Charlas en la Cafetería del Barrio
Por Alberto Mora
@alberto_mora
-El tema de la obediencia y la simulación en la historia es fascinante. Por ello, ha sido objeto de estudio por muchos autores a lo largo de la historia.
“Hay una frase que me viene a la mente: «Acátese, pero no se cumpla”. Para mí, refleja la paradoja de la obediencia aparente y la simulación en torno al poder; muestra cómo las personas pueden acatar el mandato de la ley, pero en realidad actuar de manera contraria a ella. Es un emblema de la compleja relación entre la ley, el poder y la obediencia en la historia política y administrativa”.
Así arranca “El Profe” la charla en la cafetería del barrio. Acompañado de dos compañeros académicos, disfruta sus dos grandes pasiones: el intercambio de puntos de vista y el gusto por los extraordinarios cafés tostados por el Taller de Espresso.
Toño, ondeando su aromática pipa, invita a los compañeros académicos cafeteros a recordar:
-En la historia reciente hay varios ejemplos de líderes políticos que reflejan casos de obediencia y simulación. En Corea del Norte, la obediencia a Kim Jong-un es casi absoluta dada la naturaleza autoritaria del régimen. Ahí mismo, la simulación se observa en cómo el gobierno presenta una imagen de prosperidad y unidad a pesar de las dificultades económicas y sociales que enfrenta el país. También tenemos el caso de Nicolás Maduro en Venezuela, donde ha sido acusado de mantener el poder a través de la obediencia de las fuerzas armadas y la simulación de procesos democráticos, con elecciones que han sido cuestionadas por organismos internacionales en cuanto a su legitimidad.
“Y podemos traer a la mesa también los casos de la Rusia con Putin, China con XiJinping o Turquía de Erdoğan. En estos casos se ha observado una tendencia hacia la centralización del poder y la obediencia de los funcionarios gubernamentales y políticos. Los tres han consolidado su poder dentro del Partido gobernante, destacando cómo los miembros “del partido” alinean sus políticas y discursos con las directrices del liderazgo central.
“La simulación se observa en todos estos casos, en la manera en que se presentan las políticas internas y externas como beneficiosas para todos, a pesar de las críticas internacionales.
“Estos ejemplos de obediencia y simulación pueden manifestarse en diferentes contextos políticos y es muy fácil identificar a los líderes cuando utilizan estas estrategias para mantener y consolidar su poder”.
Ramón solicita una nueva ronda de cafés y aprovecha la pausa para comentar:
-La obediencia y la simulación son dos conceptos fundamentales en el estudio de la política y el gobierno. La obediencia se refiere a la disposición de los individuos a seguir las órdenes o directrices de una autoridad, mientras que la simulación implica la representación o imitación de comportamientos o actitudes que pueden no reflejar verdaderamente las creencias o intenciones de un individuo o un grupo de personas.
“Recordemos que la obediencia, ha sido un tema central en la teoría política desde los tiempos de Platón y Aristóteles. Muchos años después, Max Weber, sociólogo y politólogo, argumentó que la obediencia es un componente esencial de la autoridad legítima, que puede clasificarse en tres tipos: tradicional, carismática y legal-racional. Él dice que la obediencia a la autoridad legal-racional es fundamental para el funcionamiento de las democracias modernas, donde las leyes y normas son las guías principales del comportamiento político.
“Sin embargo, la obediencia ciega puede llevar a consecuencias negativas como lo demuestran los experimentos de Stanley Milgram, en los años 60s. Milgram acreditó con su trabajo que las personas están dispuestas a obedecer órdenes que van en contra de sus principios morales si perciben que la autoridad que las emite es legítima. Este hallazgo tiene implicaciones profundas para la política, ya que sugiere que los ciudadanos pueden ser manipulados para apoyar políticas o líderes que no necesariamente reflejan sus valores o intereses.
“La simulación, por otro lado, se refiere a la capacidad de los actores políticos, para aparentar comportamientos o actitudes que no son genuinos. En «El Príncipe», se argumenta que un líder eficaz debe ser capaz de simular virtudes como la honestidad y la compasión, incluso si no las posee, para mantener el poder y la estabilidad”.
Toño interrumpe abruptamente para apuntar:
-Recuerden que también en el siglo pasado Erving Goffman desarrolló la teoría de la «representación de la vida cotidiana», que describe cómo los individuos manejan la impresión que dan a los demás. Yo entiendo que, en política, esto se traduce en la habilidad de los líderes para presentar una imagen que resuene con el electorado, a menudo a través de discursos cuidadosamente diseñados, propaganda y gestos simbólicos.
“La simulación puede ser una herramienta poderosa para ganar apoyo, pero también plantea cuestiones éticas a revisar sobre la autenticidad y la manipulación”.
El Profe les consulta a sus compañeros de charla si desean algo más de la cafetería. Solicita la cuenta y a manera de conclusión expresa:
-La interacción entre obediencia y simulación puede observarse en regímenes autoritarios donde los líderes demandan obediencia absoluta, mientras simulan un compromiso con los valores democráticos para mantener la legitimidad.
“Hannah Arendt, en su análisis del totalitarismo, destacó cómo estos regímenes utilizan la propaganda para crear una realidad simulada que exige obediencia, incluso cuando contradice el mandato constitucional o la voluntad genuina de los ciudadanos.
“En las democracias, la simulación puede manifestarse en la forma de populismo, donde los líderes pretenden representar la voluntad del pueblo, mientras implementan políticas que benefician a una élite. La obediencia a tales líderes es el resultado de una combinación de carisma personal y la habilidad para simular comprensión y empatía con las preocupaciones del ciudadano común.
“La obediencia y la simulación son fuerzas poderosas en la política y el gobierno, capaces de moldear el comportamiento de individuos y sociedades enteras. Mientras que la obediencia puede ser necesaria para el orden y la estabilidad, también puede ser explotada para fines autoritarios.
“Fomentar una ciudadanía informada es crucial para comprender estas dinámicas y exigir liderazgos responsables”.