REFLEXIONES
Por Gonzalo Leaño Reyes
Está por finalizar el año 2023 y es oportuno hacer una reflexión sobre lo que nos deja, tanto en el ámbito local como extra fronteras, aunque la verdad es que no hay muchas cosas dignas de recordar.
El mundo está entrampado en dos guerras, en regiones no muy distantes geográficamente una de otra: la invasión de Rusia a Ucrania cumple casi dos años y ha repercutido en el resto del mundo al romper la cadena de suministros de diversos productos; decenas de miles de personas han muerto y más de siete millones han emigrado del país invadido; y el reciente conflicto entre Israel y Hamás, que en apenas unos meses ha causado la muerte de miles de civiles. No hay indicios de que estos graves conflictos terminen pronto y da la impresión de que la comunidad internacional tampoco hace lo suficiente para lograr un alto al fuego definitivo.
En el ámbito nacional, el 2023 está llegando a su fin envuelto en hechos de violencia y temas político-electorales. Fue un año perdido, en el que se ahondó más la división de la población; división ya existente desde antes y que presagia un 2024 muy complicado y poco propicio para mejorar el empleo, la inversión, la salud, la educación, el bienestar y otros asuntos que deberían ser prioritarios.
El ambiente local también se contagió del virus político, aunque los principales protagonistas se comportaron con más sensatez, evitando rupturas como las que se produjeron a nivel nacional o en el estado de Nuevo León. Aquí, el gobernador Enrique Alfaro resolvió rápidamente su futuro al bajarse de una eventual candidatura presidencial por Movimiento Ciudadano, además de que se resolvió sin sobresaltos el camino hacia la gubernatura del estado con la designación de Pablo Lemus por MC, mientras Morena postuló a Claudia Delgadillo y la coalición Fuerza y Corazón por Jalisco a Laura Haro.
Se espera que el próximo año, a pesar de ser electoral, en Jalisco, por lo menos dos importantes obras queden totalmente terminadas: la Línea 4 del Tren Ligero que unirá a Tlaquepaque con Tlajomulco, y la presa El Zapotillo, que resolverá los problemas de agua en Guadalajara durante la temporada de estío.
Los retos del futuro inmediato son enormes. En un mundo cada vez más interdependiente, es necesario abordar los principales problemas sin prejuicios ideológicos. El cambio climático ya nos alcanzó y la eliminación de la pobreza extrema parece inalcanzable, la tarea pendiente es muy grande y confusa, pero poco se podrá avanzar si prevalecen las condiciones actuales en México y en el mundo.
Las responsabilidades son muy amplias y distintas. Cada quien debe asumir la suya.
