REFLEXIONES
Por Gonzalo Leaño Reyes
Frente a los múltiples riesgos que surgen amenazantes en el horizonte de México y del mundo para este 2024, surge también para nuestro país un camino de esperanza bien fundamentada.
Por un lado, se habla de los peligros que trae este año electoral, como son el incremento de la polarización social, el desmedido aumento del costo de la vida y el recrudecimiento de la violencia política, pero también hay quienes esperan que este año se produzca otro hecho muy importante para la economía mexicana, esto es, la franca entrada del nearshoring, es decir, el auge industrial mediante el aprovechamiento de la cercanía de México con el principal mercado del mundo, que es el de Estados Unidos.
La palabra nearshoring se refiere a que el que está más cerca, tiene mejores oportunidades de competir en los intercambios económicos entre países, literalmente es el puntero. Y en relación a Estados Unidos, México es el puntero, inclusive por encima de Canadá que aun siendo frontera con los norteamericanos está en ligera desventaja frente a México, tanto por su localización al norte del continente como por el costo de su mano de obra.
La cercanía entre los centros de producción y los de consumo adquirió relevancia a raíz del distanciamiento comercial entre Estados Unidos y China, que era su principal proveedor. No sólo hay elementos políticos que impiden la normal relación entre estos países, sino que el costo del transporte marítimo de las mercancías orientales hacia Occidente se incrementó de manera sustancial a consecuencia de los conflictos bélicos en distintas regiones asiáticas. México no tiene este problema, por lo que se espera que un importante número de empresas norteamericanas que se encontraban en China se trasladen a nuestro país, además de que lleguen nuevas inversiones.
Para que esto se haga realidad, es indispensable que en México existan determinadas condiciones, entre las cuales están la seguridad, el respeto al estado de derecho y la estabilidad laboral. Otro tipo de requerimientos se cumplen a cabalidad; por ejemplo, el transporte tendrá un avance sustancial con el Tren Transístmico, que conectará convenientemente las costas del Pacífico y del Atlántico, lo que podría llegar a ser una ventaja adicional sobre el Canal de Panamá.
Hace treinta años, México firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, que posteriormente se transformó en T-MEC. Ambos tratados han propiciado un cambio sustancialmente positivo en la economía de nuestro país, aunque también se les han atribuido fallas importantes.
Hoy se presenta una nueva oportunidad que no debe ser desaprovechada, el nearshoring es otra oportunidad de oro para el crecimiento de la economía de México.