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Planeación Urbana ¿Problema o Solución de Salud Pública?

Por Carlos E. Martínez Gutiérrez

Consultor en Desarrollo Urbano y Vivienda

@carlosemgtz

El crecimiento desmedido y la falta de una planeación integral de las ciudades han afectado directamente a la calidad de vida de los ciudadanos en cuanto a los desplazamientos y servicios entre otros aspectos, pero lo más grave es que ha sido causa de diversas afectaciones a la salud de sus habitantes, factores que difícilmente los que mal planean, y menos los funcionarios que autorizan, toman en cuenta.

La contaminación generada por el exceso de automotores, más los excesivos tiempos en los desplazamientos que conlleva estrés y ansiedad con la respectiva pérdida de tiempo, más las jornadas de trabajo, ha provocado en la población un excesivo sedentarismo.

De ahí la importancia de las políticas públicas para que la población pueda realizar actividades físicas que disminuyan cuando menos las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes, e incluso capaz de paliar los síntomas de colitis y gastritis, según lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

Pero nos encontramos con la problemática al tratar de implementar este tipo de políticas de forma masiva en las ciudades, que hay una falta de suelo para construir los espacios adecuados que permitan practicar diversas actividades físicas y/o algún deporte.

En los últimos treinta años, la mayoría de las administraciones municipales, de acuerdo al deficiente modelo de planeación, no previeron y menos adquirieron las reservas territoriales para los equipamientos e instalaciones necesarios para el servicio de la población, se permitió el regateo de los espacios de donación por parte de los desarrolladores inmobiliarios, aunada a una visión trasnochada y maliciosa de venta de áreas públicas por parte de las administraciones de las ciudades, avalados y en algunos de los casos impulsados por sus respectivos ayuntamientos.

Hoy resulta urgente generar una política pública en adquisición de suelo y utilización de los espacios públicos ociosos que permita crear espacios para la actividad física y deportiva, actividades que permitan, según lo establecido por especialistas, reducir los riesgos de problemas de salud, tanto físicos como mentales, ayuden a reducir el estrés, los trastornos del sueño, depresión, ansiedad y otras alteraciones como los estados de tensión y ansiedad.

A veces se piensa que las instalaciones deportivas son solo los grandes estadios o las maltrechas unidades deportivas, en muchos de los casos, con problemas de mantenimiento y vigilancia. El realizar una política pública integral en materia de ejercicio y deportes se debe de tener muy claro los diversos actores, organizaciones, administraciones y niveles de gobierno coordinados y no solo como acciones individuales de rehabilitación de un espacio con escasas o improvisadas canchas de algún deporte en específico.

Las administraciones públicas tienen una gran responsabilidad en materia de la prevención de la salud pública, y deberán de diseñar los mecanismos e implementación de las políticas públicas respectivas desde la óptica de un rediseño de las ciudades y sus espacios para la creación de las instalaciones necesarias para dotar a la población de los espacios adecuados donde puedan practicar las actividades físicas y deportes de su preferencia.

Mientras se siga con el modelo tradicional de planeación basada en la zonificación, control de usos del suelo, supuestas reservas territoriales, sin la inversión en equipamientos, no nos extrañe los crecientes problemas de salud. Es por eso por lo que la buena o mala planeación de las ciudades al final se convierten en un problema o solución de salud pública.

 

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