Opinión Política
ANÁLISIS

La “guerra” de Sheinbaum contra Ebrard y Monreal

Al Canciller le borran sus bardas en la Ciudad de México y el Senador ha sido “blanco” del “fuego amigo” por parte de la gobernadora Layda Sansores, abierta claudillista, que le ha sacado sus “trapitos al sol”. Debilitar a uno y vengarse del otro, sería el objetivo del “golpeteo” con la tolerancia de Palacio Nacional.

 

Por Julio César Hernández

Fotos: Especial

Una de las grandes inquietudes dentro y fuera del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es por saber si llegará “el rumor de la discordia” a la carrera por la sucesión entre los aspirantes a la candidatura presidencial Marcelo Ebrard Casaubón, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila y Claudia Sheinbaum Pardo, en algunas ocasiones alentada desde Palacio Nacional.

Para nadie es desconocido que, de entrada, entre los cuatro contendientes se crearon dos bloques cuya distancia puede ensancharse conforme avance el tiempo, de acuerdo a como cada uno de los aspirantes se vaya moviendo en la preferencia ciudadana, y se acerque la fecha en que habrán de definirse quiénes serán sus abanderados: Por un lado, el secretario de Gobernación, López Hernández, y la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Sheinbaum Pardo; y, por el otro, el secretario de Relaciones Exteriores, Ebrard Casaubón, y el coordinador de la fracción senatorial de Morena, Monreal Ávila.

Y es por eso que los rumores y las versiones que circulan en los corrillos políticos hablan de que llegado su momento Adán Augusto López declinará a favor de Claudia Sheinbaum, que esa es la jugada elaborada desde Palacio Nacional, y que la ruptura al interior de la 4T vendrá de la mano de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal cuando sientan con mayor rigor el “golpeteo” de sus adversarios tolerados -y en algunos casos hasta alentados, como dijera Monreal- por la Presidencia de la República.

Respecto a la dupla Sheinbaum-López, la versión que corre dentro de Morena es que inicialmente el secretario de Gobernación fue enviado a sumar simpatizantes y seguidores para una candidatura que no tendría, pero que buscaría ser un prospecto con fuerza para en su momento salirse del juego, sumarse a la aspiración de la Jefa de Gobierno y trasladarle a su favor todo el apoyo obtenido en su recorrido por el país.

Sin embargo, hay quien advierte que no sólo López Hernández se creyó que él puede ser el candidato sino que dentro de su partido hay quienes lo ven con la fuerza política suficiente como para ser él el elegido, y que su aparición frente a los diputados locales de las 32 entidades a favor de la reforma para mantener al Ejército en las calles con tareas de seguridad pública, además de sus enfrentamientos con los gobernadores de oposición, es parte de la estrategia para ser conocido en el territorio nacional y sumar adeptos.

Por su parte, Sheinbaum Pardo se ha dedicado a lo suyo: a recorrer el país con el pretexto de firmar convenios con gobiernos estatales morenistas o con diversos grupos de la sociedad civil, claramente simpatizantes y hasta integrantes de la 4T. Tanto así, que hasta en la Ciudad de México sus adversarios critican que ha descuidado sus responsabilidades como gobernante de la capital por andar en campaña. Pero ella hace “oídos sordos” y, como aquel personaje del güisqui, “sigue tan campante”.

Lo que sí es un hecho, de acuerdo a lo que se ha visto, es que Claudia y Adán Augusto se ven como aliados y no como adversarios, pese a tener la misma aspiración.

 

LA DUPLA EBRARD-MONREAL

Por el otro lado, tampoco nadie desconoce la relación política que une al canciller Ebrard Casaubón y al senador Monreal Ávila, quienes ahora sufren del mismo dolor: la indiferencia, con un dejo de desprecio, del presidente Andrés Manuel López Obrador, pese a que públicamente se refiere a Marcelo como su “hermano”, pero que no pocos han advertido como cada vez pretende alejarlo de los reflectores locales para que sean dirigidos a quien se considera es su “favorita”: Claudia Sheinbaum.

