Charlas en la Cafeteria del Barrio
Por Alberto Mora
@alberto_mora
-La construcción de un partido político de oposición no solo requiere habilidades organizativas y estratégicas; sino también un profundo entendimiento del contexto social, legal y político.
“Los casos de éxito, muestran que la clave está en la movilización de una base amplia, el diseño de una narrativa poderosa y la construcción de alianzas sólidas”.
Así inicia la Charla en la cafetería del barrio con la participación del Profe y tres compañeros de academia con quienes comparte la pasión por los excelentes cafés tostados por el Taller de Espresso y con los que desarrolla un rico intercambio de ideas sobre la necesidad y los desafíos para crear un partido político de oposición en el contexto de un régimen de partido dominante.
Roberto continúa con una crítica al régimen de partido casi único:
-Un régimen cuasi monopartidista va en contra de los principios democráticos, porque suprime la pluralidad de ideas y la participación activa del ciudadano que no comparte su ideario en la vida política.
“Por lo tanto, un partido de oposición debe basarse en principios éticos sólidos como la justicia, la libertad y la igualdad para ganar legitimidad moral ante la población. Necesita fomentar una ciudadanía crítica y comprometida, pues la creación de un partido nuevo no tendría éxito sin una base social activa que lo respalde. Yo pondría en la mesa una pregunta fundamental: ¿Qué es lo que realmente se busca con un partido de oposición? ¿Poder por el poder mismo o la transformación de la sociedad?”.
Jorge le da un sorbo a su espresso y explica:
-Los gobiernos que encauzan el monopartidismo suelen encaminarse a controlar todos los niveles del poder político, económico y social; dificultan la emergencia de alternativas. Por eso se requiere articular una estrategia que incluya movilización social, conectar con movimientos sociales existentes y capitalizar el descontento popular. Se necesitan redes de apoyo. Construir alianzas con actores relevantes, con académicos, sindicatos, organizaciones civiles y medios de comunicación. Una organización territorial eficaz, que alcance tanto zonas urbanas, como rurales.
“Deben valorar las ventajas y desventajas de optar por un modelo ideológico rígido versus uno pragmático y amplio, que pueda atraer una mayor base de apoyo. Se debe ofrecer una narrativa coherente que contraste, con el partido dominante”.
Alexis, por su parte, apaga su cigarrillo, encarga un nuevo café para exponer:
-No olvidemos las posibles restricciones legales. Las barreras que el régimen del partido gobernante puede establecer para que un partido opositor florezca; es esencial fortalecer el estado de derecho y combatir la corrupción, ya que estas son condiciones fundamentales para el desarrollo de una democracia funcional.
“Sin duda hay desafíos estructurales, pero todos coincidimos en que un partido de oposición debe enfrentarse no solo al poder hegemónico del partido gobernante, sino también a una ciudadanía que puede estar desmovilizada o desencantada.
“Debe construirse una legitimidad. El nuevo partido opositor debe presentar no solo críticas al régimen actual, sino propuestas concretas y viables que mejoren la calidad de vida de la población, con una visión ética. Más allá de las diferencias disciplinarias, el nacimiento de un partido político de oposición, en un régimen de partido hegemónico, es una empresa que exige la unión de voluntades, un enfoque multidimensional y un compromiso profundo con la transformación social.
“Debe existir un acuerdo en la definición de una ideología y plataforma política, un programa que responda a las necesidades de la población y que se distinga del partido en el poder. Con una narrativa coherente, que una a diversos sectores sociales”.
Roberto retoma el uso de la voz para agregar:
-Yo recuerdo de mis clases de historia al Partido Laborista en el Reino Unido, que nació como respuesta a la exclusión de la clase trabajadora del sistema político. Se construyó una amplia base a través de sindicatos y movimientos laborales y lograron establecerse como un partido fuerte y alternativo a los conservadores.
“Otro que se me viene a la memoria es el CNA, Congreso Nacional Africano, en Sudáfrica. Ese fue clave en la lucha contra el apartheid. Construyó alianzas con movimientos sociales y líderes internacionales y se transformó en el partido gobernante tras el fin del apartheid.
“Y, por supuesto, no podemos dejar de recordar a Solidaridad en Polonia que comenzó como un sindicato independiente en la década de 1980, conectó con una amplia red de descontentos, incluidos intelectuales, trabajadores y la Iglesia Católica, y fue fundamental en la transición de Polonia a la democracia”.
El Profe solicita la cuenta y, antes de cerrar la charla, comenta:
-En el tema existe abundante literatura de sociólogos y científicos políticos reconocidos. Por ejemplo, Giovanni Sartori, en «Partidos y Sistemas de Partidos», destaca que un partido político debe ofrecer una alternativa real en términos de ideología y políticas. No ser simplemente una «fracción del poder». Y subraya la importancia de la competencia política como eje para fortalecer la democracia.
“Manuel Castells, por su parte, en «La era de la información” argumenta que los movimientos sociales y las redes de comunicación son esenciales para la construcción de nuevos partidos en la era moderna. Afirma que la capacidad de un partido para articular demandas populares, a través de redes digitales, puede ser un diferenciador clave.
“Por último, les recuerdo lo que escribe Robert Dahl en “Poliarquía”. Él enfatiza que los sistemas democráticos necesitan partidos de oposición fuertes para garantizar la rendición de cuentas. Según Dahl, el éxito de un partido de oposición depende de su capacidad para promover el pluralismo político y ganar la confianza de sectores excluidos del poder.
“Sin duda la construcción de un partido político de oposición implica un proceso complejo que combina elementos estratégicos, organizativos, sociales y legales”.