Opinión Política
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La violencia colectiva suple algunas funciones del Estado

Por Gilberto Ortega Valdés

Analista

@gilortegavaldes

El 27 de marzo de 2024 sucedió un hecho lamentable en nuestro país. En el municipio de Taxco, en el Estado de Guerrero, una niña de ocho años fue asesinada por sus vecinos. Ante la ineficacia y la incapacidad por parte de las autoridades a pesar de que contaban con los elementos para realizar una orden de aprehensión, el cólera colectivo de los habitantes provocó que hicieran justicia por su propia mano, linchando a los presuntos responsables del asesinato de la menor.

Los lamentables sucesos ocurridos en Guerrero visibilizan un gran problema en nuestro país. El aumento de la violencia ha generado el incrementó de los linchamientos, un fenómeno social que nace por el fracaso del Estado.

El escritor y periodista mexicano, Carlos Monsiváis, ha mencionado que: “los linchamientos suelen ser fruto de la rabia acumulada ante la inexistencia regional o local o nacional del Estado de Derecho”.

Raúl Rodríguez Guillén y Norma Ilse Veloz Ávila escribieron en la revista “El Cotidiano”, de la Universidad Autónoma Metropolitana un artículo denominado “Acerca de los linchamientos (y el vigilantismo): Reflexiones sobre la violencia en México”. En dicho análisis, los autores registraron que del año 2016 al 2022 la cantidad de linchamientos en nuestro país fue de 1619, siendo los estados de Puebla, Estado de México, Ciudad de México, Hidalgo y Tlaxcala las entidades con mayores sucesos de este tipo.

En el mismo artículo se llega a la conclusión de que el aumento en la inseguridad que viven las y los mexicanos, así como la ineficiencia de la autoridad legítima, “constituye una de las causas profundas de la violencia social que se manifiesta en los linchamientos”. En este mismo texto se menciona que “el vacío que las autoridades han generado es ocupado por la violencia en diferentes formas”.

Sin duda lo que sucedió en Guerrero es triste e indignante. Yo no soy partidario de la violencia en ninguna de sus circunstancias, pero comparto la conclusión que hacen Rodríguez Guillén y Veloz Ávila respecto a la gravedad de la ausencia de una autoridad legítima, esa ausencia que ocasiona que el vacío sea llenado por otro tipo de mando no reconocido y se generen situaciones como las que se vivieron en el municipio de Taxco, Guerrero.

La verdadera preocupación es que a pesar de que nos encontramos en pleno período electoral, donde el Poder Ejecutivo se renovará, no veo en ninguno de los candidatos una propuesta seria para  fortalecer al Estado y regresarle la confianza a los ciudadanos de su actuar.

La impunidad, la falta de acción y la ausencia de un gobierno es un asunto de una importancia vital que nos permita vivir en una sociedad pacífica y llena de oportunidades.

Nos toca trabajar y fortalecer en los cimientos que nos permitan vivir en sociedad y generar las condiciones para salir adelante, urge un Estado fuerte y legítimo, desafortunadamente nuestros gobernantes han lacerado estas estructuras ocasionando que los ciudadanos suplan las funciones del Estado.

 

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