Opinión Política
OPINIÓN

Política excesiva

REFLEXIONES

Por Gonzalo Leaño Reyes

Al acercarse el nuevo año 2023, la pasión política comienza a desbordarse en todo el país. Anteriormente, por lo menos la mitad del año previo a la elección presidencial era relativamente tranquila y propicia para que el gobierno en turno terminara las obras y proyectos que tenía en marcha y para que el sector privado continuara desarrollando su actividad productiva dentro de un clima de normalidad. Hoy, por el contrario, se vive un extraordinario movimiento en todos los ámbitos.

Esto lo vemos reflejado en numerosas acciones como las marchas de la oposición y del Gobierno; la manifiesta división interna en el partido oficial; las resoluciones que se toman en la Suprema Corte; el activismo de los precandidatos presidenciales y de quienes aspiran a serlo; los enfrentamientos legislativos; el manejo político del INE, la Sedena y el T-MEC; la lucha de grupos institucionales en los estados; la abundancia informativa en los medios tradicionales y en las redes sociales, etcétera. La gente opina de todo, aunque desconozca el fondo de tantos asuntos.

Hay un gran número de temas para discutir y el debate es sumamente interesante, pero esto también se presta a distracción y alejamiento de los temas esenciales. Una gran parte de la sociedad está atenta a los asuntos políticos, olvidándose de otras cuestiones esenciales, como la salud, la educación, el trabajo y la economía familiar, entre muchas otras.

Si bien la selección de candidatos presidenciales tiene gran importancia, no lo es todo. La búsqueda de aquello que genera polémica está resultando más rentable que la información seria y dura. Un ejemplo de ello es la marcha convocada por el presidente López Obrador, que ha sido aludida con mayor profusión -a favor y en contra-, que el propio informe ofrecido por el primer mandatario en el Zócalo capitalino.

A propósito de dicho informe, el décimo sexto en cuatro años según indican quienes llevan la cuenta, algunos temas fueron expuestos claramente, pero otros de semejante importancia fueron ignorados. Hubo abundancia de cifras, a semejanza de los antiguos informes de gobierno, pero hizo falta una definición que contextualizara lo que realmente es en conjunto la Cuarta Transformación, y cuáles serán las políticas y acciones gubernamentales para los próximos veinte meses.

En fin, es importante definir una ruta de las acciones que se habrán de implementar en el corto plazo tanto en el sector gubernamental como en el privado, y alejarnos un poco del pleito político que sólo confunde y contamina.

 

 

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