TRIADA
Por Jorge Jaime Hernández
Trascendente y estratégico resulta en estos momentos el dialogo, la información y los acuerdos en beneficios mutuos en la triada gobierno, empresa y sindicato en lo referente a la autorización para cambiar el número de horas semanales que la Ley Federal del Trabajo marca para laborar en México, quitando el apartado que señala deben ser 48 horas para dejarlo en 40, por lo que habrá reuniones de trabajo para ofrecer alternativas a la elaboración de este cambio.
Hay opiniones encontradas que bien se podrían tomar en cuenta para no incurrir en acciones que en lugar de beneficiar al sector productivo lo detengan y subraye el actual problema de recesión técnica en que se encuentra el país con proyecciones de nulo crecimiento en el PIB.
Si bien es cierto que los trabajadores deben siempre mejorar sus condiciones laborales, también es cierto que las empresas deben tener alicientes para mantener las fuentes de trabajo funcionando y generando la riqueza necesaria para el progreso de nuestro municipio, estado y país.
En días pasados, dirigentes empresariales y representantes de sindicatos se reunieron a nivel nacional para dar vida al Consejo Nacional Social, Económico y Ambiental, un mecanismo de diálogo tripartita que busca impulsar el crecimiento económico mejorar los niveles de bienestar de la población mexicana, con el principal objetivo de revisar la reducción de la jornada laboral a 40 horas por semana, con el fin de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y fortalecer la economía nacional.
Ahora la Secretaria del Trabajo y Previsión Social está convocando a una serie de reuniones con diferentes organismos de instituciones, empresas y sindicatos, así como interesados en participar del 12 de junio al 7 de julio con este motivo.
El secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños, por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, iniciará la reducción de la jornada laboral en el país de forma «paulatina y gradual», según señaló el 1 de mayo pasado diciendo que: “Reduciremos de manera gradual hasta llegar, a más tardar en enero de 2030, a un total de 40 horas”.
Obviamente Jalisco no es la excepción en foros y dialogo, incluso en varias ocasiones se ha presumido la paz laboral y los buenos resultados en la promoción del empleo, por lo que aquí varias instituciones ya dieron color y se están sumando a esta trascendente convocatoria, incluso ya sacaron un desplegado de apoyo a tal medida, se suma la Cámara de Comercio de Guadalajara, el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, la Coparmex, el COMCE, por parte de los patrones, mientras que por los sindicatos sobre salen la CTM Jalisco, la CROC, Sumate y se agrega la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, CMIC.
Sabemos que reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales puede traer múltiples beneficios, tanto para los trabajadores como para las empresas y la sociedad en general; por ejemplo, para los trabajadores se les ofrece una mejor calidad de vida, con más tiempo libre para descansar, convivir con la familia y dedicarse a actividades personales.
Se cree que también ayudará a reducir el estrés, ya que con menos horas laborales se puede disminuir la carga mental y física, mejorando la salud mental y el bienestar familiar.
Esto también se ha probado en otros países con cargas menores de trabajo al aumentar más la productividad, ya que los trabajadores más descansados suelen ser más eficientes en sus tareas. Asimismo, se busca que haya mayor satisfacción laboral porque un mejor equilibrio entre la vida personal y el trabajo genera mayor compromiso con la empresa.
También hay beneficios esperados para las empresas porque con esta acción se promueve la disminución del ausentismo, con empleados menos estresados y más motivados, la tendencia es a faltar menos.
Mayor retención de talento: Un ambiente laboral más saludable atrae y conserva a los mejores profesionales, además otorga una mejora en la imagen corporativa, con empresas que priorizan el bienestar laboral, siempre ganan reconocimiento y prestigio ante la sociedad.
Algo muy importante que se quiere alcanzar también es la posible reducción de costos, ya que con menos rotación de personal y menor gasto en salud laboral pueden generar ahorros. Y todos en general, la sociedad espera a nivel macroeconómico el impulso a la economía, con más tiempo libre, esto se puede traducir en mayor consumo en sectores como turismo, entretenimiento, reuniones familiares y cultura.
Menos tráfico y contaminación: Ajustes en horarios laborales pueden mejorar la movilidad urbana y reducir emisiones. Mayor bienestar general: Una sociedad con mejor equilibrio entre trabajo y vida personal tiende a ser más feliz y saludable.
En promedio, se podrían producir aumentos de costos operativos al requerirse la contratación de más personal para cubrir la carga de trabajo, lo que sin duda tendría que salir de la bolsa de las empresas y aplicarse al costo final del producto o servicio.
La menor disponibilidad laboral: Algunas industrias con alta demanda podrían enfrentar dificultades para cumplir con objetivos en menos horas, ya que el personal calificado en muchas ocasiones no abunda o incluso no existe, habría que redoblar esfuerzos en la promoción y capacitación de trabajadores expertos.
Posible reducción de producción: Sectores que dependen del tiempo trabajado podrían ver afectada su capacidad productiva.
Aunque también para los trabajadores no todo es miel sobre hojuelas, se podrían dar casos donde se produjeran menos ingresos para los empleados, según su jornada. Si la reducción de horas viene acompañada de un ajuste salarial, algunos empleados podrían ganar menos.
Mayor presión para ser eficiente: La expectativa de mantener la productividad en menos tiempo podría generar estrés, existe mucha falta de adiestramiento y capacitación.
Los cambios en horarios afectan también, y adaptarse a una nueva dinámica podría ser complicado en algunos sectores. El ser humano, en general, no tolera bien los cambios, sobre todo en sus rutinas ya hechas de muchos años.
Para la sociedad: Y finalmente los servicios esenciales en áreas como salud, seguridad y transporte podrían requerir ajustes para mantener la calidad del servicio con nuevos horarios, es decir, que se tendría que adaptar en sectores como educación y comercio.
Claro que las amenazas se pueden convertir en oportunidades. ¿O no? Esa es la cuestión. Medítalo.