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Jalisco; El ambiente redefine el futuro del estado

Por Carlos Eduardo Martínez Villaseñor

Abogado

El sol cae con furia sobre Jalisco. En los últimos años, la Zona Metropolitana de Guadalajara pasó de registrar 28 días anuales por encima de los 32 °C en 1989 a 52 días este 2024, y podría llegar hasta 93 días para 2070, si no actuamos ya. Ese calor redefine la vida de campos agrietados, olas de calor que azotan a los habitantes, incendios fuera de temporada y acuíferos que se vacían. Detrás del sufrimiento, la estadística revela un futuro preocupante: entre 3 y 6 °C más, precipitaciones 10‑20 % menores, y hasta un 30 % de reducción en agua hacia 2080. Lo que antes eran sequías ocasionales, hoy son crisis sistémicas que arremeten contra dos pilares de Jalisco, la agricultura y el agua.

En Los Altos, epicentro ganadero, la falta de agua y el estrés térmico amenazan directamente al sector. La producción agroalimentaria, crucial para el consumo local y la exportación, podría verse reducida en más de 50 % si no se adoptan técnicas resilientes. En la Costa y el Sur, los productores de berries y aguacate enfrentan riegos intensivos que drenan los acuíferos y dejan a comunidades rurales sin acceso equitativo al agua.

Ante este desafío, Jalisco ya no se limita a reforestar un día; está impulsando una estrategia integral real. Destaca el Programa de Acción del Campo para el Cambio Climático, dotado con 100 millones de pesos, que promueve captación de lluvia, energías limpias, insumos orgánicos y sistemas silvopastoriles.

Igualmente, la Expo Agrícola Jalisco 2025, en alianza con CIMMYT y el Hub Intermedio, reunió más de 420 actores para incorporar prácticas de agricultura climáticamente inteligente. Pero el cambio no solo sucede en el campo. Ciudades y municipios actúan con fuerza. Guadalajara, por ejemplo, encabeza el cambio municipal con su Plan de Infraestructura Verde y Plan Director de Arbolado Urbano. Desde 2024 desarrolla 50 líneas de acción que incluyen censos de árboles, drenaje urbano sostenible, mapeo de “islas de calor” y nueva selección de especies resistentes al clima extremo; planea una red de jardines polinizadores y corredores verdes para mejorar la salud urbana y mitigar el calor.

El municipio impulsa su Plan de Acción Climática del Área Metropolitana (PACMetro), alineado al PACMUN y PACEstado, donde destaca una zona de bajas emisiones, expansión de ciclovías (de 237 km en 2021 a 436 km en 2024), y un sistema de gestión sostenible del agua para mejorar el río Santiago y aprovechar acuíferos. Otro ejemplo tangible: la Red de Calor de Guadalajara, que desde febrero de 2025 conecta a edificaciones como el Pedro Sanz Vázquez 10 a biomasa urbana, evitando 306 toneladas de CO₂ al año, reduciendo costos y apoyando la economía circular. Finalmente, Guadalajara participa activamente en C40 Cities, y recibe asistencia técnica de IMEPLAN y WRI para reforzar movilidad sostenible y eficiencia energética en edificios públicos.

Zapopan se alista para reducir su huella de carbono en 18 % al 2030 y establecer clústeres de economía baja en carbono. Tlaquepaque construyó el Bosque Urbano Tlaquepaque: 10.5 hectáreas con especies nativas, captación de agua, infraestructura verde y un Punto Verde metropolitano, resultado de cooperación vecinal e institucional. A nivel estatal también se avanza. Jalisco cuenta con el Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático (PEACC), que incluye presupuesto de carbono, rutas de descarbonización, gestión integral del agua y fomento de áreas verdes. SEMADET articula ese plan con las agendas municipales, y en mayo firmó una hoja de ruta con WRI para infraestructura verde, movilidad y sustentabilidad intergubernamental.

La PROEPA, por su parte, ha pasado a la acción. Desde finales de mayo clausuró cuatro establecimientos en Atotonilco el Alto, Zapotlanejo, Tepatitlán y Zapopan por contaminación y falta de permisos ambientales. Además, PROFEPA acreditó tres Comités de Vigilancia Ambiental Participativa (CVAP) en coordinación con Zapopan y PROEPA, fortaleciendo vigilancia sobre tala ilegal y protección del Bosque de la Primavera. Este bosque periurbano, con 30,500 ha y 240 millones de m³ de recarga anual, está siendo vigilado contra incendios y tala ilegal, 13 procesos administrativos en 20 meses, gracias a coordinación entre PROFEPA, PROEPA y el OPD Bosque La Primavera. Es una señal clara de vigilancia federal-local efectiva.

El trabajo municipal, estatal y federal está en curso, pero aún está en balance. Faltan tres piezas clave: financiamiento constante (incluso para evaluación de proyectos), autonomía reforzada de PROEPA, y políticas que garanticen acceso equitativo al agua, especialmente en cultivos de berries, aguacate y ganadería. Jalisco tiene recursos hídricos y capital ecológico, pero también enfrenta una brecha entre la política ideal y la realidad en el campo. Hoy más que nunca, el reto es claro: ejecutar, evaluar y escalar. Dejar atrás la retórica para construir territorios resilientes y autónomos frente al cambio climático. ¿Elegirá Jalisco ser protector de su territorio o seguirá celebrando pactos simbólicos?. El reloj climático no perdona, y la acción debe ser real, ahora.

 

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