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El arte urbano y el derecho a participar de la vida cultural

Por Carlos A. Lara González

Dr. en Derecho de la Cultura y Analista de la Comunicación y la Cultura

@Reprocultura

Heredero de la cultura muralística del país, el arte urbano en todas sus modalidades es parte de las manifestaciones artísticas y culturales que contribuyen (cuando se hace de forma ordenada) a la recuperación del espacio público, tanto en su sentido simbólico como territorial. En particular en aquellos espacios arrebatados por el descuido gubernamental, el desinterés ciudadano y la pereza vecinal.

Promoverlo, como parte de programas institucionales, a iniciativa de un artista, o bien, de colectivos de creadores, fomenta (insisto, cuando se hace de forma ordenada y consensuada), el mejoramiento de la imagen urbana de las ciudades, ya que acondiciona el espacio para el aprovechamiento del tiempo libre y el acceso a la cultura.

Todo lo anterior tiene un marco jurídico y un procedimiento administrativo, no puede ser producto solo de la feliz ocurrencia, si lo que queremos es que la comunidad se apropie estas manifestaciones. Si lo hace, es porque en cierta forma recrea su identidad, la del barrio, de la ciudad, del país o del arte y la cultura universales.

A menudo nos llaman al despacho una gran cantidad de artistas, promotores y gestores de artistas urbanos para preguntarnos qué pueden hacer cuando les borran una obra. En este momento llevamos tres casos ante diferentes instancias. El problema con el que nos encontramos es que en dos de los tres casos no hubo anuencia vecinal o un contrato entre las partes, lo cual dificulta la defensa. La semana pasada nos buscó una artista urbana de la ciudad de Querétaro a la que borraron una obra que había pintado en el centro de la ciudad. El original ya no existe, pero la cadena de restaurantes Vips, reprodujo unas copias que exhibe en la entrada de sus sucursales (sin la firma ni consentimiento de la artista). Ésta jamás firmó documento alguno con las autoridades que le ofrecieron en su momento colocar su obra, por lo que no hay nada que reclamar, sólo el pago a la cadena de restaurantes por la reproducción de su obra que ahora pervive en unas lonas. Casos como estos abundan en el país y fuera del país. Un conjunto de artistas de Las Tres Californias (La Paz, Tijuana, San Diego, Los Ángeles y San Francisco), se han unido para, entre otras cosas, compartir experiencias en este campo del arte urbano.

Es así que nació la idea de impartir el curso El arte urbano y el derecho a participar en la vida cultural, de la mano del Museo de la Filosofía Esencial, Central de Muros y Prepárate 2100. Analizaremos el fundamento jurídico de las creaciones artísticas urbanas como parte de los derechos culturales, es decir, la defensoría de este tipo de manifestaciones culturales en el espacio público. Desde el Convenio de Berna hasta el derecho a la ciudad, pasando por el principio de la libertad creativa, así como la mediación y mecanismos alternativos de solución de controversias en el derecho a la cultura y el ejercicio de los derechos culturales. El curso está dirigido no solo a artistas, sino también a promotores y gestores de artistas, colectivos, investigadores y servidores públicos del área de cultura. Se impartirá el 1, 2 y 3 de junio en modalidad virtual de las 18:00 a las 21:00 horas. Esperemos sea de interés pero, sobre todo, que el arte urbano vaya teniendo un lugar digno en el derecho a la ciudad y el ejercicio de los derechos culturales, y los ciudadanos en el derecho a participar en la vida cultural.

 

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