Incluso, ya en el marco de esta carrera sucesoria se registró el primer “roce” entre Ebrard y López Obrador, cuando un grupo de simpatizantes del Canciller, integrados en el llamado Movimiento Progresista, exigió a Palacio Nacional “piso parejo” en la contienda aún no oficial dentro de Morena, advirtiendo que veían las “canicas” muy del lado de la jefa de Gobierno.

Al día siguiente, en la “mañanera” el presidente “regañó” indirectamente a Marcelo por la queja de sus seguidores. Dijo:

DUPLA. Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard. ¿Rompen o se disciplinan?

“En el caso de los candidatos a la Presidencia, (se elegirá por) encuesta y lo que diga la gente, y yo voy a apoyar al que gane la encuesta; y también cuando se habla de que no hay piso parejo es un menosprecio a la gente porque ya nadie se deja manipular, que no se use eso como excusa. Cómo no va a haber piso parejo si va a ser el pueblo el que va a decidir”.

Después de este “roce”, López Obrador ha pretendido mostrarse imparcial ante los aspirantes morenistas al llamar a los tres “hermanos”, pero ignorando al senador Monreal Ávila, a quien evita mencionar por su nombre cuando habla de los “presidenciables” de su partido. Si en dos ocasiones lo ha mencionado, desde que él mismo dio el “banderazo” de arranque de la carrera por la sucesión y “destapó” a los que llamó sus “corcholatas”, son muchas.

A partir de entonces, no han sido pocas las veces que Marcelo y Ricardo se han dejado ver juntos, enviando lo que algunos han interpretado como señales de una posible alianza entre ambos para hacer frente a la dupla Sheinbaum-López y el apoyo que reciben de Palacio Nacional.

 

LA “GUERRA” DE SHEINBAUM

Tanto Ebrard como Monreal ya sintieron el “peso” del claudillismo en esta carrera por la candidatura presidencial.

Primero fue el senador a través de la gobernadora Layda Sansores, quien en su programa “Martes del jaguar” difundió un audio de una conversación de Monreal con el dirigente priista Alejandro “Alito” Moreno en el que presuntamente se acordaba el triunfo de Morena por la gubernatura de Zacatecas, cuyo candidato era David Monreal, quien finalmente se alzó con la victoria.

Monreal recurrió a las autoridades judiciales de quienes obtuvo una suspensión provisional para que la gobernadora Sansores no se refiriera nuevamente a él, pero la morenista -quien se manifestó abiertamente simpatizante de Sheinbaum- ignoró el mandato judicial y lo acusó de tener 48 propiedades que ocupan 801 hectáreas, mientras su hermano David tendría un rancho de 783 hectáreas.

Entonces Ricardo Monreal escribió en redes sociales: “Layda Sansores es una presunta delincuente. Violó la suspensión judicial, intervino comunicación y difundió basura reciclada (…). Claudia, frena tu jauría; no más división”.

Así, de manera directa, Monreal se dirigió a Claudia Sheinbaum, aunque antes lo hizo indirectamente al decir que la “favorita” era quien estaba detrás de los ataques en su contra, lo que la jefa de Gobierno negó al darse por aludida.

Contra Marcelo Ebrard, Sheinbaum fue menos ruda, pues simplemente se dice que mandó despintar todas las bardas donde se leía la leyenda a favor del secretario de Relaciones Exteriores, imagen que fue ventilada en redes sociales y en la que se veía a quienes se identificó como trabajadores del gobierno capitalino, efectivamente, despintando las grandes letras donde se leía “Con Marcelo sí”.

En esta ocasión, ni Ebrard ni sus seguidores hicieron mayor escándalo, pero ya supieron de lo que es capaz que la jefa de Gobierno y sus seguidores en esta “guerra” por la candidatura de Morena a la presidencia de la República.

ALIADOS. Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum. ¿Estrategia o contienda?

EBRARD-MONREAL, ¿SE REBELARÁN?

Frente este escenario aparentemente desfavorable para ambos, frente a la inclinación presidencial por Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, mucho se ha especulado sobre el futuro que en Morena les espera a Marcelo Ebrard y a Ricardo Monreal, centrándose la discusión en si romperán o no con López Obrador, sí renunciarán a Morena y buscarán rrefugio en otros partidos para tener la candidatura que tanto desean.

