Opinión Política
OPINIÓN

LAS CARTAS SOBRE LA MESA

NOTA DEL EDITOR

Por Alfonso Gómez Godínez

Es tradicional abordar la revisión y análisis de los informes de gobierno como un recuento de hechos, decisiones, obras, resultados y números. Este enfoque, enmarcado en un ejercicio democrático de rendición de cuentas, es válido; por eso se llama informe, sin embargo, un informe de gobierno hace un recuento del pasado, rinde cuentas, pero también genera “momentum” que permiten avizorar lo que puede venir en el futuro.  

En los informes de los mandatarios estadounidenses sobre el “Estado de la Unión” es común proyectar los escenarios futuros de la vecina nación. Abiertamente esos informes presidenciales marcan con claridad las prioridades de la agenda de gobierno y provoca reacomodos políticos nacionales y globales. Los “momentum” pueden llegar a ser épicos, reorientar rumbos, golpes de timón y condensar altos consensos para la toma de decisiones por venir.

Bajo dicha perspectiva el reciente primer informe del Gobernador Pablo Lemus nos ubica, principalmente en la parte final de su presentación, pistas sobre la ruta a seguir; su “momentum”.

En este sentido, hace un llamado a un ejercicio de autocrítica, reconoce que es humano equivocarse y reitera la importancia de recomponer y reorientar lo hecho. El mensaje parece tener destinatarios al interior de su equipo de gobierno, además llama a la “humildad y sencillez”, actitudes y comportamientos que la ciudadanía cada vez menos reconoce en los funcionarios públicos desde hace mucho tiempo y en todas las latitudes.

Este señalamiento del gobernador Lemus viene acompañado también de un exhorto a sus colaboradores, “espero mucho más del gabinete”, retumbó en los oídos de todos los miembros de su equipo, ha generado nerviosismo y pone en evidencia que el titular del Poder Ejecutivo tiene en la mente realizar ajustes inmediatos en algunas dependencias.

El gobernador Pablo Lemus dirigió también un mensaje que puede tener múltiples destinatarios y consecuencias en las trayectorias políticas y profesionales de sus cercanos, en la orientación y evaluación de sus políticas públicas. Les habló de un gobierno cercano, “que resuelva y de resultados”. Estas expresiones parecen apuntar a una advertencia, un regaño y/o una oportuna directriz para mejorar el ejercicio de su gobierno.

Es evidente que el derrotero del gobierno de Pablo Lemus transita por el tipo de relación que se tenga con el gobierno federal, institucional y personal con su titular la presidenta Claudia Sheinbaum. Así, sembró un “momentum” al afirmar ante el representante presidencial que se encuentra “listo para trabajar con la presidenta”. Lo anterior, ya expresado en otras ocasiones, trata de marcar una distancia con la narrativa de su antecesor, sin embargo, las diferencias y disputas en torno al modelo educativo y el sistema de salud entre el gobierno estatal y federal bloquean campos de colaboración y entendimiento.  Debemos de reconocer que Jalisco no ha sido, desde hace años, bien tratado por los presupuestos federales.

Por otra parte, y en la mira de un futuro con gobernabilidad, urge recomponer la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Los eventos acaecidos en los días previos y durante el informe ponen en evidencia una relación deteriorada, una relación que no pasa por buenos momentos. Se acercan las fechas de las glosas por parte de los secretarios de despacho, con el riesgo de que varios sean crucificados en la tribuna legislativa, la discusión del presupuesto enviado por el Ejecutivo y la posibilidad de que los legisladores de oposición presente un presupuesto alternativo. En el mismo sentido, de no operarse políticamente se trabará la Reforma Judicial, nombramientos en el Tribunal, en la Auditoria Superior y del Fiscal Anticorrupción.

Los llamados realizados por el gobernador Pablo Lemus durante su informe ofreciendo diálogo, “para hablar y convivir y contar con paz política” demanda en estos momentos de nuevas actitudes, más apertura y escucha hacia los legisladores de oposición. Es necesario transmitir esa voluntad, generar con hechos condiciones para retomar en el campo de las responsabilidades de cada poder, la institucionalidad política y también Jalisco construya su propia narrativa de “oasis político”.

Sin duda que al final de su informe, el gobernador Pablo Lemus puso las cartas sobre la mesa.

 

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