Incluir la educación artística en las escuelas lo han prometido todos los políticos que han desfilado por el gobierno y por la Cámara de Diputados desde hace seis legislaturas, pero no ha sido posible por el impacto presupuestal que esto representa.
Por Carlos A. Lara González
Desde hace seis legislaturas se viene proponiendo la impartición de educación artística en las escuelas y, hasta donde he podido constatar, no ha sido posible por el impacto presupuestal que esto representa. Dicho de otra manera, en campaña es una irresponsable promesa electoral y en el ejercicio de gobierno un tema que todos buscan evadir.
Hoy estamos al revés. La nueva secretaria de cultura federal, Claudia Curiel, en medio de un recorte presupuestal considerable, pero al mismo tiempo con una vehemencia que casi convence al recitar la redundante frase: “la educación artística es un derecho de todos”, ha anunciado el regreso de la educación artística a las escuelas públicas bajo el lema “educación artística para todos”. Con la Secretaría de Educación Pública, dice, “en los horarios extendidos, en la educación media superior y básica, se va a poder hacer un trabajo de iniciación artística, para recuperar teatro escolar, danza escolar…”.
Propongo, secretaria, proyectar esto como un derecho progresivo, como de hecho lo es en términos del artículo 1° constitucional. Entre otras cosas porque, mire usted, sin entrar al ámbito de la educación superior, centrándonos solo en la educación básica, no puedo evitar hacerle las siguientes preguntas:
¿Será que tiene ya un diagnóstico y la forma de implementar un programa de esta naturaleza para los 24 millones 93 mil 801 alumnos de Educación Básica? (no consideraré los cinco millones 540 mil 108 de Educación Superior) ¿Será que los recursos que ha anunciado provenientes del desmantelamiento del Estado (la desaparición de organismos autónomos), alcanzarían, además del INAH y el INBA, también para este programa? ¿Será que pondrán a la Guardia Nacional impartir estas materias en las escuelas, en particular la danza y el teatro popular que usted ha dicho? ¿Será que han hablado ya con el magisterio, con los representantes de ese millón 223 mil 387 de profesores de educación básica para decirles que aumentará su carga horaria de trabajo? (aquí tampoco consideraré a los 433 mil 494 de educación superior) ¿Será que conocen las condiciones de infraestructura escolar de las 229 mil 379 escuelas de educación básica (dejemos fuera los 21 mil 931 planteles de superior)?
¡Wow! Si lo logra, señora secretaria, hará ver a Vasconcelos como un triste aprendiz de la promoción del arte y la cultura. Su programa sería digno de alfombra roja y caravana; vamos, me pongo de pie y aplaudo el esfuerzo. Permítame dudar y especular un poco, incluso imaginar que podría hacer este proyecto bajo las tristes, pobres y opacas líneas de eso que llaman bienestar, que es ya sinónimo de algo mal hecho, o mal ejecutado.
Es decir, imagino que podrían terminar pidiendo a los creadores, gestores culturales y siervos de la nación que se sumen a la causa de forma gratuita o, bien, a 12, 18 y 36 meses sin intereses. Y para dar un toque de profesionalismo, pedirían tomar un curso entre ellos mismos o en alguna universidad de cochera sobre educación artística y de ahí en adelante todo sería cuestión de subir fotos a redes sociales y decir que el programa es tan exitoso como el de los semilleros.
Incluir la educación artística en las escuelas lo han prometido todos los políticos que han desfilado por el gobierno y por la Cámara de Diputados desde hace seis legislaturas. Esta propuesta ha sido desde 2006 una constante legislativa. ¿Por qué legislativa? La respuesta es simple, porque si se quiere hacer bien, deriva en un impacto presupuestal.
Pero llegado el momento, eso no sería problema en la implementación de dicha iniciativa porque todos los partidos políticos actuales y extintos, en solitario y en coaliciones, han ofertado el tema en sus respectivas plataformas políticas y legislativas registradas ante la autoridad electoral:
El Partido Acción Nacional, en un documento titulado “Los avances del Cambio”, propuso en 2006: “Introducir la educación artística y musical desde preescolar y durante toda la primaria, así como un programa de filosofía para niños que les brinde herramientas del pensamiento, de análisis y síntesis desde la más temprana edad”. En 2015 propuso: “Fortalecer las atribuciones, recursos y competencias de las instituciones responsables de impulsar una mayor presencia de las artes en las escuelas públicas en zonas rurales y urbanas marginadas, especialmente en la educación básica, que permita fortalecer el ejercicio de los derechos culturales, el desarrollo cultural y la expresión artística de las comunidades marginadas”.
La coalición integrada por el extinto Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo y Convergencia, fueron más allá en su promesa de 2009: “Impartir la creatividad artística e intelectual, así como el disfrute de los bienes de la cultura a lo largo del sistema Educativo Nacional”. “Recuperar las materias de educación artística y apreciación estética desde preescolar hasta la educación media superior, así como promover las actividades extracurriculares, en materia cultural (…) Impartir la creatividad artística e intelectual, así como el disfrute de los bienes de la cultura a lo largo del sistema Educativo Nacional”. En 2012 propusieron: “Estimular la creación artística desde la educación básica (…) apoyaremos a músicos, pintores, artesanos, escultores, cineastas y a quienes se dediquen a la promoción artística y cultural”.
Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional planteó en 2009, de la mano del Partido Verde y Nueva Alianza: “Recuperar las materias de educación artística y apreciación estética desde preescolar hasta la educación media superior, así como promover las actividades extracurriculares en materia cultural, en su caso, en las instituciones de Educación Superior”. En solitario el PRI propuso en 2015: “Fomentar la apreciación del arte y la cultura nacionales en los niños y jóvenes mexicanos e incorporar en los contenidos programáticos de educación básica los elementos fundamentales para desarrollar la apreciación artística en los niños y jóvenes mexicanos”.
También en solitario, el extinto Partido Nueva Alianza, por cierto, fundado en las oficinas del sindicato de maestros, ofreció en su documento denominado “Una visión estratégica para la plataforma electoral y programa de gobierno”: “Fortalecer los programas de Escuelas de Tiempo Completo donde los estudiantes puedan reforzar conocimientos y desarrollar habilidades artísticas y culturales”.
Morena, por su parte, y ya como partido en el poder, desde el Poder Legislativo se ha decantado por “incluir la historia del arte en la educación básica mediante una reforma a la Ley General de Educación, para fomentar el desarrollo de la imaginación y el pensamiento crítico”.
En síntesis, secretaria, tendría usted el apoyo de lo que queda de la oposición, pues si hay un tema en el que todos coinciden desde 2006 es este de la educación artística en las escuelas públicas, solo habría que proyectarlo de forma progresiva por las razones presupuestales antes señaladas, y porque entiendo que lo que por el momento ha hecho usted, es anunciar una suerte de programa, quizá no de la mejor forma, ya que de manera atropellada solo ha dicho el qué, no el cómo (https://videos.jornada.com.mx/video/67034493/la-educacion-artistica-es-un-derecho-de-todos-clau/).
No omito decir en todo esto que su trayectoria y amplio conocimiento en la materia no son suficientes en el cargo que desempeña, ya que forma parte de un movimiento que utiliza el engaño como método de sobrevivencia. En particular, en este sector, un sector alérgico al cálculo numérico y al dato duro. Ahora, no por ello dejaré de desearle todo el éxito posible en este y el resto de los programas y acciones que vaya a emprender. Los ciudadanos merecen que esos tautológicos estribillos gubernamentales de “la cultura es un derecho” y ahora también “la educación artística es un derecho de todos”, sean ya una realidad.