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El Zapotillo… Ya Casi

REFLEXIONES

Por Gonzalo Leaño Reyes

Más de treinta años han transcurrido desde que se comenzaron a hacer proyectos para construir una presa que garantizara el suministro de agua potable a Guadalajara y su zona conurbada, muchos de ellos fueron desechados rápidamente, aunque otros que sí iniciaron se abandonaron por diferentes razones.

Gobiernos federales y estatales estuvieron muy involucrados en los planes, hasta que hoy, por fin el gobernador Enrique Alfaro Ramírez anunció que la presa El Zapotillo está llena y lista para enviar el preciado líquido a la capital tapatía.

Pusimos la palabra “casi”, porque aún están pendientes algunas obras hidráulicas para que, en efecto, comience a llegar agua de El Zapotillo a Guadalajara. De acuerdo con las autoridades, será a finales de septiembre cuando esto ocurra.

Dos proyectos hidráulicos sobresalen entre los muchos que se realizaron a lo largo de estas tres décadas. Uno de ellos fue la presa de Arcediano, cuyos trabajos iniciaron con el gobierno de Emilio González Márquez, pero que finalmente se desechó porque una de las paredes de la barranca no reunía las condiciones de seguridad para soportar el peso del agua.

Más tarde surgió el proyecto de El Zapotillo, que también pasó por varias etapas muy cuestionadas, comenzando por el tema social de las poblaciones de Temacapulín, Palmarejo y Acasico, que inevitablemente resultarían inundadas. El Gobierno del Estado propuso reubicar a todos los habitantes en una nueva comunidad que sería construida en un lugar seguro. Incluso se propuso trasladar piedra por piedra un antiguo templo, pero la resistencia de los habitantes a abandonar sus pueblos fue muy firme.

La alternativa de El Zapotillo no se abandonó, pero se modificó el proyecto, esencialmente bajando la cortina a 80 metros en lugar de los 125 que se proponían inicialmente, y construyendo seis esclusas para vaciar el agua cuando la presa excediera el límite de su capacidad.

Hace unos días, el Gobernador informó que, debido a las lluvias, la presa tenía 47 millones de metros cúbicos de agua (y ha seguido lloviendo), por lo que estaría garantizado el abasto durante cincuenta años (es eso, habría que considerar cuánto va a aumentar la población en medio siglo).

Lo que sigue, después de que esté totalmente terminada la infraestructura hidráulica, es que las futuras autoridades federales, estatales y municipales cuiden celosamente la seguridad y limpieza del embalse que tanto tiempo demoró en convertirse en una realidad.

Por lo pronto, es una gran noticia que después de tres décadas, Guadalajara tenga una gran fuente adicional de abastecimiento de agua, un recurso indispensable para la vida y el desarrollo.

 

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