Por Juan Carlos Hernández Ascencio
@juancarleis2020
Todo lo que existe es evaluado y bajo esa premisa se considera que todo lo real es medible, auditado, revisado, con el afán de obtener métricas, estadísticas y resultados sobre el objeto que se desee revisar y, sobre todo, mantener el control, hacer los cambios pertinentes para mejora del procedimiento, sea cual sea, y así seguir avanzando. En tal sentido, ha iniciado ya en México una nueva administración pública al amparo de las leyes que lo permiten, pero que también lo exige en cuanto sea al cumplimiento riguroso de la norma por quienes asumen tal responsabilidad.
Así, entonces la planeación es noble, pues ayuda a resolver y medir problemas que se presentan ante los diversos grupos de trabajo, de personas y, por supuesto, de instituciones todas públicas. Todo es medible sí o sí y, por ende, calificado. Ante tal panorama, nos encontramos en el cierre de año 2024 previo a escasos 4 meses para terminar el ciclo en varios temas: seguridad, economía, empleo, educación, salud pública y póngale usted los mas que desee. Hay, entonces, una nueva administración.
Con la premisa de que el uso del poder es para engrandecer a quienes se sirve y no a quien lo posee, entendemos entonces que los años de gobierno en cualquier país del mundo se aprecian en aquellas acciones en beneficio de los gobernados que, se supone, eligen por las vías democráticas reales a quienes desean les gobierne y administre de los servicios que ampara la norma y reglamentación para tal efecto. Verlos organizar el desarrollo de trabajo en bien de los gobernados será loable y revisable, sobre todo ante el panorama que hoy tenemos.
La resiliencia se debe conservar, a pesar de las amenazas que desestabilizan un día sí y otro también, a la sociedad conformada y organizada dentro de un estado de derecho, que en el mundo generalmente existe para defender los intereses de la ciudadanía y que ésta aspira a que así sea. Exigir del nuevo gobierno entereza y certidumbre es, por lo menos, un poco pedir.
Así, pues, nos preguntamos: ¿Cómo darle más fuerza a la participación ciudadana para que esté al tanto de su gobierno en turno? Max Weber dice en el concepto de burocracia que “proporcionó un marco sistemático para organizar y gestionar las instituciones gubernamentales. Al enfatizar la importancia de reglas claras y un sistema basado en el mérito, pretendía mejorar la eficiencia, la rendición de cuentas y la transparencia en la administración pública”. Así es como podremos comprender el quehacer y la obligación de los gobiernos sobre su responsabilidad hacia el cumplimiento a cabalidad con lo que las leyes al tema les dicta hacer.
Por otra parte, todo gobierno centra su función en atender las demandas de las necesidades de la ciudadanía, por ello hay un plan de trabajo y suponemos que es acorde a los requerimientos que hay en cada nivel y en cada dependencia de la administración pública para buscar el bien común; sin embargo, no todo lo que se estima necesario hacer se ejecuta debido a las llamadas externalidades que no dependen de la voluntad de ese gobierno, sino de afuera, de otras circunstancias, de la acción global que impiden ejercer en sus totalidad lo planeado.
Luego, entonces, viene la contextualización de presumir los objetivos trazados y de justificar lo que sí y lo que no se realizó. No por ello es pretexto para no hacerlo, usted ya ha de saber qué funciona y que no. Solo infórmese del acontecer que en políticas públicas se hace y que se deja de hacer, en detrimento de su propio desarrollo familiar, laboral y profesional, pues cada acción no debidamente realizada ha de impactar a la sociedad en su conjunto.
Estemos atentos ya viene el cierre de año, vendrá con ello una calificación inicial, con usted, sin usted y a pesar de usted, de cualquier forma deseamos sea para bien de todos.