Los Soldados Irlandeses se unieron al Ejército Mexicano contra el invasor en la guerra contra Estados Unidos.
Por Alfredo Arnold
Septiembre es llamado el “Mes de la Patria” por las numerosas fechas históricas que incluye, sobre todo por la conmemoración del inicio y la consumación de la Independencia.
Pero no todo son fechas relacionadas con la lucha de independencia; septiembre también incluye acontecimientos sucedidos treinta años más tarde, entre ellos, la defensa del Castillo de Chapultepec por los cadetes del Colegio Militar, mejor conocidos como Niños Héroes. Este triste episodio, ocurrido el 13 de septiembre de 1847, significó la muerte de muchos soldados mexicanos y decretó la victoria definitiva de los invasores norteamericanos sobre el ejército tricolor en la guerra entre México y Estados Unidos. Después de la Batalla de Chapultepec, la bandera de las barras y las estrellas fue izada en Palacio Nacional… ¡en plenas Fiestas Patrias!
Los invasores ocuparon la capital después de desplegarse por tierra desde la frontera con Texas, y por mar, ya que un buen número de buques tomaron por asalto el puerto de Veracruz. No había defensa posible ante los norteamericanos, los heroicos soldados mexicanos vendieron la derrota con sus vidas.
Uno de los contingentes mexicanos que dieron feroz batalla al invasor fue el Batallón de San Patricio, que, como en el caso de Xavier Mina en la guerra de Independencia, fueron extranjeros que lucharon del lado de México.
El Batallón de San Patricio nació en 1846. Lo integraban inmigrantes irlandeses y algunos alemanes que, habiendo pertenecido primero a la milicia estadounidense, se cambiaron al lado mexicano al ver que la guerra era desproporcionada y así mismo motivados por su filiación al catolicismo (Irlanda siempre ha sido una nación profundamente católica). Tomó ese nombre en honor del santo patrono de Irlanda. El fundador del batallón fue John Patrick O’Riley, quien anteriormente tuvo grado militar en el ejército norteamericano.
Una de las primeras acciones militares del Batallón de San Patricio fue la defensa de Monterrey (septiembre de 1846), que al cabo de tres días terminó con un acuerdo entre los dos ejércitos, aunque la ciudad quedó en poder de los estadunidenses hasta que terminó la guerra.
El batallón llegó a tener casi un millar de integrantes. Los mexicanos les llamaban “los sanpatricios” o “los colorados valientes”.
Casi un año más tarde, en la defensa de la ciudad de México, el batallón se unió a las fuerzas mexicanas en la Batalla de Churubusco, que fue la antesala de la toma del Castillo de Chapultepec. La defensa estaba atrincherada en el convento de Churubusco, y cuando se le terminó el parque y explotó un depósito de pólvora, fue fácil presa de los contrarios. Muchos integrantes del batallón fueron muertos en el combate y los demás, capturados y posteriormente ejecutados.
El Gobierno de México honra la memoria del Batallón de San Patricio el 12 de septiembre. El nombre del batallón está inscrito con letras de oro en una sala del Congreso de la Unión.
El fundador del batallón, John O’Riley, quien nació en 1817 en Clifden, Irlanda, no murió en el combate de Churubusco. Fue detenido por los norteamericanos, lo marcaron con una “D” de desertor y posteriormente se perdió su rastro. Se dice que uno de los motivos de haberse aliado con los mexicanos fue el amor de una muchacha llamada Consuelo. De acuerdo a documentos que se encontraron posteriormente, John O’Riley murió en Veracruz a la temprana edad de 33 años.
En 1999 se estrenó en México la película “Héroes sin Patria” (“One Man’s Hero”, título en inglés) que relata la historia de estos valientes. Sin embargo, el Batallón de San Patricio y su fundador O’Riley, no reciben en este Mes de la Patria la difusión que merecen sus acciones militares y la disposición de servir a una nación que no era la suya, frente a un enemigo notoriamente más poderoso.