Opinión Política
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Lo que viene: La transicion del poder

Por Juan Carlos Hernández Ascencio

@Juancarleis2020

Se ha llevado una elección más, ha terminado y no hay ni por asomo indicio de ningún fraude, por ningún lado, ni al principio ni al final, eso hay que aceptarlo- En la presidencial hubo diferencias notables entre el primer lugar y segundo, sin lugar a duda; también las hay en la conformación del Legislativo y de la Cámara de Senadores y los resultados están a la vista de todos. La participación ciudadana fue en promedio del 60 %. Lo que sigue es el cambio y toma de posesión de los funcionarios públicos de todos niveles gubernamentales pues han sido elegidos a cabal legalidad por quienes acudieron a votar y se pronunciaron por seleccionar esas plataformas políticas en plena libertad de sus derechos políticos y electorales- Para eso tenemos democracia y sistema de partidos. Y qué bueno, imagine usted que no.

En este país una vez más las instituciones electorales han hecho lo que la Ley Electoral les mandata: elecciones creíbles, transparentes y con toda legalidad, siempre con la invaluable colaboración de los buenos mexicanos que se aprestaron a recibir y contaron los votos emitidos por sus conciudadanos.

En una democracia, dentro de un dialogo abierto, la transición de la circunstancia ahora política no debe proveer escenarios negativos, la ecuación para la toma de las futuras decisiones del nuevo Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial configurado legalmente debe darse con prudencia en el obrar y pensar, y sin llegar a la irrupción o menosprecio de la actual función de las políticas públicas.

La nueva administración pública que se avecina va más allá de un cambio de gobierno. Hay diferencias fundamentales en estilo, profesionalización y modos; solo vea las personalidades que un previo acercamiento de un equipo de especialistas que avizoran un nuevo plan nacional del país, lo ideal que se armonicen los cambios sin tensiones, ello es un necesario tema con el que se tiene que lidiar. Algo así como compaginar la anterior formula de gobernar con una nueva- bueno eso se espera- para evitar la ruptura y la sumisión en bien de la gobernabilidad y también la gobernanza que aún no se refleja en su totalidad en el país y que, por supuesto, se espera sea una de las promisorias acciones a ejecutar por quienes tomen las riendas del poder en México.

Hay temas recurrentes que necesitan toda la atención, conocidos por los gobernados. Ante ese panorama no queda más que entender que, será necesario escuchar y tomar nota por  los que se estrenan en este ámbito de la transición del poder, que son temas que deben ser muy cuidadosos en darles solución pronta: economía, seguridad, educación, salud pública, el campo, solo por citar algunos, en la inteligencia que son factores indispensables a revisar para que reactive en cada área y no se demerite más.

Se necesita manejar la política sobre principios muy claros y entonces buscar la mejor forma de tener iniciativas considerando las condiciones actuales del país, abriendo los canales de dialogo sin polarizar, sin denostar al otro, sin diferenciar, sin temores, quizá ello debe ser cosa del pasado. Se necesita superar esa etapa por el bien de los gobernados, quizá sin réplica de lo anterior, más bien generar condiciones iguales debido a que hay aspectos tan diferentes.

Entender que el poder se comparte, no se delega, en razón también que el poder está para servir y buscar el bien común.

La transición, entonces será posible si es para generar las mejores condiciones con la participación de todas las fuerzas políticas y llevar a la práctica la buena política con la mayor sensatez, la mejor voluntad para transitar civilizadamente hacia el nuevo periodo de gobierno que inicia en septiembre el Legislativo y 1 de octubre el Ejecutivo.

Que sea bueno y para bien, que México sea ejemplo de pacificación social que para eso se ha votado, se ha elegido, en la elección del 2 de junio y que fue producto de la voluntad ciudadana. Sin embargo, el poder es el poder. Veamos. ¡Hágale pues!

 

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