses del 2024, el Congreso de la Unión realizó una frenética actividad legislativa modificando la Constitución y realizando reformas de gran calado como la Reforma Judicial y la extinción de los llamados organismos autónomos sin tener claridad de los efectos que tendrán en el corto, mediano y largo plazo.

Desde esta perspectiva, en el naciente 2025 no podemos actuar como el avestruz y meter la cabeza. No podemos tirarnos a la comodidad de la inercia y de que no va a pasar nada. Tampoco podemos esperar que Dios o la suerte nos protejan y conduzcan por el mejor camino o que la buena fe y la ingenuidad marquen el rumbo. 2025 nos encarrila a un nuevo decenio donde el mundo posiblemente sea muy diferente al actual. Tenemos que levantar la mirada y actuar en consecuencia.

 

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