El 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una fecha instituida por la ONU en 1993, con el propósito de “fomentar la libertad de prensa en el mundo al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática».
Por Alfredo Arnold
Se eligió esta fecha en honor de la Declaración de Windhoek sobre Libertad de Ejercicio del Periodismo. Windhoek es la capital de Namibia, donde tuvo lugar un seminario para la promoción de la prensa africana organizado por la Unesco. Tal evento se realizó del 29 de abril al 3 de mayo de 1991 y produjo una declaración oficial que contiene 19 apartados sobre Derechos Humanos, democracia y libertades políticas, seguridad de los periodistas, derechos de los lectores, financiamiento, etcétera, que se refieren al ejercicio del periodismo, enfocados al continente africano, pero de aplicación universal.
Sin embargo, 40 años antes de Windhoek, el 7 de junio de 1951, es decir hace 71 años, el presidente Miguel Alemán instituyó en México el Día de la Libertad de Prensa a iniciativa del coronel poblano José García Valseca, propietario de la entonces Cadena García Valseca (CGV), más conocida como “de los Soles”.
Resulta curioso que el licenciado Mario Vázquez Raña, quien compró la CGV para convertirla en Organización Editorial Mexicana (OEM) y llegó a tener una de las cadenas periodísticas más grandes el mundo, además de estaciones de radio, nació precisamente un 7 de junio.
Doralicia Carmona Dávila en su Memoria Política de México relata que el 7 de junio de 1951, “Miguel Alemán instituye el Día de la Libertad de Prensa a iniciativa del coronel José García Valseca, dueño de la cadena de diarios más grande del país, durante un banquete que le ofrecen los directores de periódicos y revistas de todas la República, en el que le entregan un pergamino firmado por todos ellos, en reconocimiento a que semanas antes, cuando la escasez de papel amenazaba la existencia de los diarios, dispuso que Ferrocarriles Mexicanos convirtiera los carros de pasajeros en furgones de carga para transportar papel, lo que salvaguardó el ejercicio de la libertad de prensa, según le dijeron los empresarios asistentes”.
En esa ocasión, Rodrigo de Llano, director de Excélsior, en nombre de los periodistas de la capital expresó que “México pone ejemplo de un periodismo sin más restricciones que las impuestas por la ley; de un país exento de presos políticos, de periodistas expatriados o perseguidos, libre de enconos y atropellos flagrantes. ¡Cuán distintas son estas características de gobierno, comparadas con el puño frío e implacable de las dictaduras!”
Años más tarde, en 1976, el presidente Echeverría añadirá a esta celebración la entrega, en este día, del Premio Nacional de Periodismo a los más destacados miembros de la prensa escrita y electrónica por sus trabajos desarrollados durante el año anterior en los diversos géneros periodísticos.
Pero tres décadas después de su instauración, en 1982, durante la celebración del Día de la Libertad de Prensa, Francisco Martínez de la Vega dijo ante el presidente López Portillo refiriéndose al retiro de la publicidad oficial a la revista Proceso: “Cuando la autoridad sataniza a un profesional o a una publicación, algo falla en esa relación, pues basta que se haga pública la hostilidad de una autoridad hacia algún órgano periodístico para que la existencia de ese órgano se haga casi imposible, ya que sobran quienes, en todos los sectores, prefieren halagar a la autoridad que mantener una relación normal con el periodista y su publicación satanizados. No puedo soslayar que esta situación es preocupación grave para el periodismo mexicano”.
El presidente no se quedó callado pues cuestionó públicamente: “¿Una empresa mercantil, organizada como negocio profesional, tiene el derecho a que el Estado le dé publicidad para que sistemáticamente se le oponga? Esta, señores, es una relación perversa, una relación morbosa, una relación sadomasoquista que se aproxima a muchas perversidades que no menciono aquí por respeto a la audiencia. Te pago para que me pegues. ¡Pues no faltaba más! Frente a las empresas mercantiles que viven de la publicidad y que de ella obtienen anuncios no altruistas, como los partidos políticos, ante cuya responsabilidad rindo respeto, sino que quieren hacer negocio con la publicidad del Estado, hablando sistemáticamente mal del Estado para frustrar los propósitos que el Estado tiene al hacer publicidad, ahí estamos en una relación perversa que debemos vigilar. ¿Debe el Estado, que tantas actividades subsidia, subsidiar también la oposición sistemática fuera de los partidos políticos, gratificando vanidades profesionales que persiguen el lucro?»
El Día de la Libertad de Prensa se celebró el 7 de junio hasta el año 2001, cuando un grupo de periodistas le pidió al presidente Fox terminar con esta conmemoración, y en 2002, la fecha de la celebración se cambió al 3 de mayo, la misma en que la ONU la conmemora en todo el mundo.
Aun con celebraciones, ya sea el 7 de junio o el 3 de mayo, las relaciones entre el poder y la prensa son complicadas, a veces cordiales, otras veces tensas y en algunas ocasiones derivan en franca ruptura. Así ha sido a lo largo de la historia.