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Los noventa días

NOTA DEL EDITOR 

Por Alfonso Gómez Godínez

alfonsogogo6@gmail.com

Días intensos se han vivido en la agenda pública nacional. Irrupción de acontecimientos de gran envergadura que pueden marcar rumbo y destino. El asunto de los aranceles, el tema “Adán Augusto” y “los políticos viajeros” se han llevado las primeras planas.   

Los noventa días negociados con el gobierno de Trump y que empezaron a correr permiten a la presidenta Claudia Sheinbaum transitar en el campo económico y de las relaciones internacionales con “relativa calma” de cara a su Primer Informe de Gobierno prácticamente en menos de un mes. Sin embargo, el armisticio alcanzado está muy lejos de lograr acuerdos comerciales duraderos, con certeza y beneficio para México y Estados Unidos.

Los meses del tramo final del año serán definitorios para la viabilidad del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. El tratado comercial ha sido el gran andamiaje y paraguas institucional para la promoción del crecimiento económico del país. Los choques económicos externos y los conflictos comerciales que se viven en todo el mundo han sido amortiguados en nuestro país gracias al tratado. Al día de hoy, en la vorágine proteccionista que promueve el gobierno norteamericano, más de 60 países han sido castigados por decretos que aumentan los aranceles. México, debido al blindaje del T-MEC, ha evitado esa carga. El T-MEC es un activo que no se puede perder, el costo sería catastrófico.

Los noventa días corren bajo una pista resbaladiza y compleja, pista abierta bajo dos claras exigencias. México va a firmar con Estados Unidos un acuerdo de seguridad fronteriza con compromisos explícitos en el combate al tráfico de fentanilo y grupos delincuenciales inmigración e intercambio de información de inteligencia. La exigencia es profundizar la ruta seguida por la presidenta Sheinbaum y su secretario de seguridad Omar García Harfuch de combatir al narcotráfico, el huachicol y atrapar a peces gordos, incluidos funcionarios y personajes públicos presuntamente involucrados en actividades de ese tipo. Es previsible que seamos testigos de nuevos macro operativos, detenciones de personajes de alto impacto, tensiones y presiones entre las agencias de seguridad de ambos países y de grupos de poder nacionales.

Muchas sorpresas y choques se pueden derivar de las exigencias, todavía poco conocidas, de Estados Unidos para eliminar las restricciones “no arancelarias”. En otras palabras, es eliminar barreras de entrada a empresas y productos estadounidenses aplicadas por leyes y decretos impulsados en la administración de López Obrador con la finalidad de favorecer a empresas nacionales y públicas sobre las extranjeras, temas muy delicados en materia petrolera, energética, aviación, minera, farmacéutica, entre otros. 

Se tiene información de casos de empresas norteamericanas que han iniciado litigios contra el gobierno de México por haber sido obstaculizadas y desplazadas bajo la discrecionalidad gubernamental.

El tema de eliminar las barreras no arancelarias puede ser sumamente complejo para la presidenta Claudia Sheinbaum ya que implicaría ir en contra de disposiciones tomadas por su antecesor bajo la narrativa del nacionalismo y del estatismo y se vea en la necesidad de abrir mercados y sectores de la economía bajo control estatal. Aquí podemos resaltar el decreto de López Obrador que obligó a las empresas de carga, fundamentalmente de Estados Unidos, a mover sus operaciones al AIFA con la finalidad de darle oxigeno económico a dicha terminal área a costa de los intereses de las aerolíneas.

En el tramo de los noventa días debe quedar resuelto a satisfacción de Estados Unidos el asunto “Adán Augusto” y el esclarecimiento de su papel en el caso que se sigue a su exsecretario de seguridad en el gobierno de Tabasco por acusaciones de delincuencia organizada. Este tema puede generar profundos reacomodos en la élite política, divisiones y noche de cuchillos largos; para muestra basta dar una revisada a las tronantes declaraciones de un distinguido ideólogo del grupo de poder, Epigmenio Ibarra, ni más ni menos en un canal de la televisión estatal contra el senador Adán Augusto.

Los noventa días corren, el primer tramo llega con el informe de gobierno de la presidenta Sheinbaum. Evento que se carga de simbolismo político y mensajes abiertos y cifrados sobre las cosas por venir. Sin duda que la responsable del Poder Ejecutivo se encuentra bajo gran presión. Su estrategia de cabeza fría le da resultados, su alta formación científica en las ciencias duras le otorga un temple para transitar en escenario complejos, su bono democrático y apoyo en las encuestas es crucial. La presidenta ha salido airosa debido a que no ha caído en provocaciones.

En material comercial el tramo final nos llevará de cara a la renegociación del T- MEC a partir de enero de 2026. La joya que México debe defender ya que, en buena medida, nuestro crecimiento y prosperidad económica se encuentran ligados al libre acceso al mercado más grande del mundo.  A la par, de cara a iniciar su segundo año de gobierno, los reajustes políticos en el grupo de poder abren grandes interrogantes cuyas respuestas marcaran el destino de su gobierno. Así se perfilan cambios en la Unión de Inteligencia Financiera.

 

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