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La sobrevivencia del PRI

NOTA DEL EDITOR

Por Julio César Hernández

@jcentresemana

A mediados de esta semana los priistas jaliscienses tendrán una nueva dirigencia encabezada por la diputada federal Laura Haro Ramírez, quien mañana por la tarde se registrará a la presidencia del comité estatal del PRI, en fórmula con el arandense Omar Hernández Hernández en la secretaría general, y todo indica que después de la ceremonia, cubiertos los protocolos, asumirá de inmediato la presidencia hoy aún en manos de Ramiro Hernández García.

Joven política, pero ya con un camino recorrido en poco tiempo -regidora, candidata a diputada local, integrante del Comité Ejecutivo Nacional y ahora legisladora en San Lázaro-, Haro Ramírez llegará a tomar las riendas del Revolucionario Institucional con un reto: lograr su sobrevivencia. No tanto porque esté a punto de morir como partido político, sino porque en los comicios del 2024 deberá de incrementar los triunfos, pocos, que se obtuvieron en el 2021: un mayor número de presidencias municipales y diputaciones federales y locales por mayoría relativa y no únicamente por la vía plurinominal.

El trabajo para lograrlo no le será fácil, pues ante el desplome electoral que lo mantiene como cuarta fuerza política en el estado, por debajo de Movimiento Ciudadano, Morena y el PAN, tendrá que convencer a la militancia registrada en su padrón y a ciudadanos que pudieran estar decepcionados de los anteriores gobiernos panistas y del actual emeceísta, y que no confíen en los morenistas. Eso, por supuesto, no es cosa fácil.

Pero posiblemente una de las tareas urgentes a emprender es recuperar algo de lo que alguna vez fue la fortaleza del PRI: el apoyo de los sectores y organizaciones adheridas al partido, para tener algo con qué arrancar de manera firme. Y es que al no tener el poder estatal o federal, obreros y campesinos integrantes de las centrales correspondientes mantienen una buena relación con el gobierno estatal de Movimiento Ciudadano, del que han recibido apoyo, particularmente por el olvido en que los tiene el gobierno federal de la 4T. Pero hasta el momento ninguna de ellas ha roto su vínculo político con el tricolor. Y en el caso del sector popular, la otrora CNOP, tendrá que lograr su integración, quizás no en los capítulos de antaño, pero sí cuando menos de aquellos con mayor número de miembros.

Alguien puede creer que la edad y su condición de mujer pueden ser una desventaja de Laura Haro para presidir al PRI de Jalisco, pero ha dado muestras de que no se amedrenta ante los problemas por difíciles que sean, primer paso importante para buscar su solución. Pero, además, hay que destacar que cuenta con todo el respaldo de la dirigencia nacional que encabeza Alejandro Moreno, “Alito”, quien le ha apostado a los jóvenes y dado la oportunidad de ocupar espacios como el que esta semana asumirán Haro Ramírez y Hernández Hernández.

No es raro que, como sucede en todos los partidos políticos, haya quien descalifique a Laura Haro para asumir el máximo cargo del comité estatal priista, pero difícilmente alguien llega a esos cargos con la unanimidad de la militancia. Y eso lo saben quienes asumen la dirigencia partidista, como este caso.

Por eso, otra tarea importante de la nueva dirigencia será demostrar que tiene la capacidad para tomar las riendas del priismo de Jalisco y sacarlo adelante, sabedora de que, en este caso, está lejano el triunfo electoral en alcaldías y distritos de la zona metropolitana, y aún más los escaños en disputa y, por supuesto, la gubernatura.

Laura Haro llega a la presidencia del PRI Jalisco con retos muy complicados, pero seguramente la fuerza de su juventud podrá sacarla adelante o, por el contrario, convertirse en su debilidad.

Por lo pronto, el tiempo comienza a correr…

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