Hace apenas unos días en rueda de prensa con los reporteros de la “fuente” del Senado, luego del segundo “golpe” en su contra por parte de la gobernadora Layda Sansores, y cuestionado al respecto, Monreal Ávila declaró:

“Vamos a ver, vamos a esperar diciembre (…) diciembre y sus posadas (…). No nos vamos a dejar porque es una, de nuevo otra infamia (…). Le voy a ganar a la Jefa de Gobierno y a los preferidos del poder”.

Al cuestionarle sobre si es inevitable un escenario de ruptura, respondió: “Depende de ellos, depende de ellas, yo estoy ecuánime (…). No les tengo miedo, ni al poder ni a esta actitud de la anticipación de la imposición. La sucesión adelantada está provocando estragos internos. Ahorita es conmigo, mañana será Marcelo y entre ellos”, vaticinó.

Apenas este fin de semana Ricardo Monreal llevó a cabo en la Arena México un multitudinario evento en el que presentó su proyecto “Reconciliación por México”, y en el que subrayó que “la polarización es veneno para el país, enciende conflictos y conduce a la violencia (…). Tener un México reconciliado es tener justicia social, y que todas y todos vivamos en igualdad, con piso parejo”.

Marcelo Ebrard, por su parte, ha dejado entrever en sus redes sociales que se mantendrá dentro de las filas de Morena, que continuará apoyando al presidente López Obrador, y reiterando su aspiración a ser candidato presidencial. Y en el caso del Canciller, lo que ha llamado la atención es que el texto que se lee en las pintas de diversas bardas promoviendo su nombre, es de color verde y no guinda, dejando ver que su respaldo inicial será el Partido Verde Ecologista de México, del que se asegura él tiene el control a través del ex gobernador Manuel Velasco.

Dentro y fuera de Morena, las apuestas están a favor de que ni Ebrard ni Monreal romperán con la 4T, con Morena y, mucho menos, con el presidente López, y que acatarán el resultado que arroje la famosa y polémica encuesta con la que definirán su candidato presidencial.

Sin embargo, ya hay quienes ven con casi los dos pies fuera de Morena al senador Ricardo Monreal, quien cada vez envía mensajes más claros de que está más cerca de tomar esta decisión que de mantenerse en el partido.

 

¿Y MARIO DELGADO?

Si bien es sabido que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, es un hombre muy cercano a Marcelo Ebrard -fue su secretario de Finanzas en la jefatura del entonces Distrito Federal-, hasta el momento el colimense no ha querido tomar partido en esta contienda ni mucho menos atravesársele al presidente López Obrador.

Cuestionado días atrás sobre los nubarrones de división que amenazan a su partido, Delgado Carrillo respondió que “el mayor reto es que tengamos un partido muy fuerte, que mantengamos la unidad…”, sabedor de que, efectivamente, existe una seria amenaza de fractura interna, motivada por, como lo advirtió Monreal, una sucesión bastante adelantada por el propio López Obrador.

Le preguntaron que si preocupaba una división al interior de Morena, y respondió:

DIRIGENTE. Mario Delgado, dirigente de Morena, sin margen de maniobra.

“Nos ocupa que no haya ninguna causa o ningún pretexto para una ruptura. A quienes participamos en Morena nos une más que algún cargo o interés personal, el interés por el proyecto de transformación nacional (…), y eso hay que privilegiarlo siempre, y construir la unidad a partir de hechos, a partir de reglas claras, a partir de que no haya favoritismos desde el partido”.

mario delgado/ presidente de morena.

La verdad es que ante la abierta intervención del presidente López Obrador en la carrera por la candidatura presidencial dentro de su partido, Mario Delgado poco margen de maniobra tiene como dirigente nacional de Morena en este aspecto, y se ha dedicado a realizar el trabajo interno con miras a las elecciones de gobernador en Coahuila y el Estado de México que ya están “en puerta” para el próximo año.

Pero sin duda él carga con la responsabilidad inicial de que su partido no se fracture, de que los aspirantes presidenciales no “rompan lanzas” y que no haya “fuga” de ninguno de sus personajes emblemáticos que hoy luchan por ser el abanderado de Morena a la presidencia de la República.

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