Por Juan Carlos Hernández Ascencio
Mtro. en Gestión Social y Políticas Públicas
@juancarleis2020
Han terminado las precampañas estatales y el próximo 18 de enero las federales; pronto llegará el siguiente periodo electoral que inicia el 1 de marzo y que por 90 días contados serán momentos de escuchar por donde usted lo imagine propuestas, promociones, mercadotecnia política y propaganda pura, con nombres, slogans, clichés, estereotipos y demás “cositas creativas” que emergerán para el mejor elector y postor ávido de buenas y positivas campañas que dejen, sí, un buen sabor de boca y de reales y alcanzables propósitos, que deriven en una administración pública de excelente nivel. Estamos a 138 días de celebrar la elección más grande de la historia de México.
Las elecciones por venir para el 2 de junio de 2024 serán, sin duda, las más observadas, organizadas y relevantes como ninguna otra por la dimensión de cargos a elegir. Estaremos ante la expectativa de una inmisericorde ola de dimes y diretes, solo que esperemos sean asertivos sus contenidos que logren atraer la atención -para bien- de la ciudadanía, que tiene interés de ver la novedad y no más de lo mismo en las señoras y señores candidatos que serán postulados por sus respectivos partidos políticos para enfrentar, ahora sí, la madre de todas las campañas electorales, pues habrá más de 20 mil cargos en disputa a lo largo y ancho del país.
Una elección por demás esperada en que se verán y escucharán discursos alusivos a demostrar que todo se sabe y todo se puede, ello es propio de esta temporada en que todo tiene solución al menos en el discurso propagandístico. Campañas electorales con deseos de convencer y persuadir las habrá, por ello veremos a los mejores instructores y conocedores del arte y mercadotecnia política promoviendo a sus candidatos convertidos en marcar la pauta, con el objetivo de lograr convencer sobre todo al segmento de electores indecisos o al llamado voto flotante. Eso esperamos. Ojalá sea con contenidos éticos y no de denostación.
Sin embargo, tenemos una ciudadanía con una disposición cada vez más ávida de conocer las más encomiables -y no discusiones ni discursos largos y tediosos- propuestas de candidatos frescos, asertivos, inteligentes, propositivos, reales y tangibles al sentir ciudadano en todo aspecto. Usar el sentido común será lo más práctico y socorrido.
Por lo que es menester mostrar algunas cualidades, sí o sí, en el próximo periodo electoral en las conductas de las y los candidatos y deberán asegurarse de mostrar sensatez al hablar y más al debatir, consideración al proponer, inteligencia al pensar, pues deben asentarse el fundamento en la realidad y no en la imaginación; prudencia en el obrar y discernir entre lo deseable y lo posible, es la idea que toda la ciudadanía espera.
Convencer a un listado nominal previsto para la elección de 97 millones de electores no será cosa fácil, pues lanzar mensajes sin sentido no ayudará, eso ahuyentaría al bien intencionado elector que busca una contienda fresca y por demás interesante. El punto es si en verdad habrá esa intención de parte de los contendientes aspirantes a lograr el voto a su favor: las y los candidatos.
Escuchar en más de 3 mil 800 emisoras de radio y televisión del país un aproximado de 33 millones de spots será un récord inigualable en comunicación política y en ello va el sentir y decir de la ideología de cada plataforma política que ofrecen los partidos políticos a través de sus candidaturas que pronto sabremos sus nombres. Por lo que viene, entonces, usted vaya alistando su credencial del INE para que pueda ejercer sus derechos políticos-electorales, y tenga a bien documentarse para razonar su intención de voto y ármese de paciencia para sí discernir lo que venga de propaganda política que seguro será plural e interesante. Le deseo el mejor de los años. ¡Hágale pues!
