Opinión Política
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Esperanza, Nuevos Gobiernos

Charlas en la Cafetería del Barrio

Por Alberto Mora

@alberto_mora

-Políticos, nuevos gobernantes en México, en Jalisco y en Guadalajara deben adoptar un liderazgo que combine los aspectos del liderazgo transformador para inspirar y promover cambios estructurales, con un enfoque racional-legal que garantice la legitimidad y el cumplimiento de las leyes.

“El liderazgo que se espera de los políticos que asumen cargos gubernamentales debe evolucionar para adaptarse a los desafíos de la globalización, la tecnología y las crecientes demandas sociales.

“Yo recuerdo cómo Max Weber argumenta que en las sociedades modernas el liderazgo se basa en un sistema burocrático con normas y leyes claras, donde la autoridad está legitimada por la legalidad de los procedimientos y la institucionalidad. Un líder racional-legal es el que se apega estrictamente a las normas y busca la eficiencia dentro de las reglas establecidas.

“Recuerdo también a James MacGregor Burns, quien introduce el concepto de “liderazgo transformacional”. Él se refiere a líderes capaces de inspirar cambios profundos en sus seguidores y en la estructura misma de las organizaciones o sistemas que liderean. Ese tipo de liderazgo que se enfoca en una visión compartida y en el empoderamiento de los seguidores con el objetivo de generar cambios significativos que beneficien a largo plazo”.

Así arranca la charla en la cafetería del barrio. Hoy El Profe se hizo acompañar de un par de colegas que comparten su gusto por la investigación, el intercambio de opiniones y su pasión por el café tostado por el Taller de Espresso.

Bernardo, profesor de Sociología en la universidad, solicita al barista otro espresso para continuar la charla agregando:

-Para que los próximos gobiernos logren un liderazgo “transformacional” dentro de un marco racional-legal, como lo describe MacGregor Burns, deben adoptar estrategias que integren una visión de futuro, con una gobernanza que respete y fortalezca las instituciones democráticas.

“El liderazgo transformacional se sustenta en la creación de una visión compartida que inspire a la población. Por eso yo creo que los nuevos gobiernos deben articular una visión de largo plazo que abarque objetivos claros en áreas como la reducción de la pobreza, la justicia social, el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental, ofreciendo una hoja de ruta concreta que motive la colaboración ciudadana al sector privado, a las universidades y a otros actores clave en la formulación de esta visión para aumentar la legitimidad y el compromiso con el cambio.

“La legitimidad de los cambios estructurales depende de la solidez de las instituciones y de la confianza de la ciudadanía en su funcionamiento. Pero, para esto, hay que mejorar la eficiencia institucional, modernizar los procesos gubernamentales con énfasis en la transparencia y la rendición de cuentas. Hoy tienen la ventaja de las herramientas digitales que permiten el monitoreo ciudadano de los proyectos públicos. Así se tiene una mayor participación ciudadana en la implementación y monitoreo de políticas públicas.

“Recordemos que la coparticipación fortalece el compromiso social con las reformas estructurales y amplía la base de apoyo a los gobiernos.

“Lo ideal sería que los funcionarios públicos estuvieran altamente capacitados para implementar las leyes y políticas de manera efectiva. Un liderazgo gubernamental depende, en gran manera, de una administración pública profesional, tecnificada y ética.

“Ojalá se animen a implementar programas de capacitación en liderazgo, ética, derecho administrativo y gestión pública, que aseguren que los servidores públicos puedan traducir la visión del gobierno en acciones concretas dentro del marco legal”.

Pepe interrumpe para preguntar si alguien desea otro café, y aprovecha para tomar la palabra afirmando categórico:

-No olvidemos cómo la corrupción debilita los liderazgos, así como la legitimidad de las instituciones. Estos nuevos gobernantes, para lograr cambios estructurales, deberán construir un gobierno limpio que inspire confianza. donde la mayoría de los ciudadanos puedan percibir que el sistema es justo y que sus líderes actúan con integridad.

“Deberán dar mayor autonomía y recursos a las instituciones encargadas de investigar y sancionar actos de corrupción, y fomentar una cultura de legalidad desde la educación básica hasta el sector público.

James MacGregor Burns.

“En esta época deben ser capaces de innovar y adaptarse rápidamente a los cambios globales y locales. Entender los avances tecnológicos, el cambio climático y las transformaciones económicas. Deberán ser proactivos, anticipándose a las crisis en lugar de solo reaccionar a ellas.

“Pueden y deben crear unidades de investigación y desarrollo dentro del gobierno para probar nuevas políticas en un entorno controlado, antes de su implementación a gran escala. Este enfoque puede ser clave en áreas como la seguridad pública, la salud y el desarrollo económico.

“Y sin duda una de las grandes exigencias desde la sociedad es que deben estar profundamente comprometidos con los derechos humanos. Las políticas estructurales deben tener como eje la equidad, la inclusión y la protección de los grupos más vulnerables, garantizando que los cambios se traduzcan en mejoras concretas en la vida de las personas.

“Deben revisar y actualizar constantemente las políticas públicas para asegurar que se alineen con los principios de derechos humanos y que promuevan la justicia social”.

El Profe solicita la cuenta, paga y, a manera de conclusión, confirma:

-Un liderazgo en el contexto contemporáneo debe equilibrar una visión inspiradora de cambio con el respeto por el estado de derecho. Este tipo de liderazgo no solo impulsa reformas, sino que también debe asegurarse de que estas reformas sean implementadas dentro de un marco institucional que garantice su legitimidad, sostenibilidad y aceptación social.

“A nivel nacional y local, uno de los principales retos es la reducción de la pobreza y de la creciente desigualdad. Los nuevos líderes deben encontrar formas de crear políticas que promuevan un crecimiento económico inclusivo.

“La seguridad es un tema central. El combate a la delincuencia organizada y a la violencia requiere de un liderazgo fuerte, que busque restaurar la confianza en las instituciones del estado, especialmente en el sistema de justicia y en las fuerzas del orden.

“Y, bueno, el combate a la corrupción ha sido y es un problema que debilita a la democracia y a las instituciones. Los gobernantes, los políticos, deben demostrar un liderazgo ético y transparente para fortalecer la confianza pública”.

 

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